Montículos “vivientes”, imperios y resistencia en los Andes. Narrativas rituales del espacio y gobierno mapuche. Tom D. Dillehay QILLQA Ediciones, Universidad Católica del Norte. Esta edición contó con la ayuda de la Vicerrectoría de la sede Puerto Montt de la Universidad Austral de Chile, Edición, diseño y Producción de originales, Ocho libros SpA, Santiago de Chile, segunda edición 2021 (591 pág.).
El concepto de Imperio suele ser entendido como una entidad política extendida, y a menudo creada por la fuerza de la guerra y la conquista de múltiples territorios con pueblos bajo el control de un gobernante o una oligarquía central, lo cual implica el dominio sobre diversos estados o territorios, ya sea a través de anexión directa o formas de influencia informal, en donde ejerce su poder sobre los pueblos subordinados por el control político, económico, militar o cultural, ejercido por un centro dominante sobre periferias dependientes. La expansión territorial de los imperios suele desarrollarse a través de la conquista y la anexión de nuevos territorios, a menudo por medios militares y dominación mediante el miedo y el horror, existiendo una clara distinción entre el centro que ejerce el poder y las periferias que están sometidas a ese poder que a menudo abarca diferentes culturas, etnias y religiones, aunque suelen buscar una homogeneización cultural, especialmente con el idioma utilizado en los diversos documentos, ya sean estos legales, comerciales, científicos, dependiendo del legado histórico con que van moldeando culturas, fronteras y sistemas políticos. Ejemplos de grandes imperios; el Mongol, antiguo imperio Chino, Japonés, Romano, Otomano, Británico. Los denominados “imperios modernos”, dicen relación a su influencia global, como Estados Unidos, China, Rusia o la Unión Europea, y se suele mantener abierta la discusión sobre las jurisdicciones multinivel y superpuestas, que establecen los imperios mientras que los Estados buscan el monopolio de la fuerza –policiaca y militar- y la homogeneización cultural y comercial, de modo que un estado se puede convertir en Imperio, de allí que el concepto de soberanía es la noción suprema del Estado que tiene la potestad para tomar las decisiones internas y externas, sin embargo, el monopolio de la fuerza legítima se considera como una de las capacidades del Estado para utilizar la fuerza, a través de las organizaciones policiales y militares pero suele verse disminuida por aquel Imperio que invade o ataca los territorios que quiere anexar. Hoy, el comportamiento de Israel, quien llegó en las migraciones judías más significativas a Palestina, impulsadas por el movimiento sionista, ocurrieron principalmente en olas a finales del siglo XIX y durante el siglo XX, especialmente en respuesta a persecuciones antisemitas en Europa. Estas migraciones, junto con el establecimiento del Mandato Británico en Palestina y la posterior creación del Estado de Israel en 1948, desencadenaron el conflicto palestino-israelí, que ha ido anexando territorio, convirtiéndolo en un Imperio en la región, y como toda supremacía se caracteriza también por el exterminio étnico y actos genocidas, para someter a la fuerza la extensión de los territorios.
El libro de Tom D. Dillehay, es un laborioso trabajo de casi medio siglo, con múltiples colaboradores, premios y aportes para las investigaciones realizadas desde 1975, “los kuel más antiguos son sitios arqueológicos asociados a la emergencia de patrilinajes prehispánicos tardíos, que rápidamente se convirtieron en el “Estado” mapuche histórico temprano, o en la organización política referida por los documentos de los primeros conquistadores españoles en la región. En el siglo XVI, “Estado” significaba una condición política organizada y no necesariamente el nivel de organización social que reconocemos en la literatura especializada contemporánea”. (pág.19), se sabe que por más de tres siglos existió una frontera militar formal, respetada por la corona española cuya resistencia temprana surge en las zonas de Purén y Lumaco. Desde allí, en términos geográficos, el libro aborda los 10 capítulos que lo componen, y cada capítulo entrega conclusiones, “…un sistema de gobierno mapuche no sólo se relacionaba con un poder político-religioso centralizado en kuel y rehuekuel, y con una creciente cooperación para defensa y competencia por grupos fragmentados, sino también con un marcado cambio reorganizacional orquestado por patrilinajes confederados” (pág. 70), parte de las conclusiones del capítulo 1 que aborda los propósitos, marcos y definiciones, en tanto el capítulo 2 que dice Formalizando perspectivas analógicas y conceptuales, cuyo “…enfoque interconceptual que ofrece un análisis heurístico del conocimiento monticular, el culto a los montículos, y la formación del gobierno en tiempos de conflicto periódico y de reestructuración de la sociedad” (pág. 103), el capítulo 3 da cuenta de Prehistoria e historia mapuche: antiguos sesgos y nuevas perspectivas. “…hemos notado que informantes