Leyendo una columna en Le Monde Diplomatique, me entero que la actividad para celebrar el día del libro en la comuna de El Tabo, derivó en tratar de emular incluso en el nombre a la Fiesta de San Jordi (tradición en España y un signo de Catalanidad). El nombre inicial y el contenido de la actividad se cambió a Primer Festival Literario “SAN” Tabo, lo que me causó honesta preocupación.
El adjetivo “San” con todo su significado y peso católico apostólico y romano, distorsiona una expresión de raíces ancestrales de los pueblos originarios que vivieron y dejaron su valiosa impronta en la zona.
Según mi interpretación de la cultura, considero que para los patrimonios y el imaginario social, político y literario del Litoral, es un agravio, no sólo al nombre de El Tabo sino a la identidad y los procesos identitarios que sean puesto en valor en la comuna a través de sus organizaciones comunitarias e institucionales.
Esta despreocupada y arrogante “acción creativa”, toma dimensiones graves por el costo patrimonial que debemos pagar, en cuanto equivale a la acción de un ignorante turista, que raya encima de las piedras tacitas, o de los geoglifos del norte de Chile o en cualquier monumento o ruinas arcaicas del territorio sudamericano que estamos llamados a proteger. En este caso, quien firma la columna en Le Monde, Anna Bou Jorba , poeta catalana que visita el litoral, se toma la libertad, en el contexto de realizar una actividad cultural, de renombrar liviana y alegremente lo que nuestros ancestros llamaron El Tabo, Morada de Espíritus o Espíritus de las Quebradas y que muchas organizaciones locales han trabajado duro por mantener en relieve, ante el influjo neoliberal que acosa los espacios educativos y culturales para desmantelar nuestro pensamiento, origen y raíces.
Además, pretender ser creativo aplicando una mala copia de la Fiesta de San Jordi de Cataluña aquí en El Tabo y creer que un evento envasado, puede dar lecciones a los autores locales y fomentar los valores locales, es pensar como colonizador.
Sentimos mucho que, lo que se propuso al comienzo, una iniciativa amistosa y de intercambio cultural, haya derivado, dado la desubicación de la poeta catalana, en tan lamentable intervención neocolonialista impresentable para nuestro litoral.
Espero que esta carta , y esa es mi intención, sea un aporte para actividades futuras de intercambio cultural, configurando una clara línea distintiva entre lo que es intercambio cultural y lo que es neocolonialismo cultural.
Atentamente Isabel Rivero, escritora de El Tabo, integrante de Agrupación cultural Las Cruces, colectivo Marea, directora del Taller Imagina.
¿Un dragón en el Tabo?
He leído, no sin asombro, la reciente columna de Anna Bou, en Le Monde Diplomatique, sobre los planes literarios para el Litoral de los Poetas. Mi primera reacción ha sido de profunda molestia al descubrir la intención de imponer una costumbre ajena, como el festival de San Jordi, en un territorio que rebosa de costumbres propias y arraigadas. Proponer el nombre del festival,"San Tabo", en honor de “San Jordi” me parece, además de innecesario, francamente grotesco.
Mi desconcierto crece al encontrar en el texto la mención de un supuesto "primer festival literario" en la zona, ignorando de manera deliberada las numerosas ferias del libro que allí se han celebrado. Estas instancias han contado con el esfuerzo colectivo y el talento de poetas y escritores destacados de la región, como Damaris Calderón, Eduardo Labarca, Jean Jacques Pierre-Paul, León Aguayo, María Elena Blanco, Mario Barahona, Isa Riveros, Isabella Castellón, entre otros, quienes han sido completamente invisibilizados en la nueva propuesta.
He tenido el privilegio, en más de una ocasión, de ser parte de estas ferias del libro, compartiendo con figuras emblemáticas de nuestra literatura, como Elvira Hernández, Carmen Berenguer y Rosabetty Muñoz, entre muchas otras y otros. Estas experiencias no solo han enriquecido la tradición del lugar, sino que subrayan el trabajo sostenido y comprometido de quienes habitan este espacio cultural único. Si el verdadero objetivo es colaborar, lo mínimo que debería exigirse es una investigación profunda y, sobre todo, un respeto genuino hacia las tradiciones y el esfuerzo comunitario que han construido, con tesón, la identidad literaria del Litoral de los Poetas.
Ana María Devaud
Guionista y escritora