Este articulo no es para reflexionar sobre el acontecer político, por lo demás convulso, en nuestro país y en el mundo o, para hablar de la mezquindad y la descomposición del poder y los seres humanos. Esta vez un grupo de militares de la Fuerza Aérea que nos opusimos al golpe civil militar de 1973 queremos dedicar nuestro pensamiento para expresar el tremendo pesar por el fallecimiento de Mercedes Bulnes, diputada de la Republica y esposa de nuestro amigo Roberto Celedón.
Como lo hemos postulado siempre y más allá de los credos personales, adherimos al convencimiento que las personas crecen y mejoran sirviendo al prójimo, que es el ejemplo que Mercedes nos deja, porque hizo de este principio una forma de vida dejando huellas imborrables en cientos de chilenos y chilenas, compartiendo junto a ellos y ellas los pesares y arbitrariedades originadas por el golpe de Estado de 1973.
Mercedes Bulnes fue detenida junto a su esposo Roberto Celedón en octubre de 1973, en el Regimiento Buin y en ese lugar sufrió como miles de chilenas los cobardes maltratos de militares que hicieron de la represión y la tortura el argumento que justifico los aberrantes crímenes de lesa humanidad que cometieron. Su delito ser defensores de chilenas y chilenos perseguidos por la dictadura en los tiempos en que hacerlo era un riesgo para las vidas de quienes se atrevieron a hacerlo, Mercedes y Roberto junto a abogadas y abogados, a diversas organizaciones religiosas y sociales, alzaron valientemente su voz solidarizando con las personas perseguidas y sus familiares.
En el año 1975 después de que su esposo, Roberto Celedón, fuera excarcelado desde la Cárcel Pública y el anexo Capuchinos, gracias a las acciones humanitarias de Países Bajos, fueron expulsados de su país con rumbo a Holanda. Allí permanecieron 8 años, periodo en el cual continuaron con su activo compromiso con las organizaciones sociales y políticas que se oponían a la dictadura, participando en representación de chilenos/as exiliados/as y cooperando con organizaciones como la Agrupación de Familiares de detenidos desaparecidos asesinados por la tiranía pinochetista.
Quienes conocimos a Mercedes despedimos a una gran mujer, a la abogada defensora de los derechos humanos, a la diputada, a la mujer que resistió la tortura y que fue expulsada del país junto a su esposo, recibiendo el castigo de la tiranía de Pinochet por haber adherido lealmente al gobierno de Salvador Allende. Sus hijas e hijos despiden a la madre, a la mujer, a la persona más importante de sus vidas, que en todo momento les hizo sentir protegidas y protegidos, y que de adultos siempre tuvo la palabra o el consejo justo como resultado de su eterna sabiduría y experiencia con la vida. Para su esposo compañero de toda su vida, por más de 50 años, es una perdida también irreparable, pero que seguramente continuaran unidos por la continuidad del camino construido y las obras realizadas. Y para todas y todos sus amigos cercanos, seguramente no encontraremos mejores palabras de despedida, porque se quedarán aprisionadas en la garganta, mientras el llanto fluye como una lluvia invernal.
Despedir a Mercedes Bulnes evocando su aporte, es ser justos con su historia, porque representa a muchos y muchas chilenos y chilenas que se atrevieron a disentir y oponerse de distintas maneras a la dictadura civil militar que encabezó Augusto Pinochet. Evoca el recuerdo respetuoso también de miles de personas que de manera individual jugaron un papel importante a ese proceso, aportando a la derrota del tirano.
Ellos y ellas son los actores principales del término de la dictadura, desmintiendo con veracidad que la salida del tirano no fue obra de “un lápiz y un papel” que significaron los acuerdos entre las elites políticas militares y empresariales, los que con el discurso que recuperábamos la democracia, dejaron blindado el modelo país construido a balazos. Ilusionaron a los electores y a las electoras con peroratas que en la práctica cambiaron poco o nada las cosas que nos interesan, impidiéndonos recuperar derechos conculcados para asegurar un buen y digno vivir.
En su papel de diputada Mercedes Bulnes se opuso al aprisionamiento de Chile entre dos derechas y las consecuencias de ello para el pueblo que trabaja y estudia, para el chileno y chilena de a pie que sufre los permanentes embates de las desigualdades, de la cesantía, el abuso y la corrupción. Ella nos dejó una huella para seguir adelante continuando el o los caminos para cambiar, no para continuar administrando el sistema económico y político neoliberal.
Es cierto que la muerte de Mercedes, que se suma a la partida de otros y otras, es una gran tristeza, mezclada con un agudo dolor. Pareciera que con la partida de ellos y ellas, protagonistas de esa generación valiente que se atrevió primero a construir un país distinto con Allende y segundo luchar para terminar con la dictadura, con su partida quedan cosas pendientes, inconclusas. Porque se van de esta vida hombres y mujeres silenciosas y grandes, que nos dejan su ejemplo de vida, entregando a las manos de las nuevas generaciones, la gran tarea de trasformar el lamento de nuestro pueblo y sus esperanzas en realidad.
Querida Mercedes, seguiremos pensando que este camino no termina aquí, porque todos los días hay que luchar porque ese amor a la vida se transforme en hechos concretos, en actos que sirvan de ejemplo.
Continuaremos temblando de indignación cada vez que se cometa una injusticia en el mundo y seguiremos tu ejemplo solidario cada vez que en cualquier parte del globo se alce una nueva bandera de libertad.
Ex militares exonerados de la Fuerza Aérea de Chile por oponerse al golpe de Estado de 1973.
Enrique Villanueva M.