de áreas más allá de Purén y Lumaco rara vez han escuchado los términos kuel y rehuekuel, lo que implica que la construcción y el culto a los montículos fueron tradiciones no bien desarrolladas en algunas áreas y/o prácticas perdidas y olvidadas” (pág. 169). El capítulo 4 traslapando el mundo social, material metafórico y espiritual. “La referencia mapuche a deidades y ancestros, en cuentos, narraciones y creencias, significa mucho más que una veneración religiosa por un entorno de figuras “sobrenaturales” concebido antroplógicamente; figuras que controlan fuerzas externas como inundaciones, terremotos, clima y productividad de las cosechas, y que obligan a la población a cumplir normas tradicionales de comportamiento.” (pág. 229). Capítulo 5 Etnografías de kuel, narrativas y comunidades. “El conocimiento chamánico y de comunicación con el wenumapua está localmente situado y delimitado. Se centra primordialmente en el kuel, así como en lpas deidades (Pillan, Hgenechen) y los chamanes ancestrales (fileu pullu). Estos son las fuentes principales del poder chamánico y fertilidad, que encarnan los ancestros remotos y son los guardianes de las comunidades locales.” (pág.295). Capítulo 6 Perspectiva arqueológica sobre kuel y reuekuel.”…En tanto es constatada la conciencia abstracta de la estructura y conectividad holística de los monumentos en el valle de Purén y Lumaco- y puede ser establecida su contemporaneidad arqueológica e histórica-, las modalidades y senderos pueden ser tratados de manera independiente, pero cuando los procesos sociales están bajo consideración, los efectos y relaciones sociales complejas se vuelven la regla en lugar de la excepción”. (pág.357). Capítulo 7 Contacto, fragmentación reclutamiento y los rehuekuel. “Aunque los mapuche desarrollaron su sistema de gobierno de manera independiente y autóctona, esto no sucedió sin alguna influencia externa, directa o indirecta, provenientes de los incas y luego de los españoles.” (pág.393), Capítulo 8 Recursividad, geografías de parentesco y sistema de gobierno. “Un importante aspecto de esta urdiembre mapuche era (aún es) el ritual público de sanación (dahatun), diseñado para remediar socialmente y dar contención terapéutica a la sociedad, de su sufrimiento y pérdida, tanto como servía para vincular a los vivos y los muertos.” (pág. 426). Capítulo 10 Conclusiones. “La chilenización de este territorio desde el siglo pasado ha traído estos dos diferentes conceptos de historia, memoria, paisaje e identidad que representan un abierto conflicto como parte del proceso político mapuche contemporáneo”. (pág.441) Capítulo 10 Epílogo “A pesar de los avances en los últimos años (ver Falabella et al. 2016), la arqueología de la Araucanía es apenas conocida en comparación con otras áreas del sur. Pero aún hay mucho que hacer en esta área, ya que cada año se pierden miles de sitios por la modernización, especialmente por la deforestación, las plantaciones forestales y otros actos destructivos…Por ello, espero que las investigaciones actuales y futuras combinen tanto la arqueología y la etnoarqueología como el trabajo de archivo, para así poder comprender de mejor manera estas formas de vida (pág. 453), luego están las referencias citadas, Apéndice 1: Narrativas rituales etnográficas en Hualonkokuel y Tren Trenkul, Apéndice 2: Dataciones , lugares con fechas radiocarbónicas (C14). La mirada que entrega Tom D. Dillehay, es compleja y muy bien argumentada, con un sinnúmero de mapas, fotografías, citas a diversos autores, con una interesantísima transcripción etnográfica de la machi Lucinda.
Por estos días, convulsos, por la supuesta destrucción total de los “arsenales nucleares” de Irán, en un despliegue inusitado de fuerza y derroche de armamento, justo cuando la famosa cúpula de hierro, estaba quedándose sin misiles para interceptar los que eran lanzados en su contra, la verdad es que generalmente más de uno debe ser lanzado para interceptar la órbita del atacante, de modo que la danza de millones en armamento vuelve a regocijar a la industria, especialmente la norteamericana que con su gran lobby, logró que la Unión Europea aumentara del 2,5 % al 5 % del PIB, la supuesta inversión en armamento ante la futura agresión de Rusia, y los vasallos del Imperio bajaron su testuz no sólo lamiendo los zapatos del “papi” –emperador- como lo llamó el jefe de la OTAN, el sugar daddy, prefiere como el mismo dice que le besen el trasero, y así vamos en esta guerra de los 12 días en que nadie y todos ganan, junto a la especulación de las bolsas, un tanto moderadas, y no olvidemos que mañana están las primarias de la izquierda, que dependiendo de la o él candidato saldrá fortalecida para enfrentar a una derecha que estira sus colmillos, como el Estado de Chile lo hace con los pueblos originarios, por eso el libro de Tom D. Dillehay no sólo amerita un gran afafán sino también ¡Marichiwew!, ¡Marichiwew! ,¡Marichiwew!¡Diez veces venceremos! ¡Diez veces venceremos! ¡Diez veces venceremos!
Hans Schuster, escritor