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Memento Mori: el ocaso del neoliberalismo. Por Luis Nitrihual Valdebenito

La grave crisis sanitaria por el Covid-19 en Chile está demostrando, al igual que en otros lugares el mundo, cuestiones políticas esenciales para la vida futura. En primer lugar, se revela la importancia que tiene el control estatal de los servicios básicos. Un país como Chile, cuna del neoliberalismo salvaje, tiene como elemento central de su Constitución, la protección de la propiedad privada y del libre comercio. Esto ha quedado en evidencia en la nula capacidad del gobierno para intervenir en precios de productos de primera necesidad, en asegurar el control de la salud privada para beneficio del colectivo, en cerrar espacios de comercio como Malls debido a la pandemia, en asegurar espacios para los enfermos sin pagar por ello. En suma, lo que prima es la libertad de comercio y de propiedad por sobre la protección de la vida.

Lo segundo que demuestra esta crisis es que lo que llaman emprendimiento, trabajo autónomo, ser “mi propio jefe”, etcétera, es precariedad absoluta. La gente que piensa que son pequeños capitalistas cumpliendo un sueño americano, se dan cuenta rápidamente que viven en total indefensión. El régimen neoliberal está hecho para que gane la élite y no para aquellas y aquellos que se levanta a las 6 de la mañana y trabajan 12 horas seguidas. Esto debe conocerse como neoesclavitud, envuelta en una retórica elegante. ¿Ahora que deben cumplir cuarentena, quien les ayudará a pagar sus cuentas? Bueno, eso está inscrito en este régimen económico actual. Ni los bancos, ni las grandes empresas han salido en ayuda de quienes los enriquecen. Pero en cambio salen en televisión para pedir rescates. No existe una ética empresarial como suele pregonarse. Lo que existe son intereses colectivos y de clases que pugnan por prevalecer en la selva del mercado.

Lo que procedería es que las grandes empresas concurriesen a apoyar al Estado en la construcción de hospitales de emergencia. ¿Quieren que lo haga el Estado verdad? Esto no es trabajo de los privados, se apresuran a decir. ¿Pero qué Estado podría hacerlo si no han dejado nada de él? Si para lo único que sirve de manera eficiente es para aplicar violencia en contra de su propia población. Debe venir el capitalismo/comunismo chino a salvar a Chile y otras naciones que han vendido sus Estado a los buitres del comercio global.

Lo tercero que queda en evidencia es que estamos en medio de una guerra fría entre China y Estados Unidos. El viejo imperialismo está más vivo que nunca. Ahora se disputan quién sacará primero la vacuna para combatir la pandemia que ellos han creado. Las farmaceúticas se harán aún más millonarias de lo que ya son. Algunos ganarán a costa de los miles de pobres y precariados que morirán en esta nueva pandemia, que no es la primera ni será la última que veremos. La historia y la política es persistente en sus batallas. Como en el cuento “El duelo” de Conrad donde los personajes se van encontrando a lo largo de una historia que se repite una y otra vez. Cada vez que se encuentran pelean a muerte, pero sin matarse. Luego desaparecen por un tiempo y vuelven a la batalla eterna.

Este momento nos recuerda que todos vamos a morir, pero el primero en hacerlo es el Estado neoliberal. Está dando sus últimos respiros de bestia furibunda. Nosotros estamos obligados a pensar el papel del Estado y del mercado en el marco de una sociedad global que ya no tiene vuelta atrás. Avancemos rápido antes que no quede nada.

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