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Los peligros del capitalismo salvaje: violencia genocida y régimen de explotación. En memoria de Macarena Valdés y Alejandro Castro. Por Alex Ibarra Peña.

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El capitalismo salvaje que se ha instalado con estrategias de engaño mediático y con la exclusión del pensamiento crítico en los procesos de formación humana, es claramente el peor mal al que se enfrentan nuestras sociedades. La posdictadura ha utilizado estrategias de control efectivas para avalar la explotación humana y la sobre explotación de la naturaleza. Genocidios y ecocidios son los principales crímenes de lesa humanidad que no son condenados por las instituciones del Estado que hablan imposturalmente de soberanía. Un gobierno que no es representante legítimo de sus ciudadanos (es decir aquél que no manda obedeciendo) y que no sólo no defiende los recuerdos naturales sino que además promueve la entrega de estos a los capitales extranjeros, puede recibir justificadamante la condena por su traición. Por estos días de traidores conocemos bastante al interior de las instituciones vigentes en nuestra estructura social y política, a esos oídos sordos y manos sucias, es mejor no aceptarlos como interlocutores, si no hemos sido capaces de sacarlos, capaz que tenga sentido dejarlos solos. Los crímenes tienen escaso pudor en los lugares donde no hay justicia equitativa.

Es un hecho grave, si es que fuera como se sospecha, el homicidio del dirigente social Alejandro Castro, líder de las movilizaciones en la ciudad de Quintero y destacado defensor de los pescadores. Ambos liderazgos afectaban directamente a los intereses capitalistas que no respetan ni al ser humano, pero que además lucran con la sobre explotación de la naturaleza. Como si esto fuera poco, hay robustas razones que muestran que la muerte de Macarena Valdés, destacada activista ecológica, también habría sido un homicidio. Los sospechosos son los de siempre, inescrupulosos a favor de un capitalismo sin regulación. Por cierto, que este capitalismo no es abstracto, pero dada toda la red de apoyo que los ampara adquieren cierta apariencia fantasmagórica y si es que si se los logra identificar, evaden la justicia y el escarnio público. Lamentablemente esto no sucede sólo en Chile, el caso de Santiago Maldonado en Argentina es bastante similar a estos casos que hemos mencionado.

Hay varios estudios que han abordado los crímenes de líderes de movimientos sociales relacionados a la defensa de los recursos naturales. Se podría sospechar de una alta organización criminal que no sólo es homicida sino que aplica distintas estrategias de hostigamiento y amedrantamiento. Las denuncias de los luchadores sociales vinculados a las problemáticas ambientales son testimonio de esto debido a las amenazas que suelen recibir, aquí parece que los aparatos de inteligencia son inocuos para las investigaciones que deberían realizarse con mayor responsabilidad.

¿Qué hace la ciudadanía frente a estos crímenes? ¿Por qué no aparece la creatividad de los memes para hacer un uso con mejores valores de humanidad de las herramientas tecnológicas? Seguimos siendo explotados por capitalistas sin ética, los sistemas de condena de delitos para estos sujetos no son efectivos ni eficientes. La lucha a los criminales sólo se da en las poblaciones, en otros niveles sociales ello ocurre tarde, mal y nunca. Esta protección con la que cuentan estos criminales los hace ser cada vez más audaces. La locura capitalista empequeñece al ser humano a estos niveles de ausencia de la dignidad.

Alejandro, Macarena y Santiago, tantos otros, mártires nobles que supieron tomar conciencia y asumir una vida sin temores y liberada a favor del amor por los demás. Su valentía testimoniada es muestra ejemplar, frente a la extendida complicidad que no reclama por mayores condiciones de respeto ni para el ser humano ni para la naturaleza. Es injusto que los sueños de amor por la comunidad que buscan un mejor vivir terminen en un listado de martirio. Ojalá aprendamos pronto lecciones de mayor soberanía, apartados de los medios televisivos, acercándonos al diálogo que se hace en la calle, resistiendo frente a las estrategias de control dominadoras.

Alex Ibarra Peña.
Colectivo de Pensamiento Crítico:
"palabra encapuchada".

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