La ONU en el año 1999, declara el 25 de noviembre como Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La historia de este día se remonta al 25 de novimebre de 1960 cuando las hermanas Mirabal -Patricia, Minerva y María Teresa- fueron asesinadas por el servicio de inteligencia militar del régimen dominicano de Rafael Trujillo. Las “mariposas”, como se les llamó desde ese momento, se convirtieron en un símbolo de la lucha contra la violencia de género. Posteriormente, en el año 1981 en Bogotá, se organiza el Primer Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe donde se decidió asignar al 25 de noviembre, como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, en memoria de la tres hermanas (Atres, 2019).
Por su parte la ONU en el año 1994, aprueba la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, donde se precisa que
por "violencia contra la mujer" se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada (ONU, 1994, art.1).
A su vez, la resolución (ONU, 1994) establece ciertos derechos fundamentales basados en la dignidad de la persona establecidos en la Declaración universal de los derechos humanos de 1948, a saber: derecho a la vida, a la igualdad, a la libertad y seguridad ante la ley, la discriminación, mayor grado de salud física y mental, condiciones de trabajo justas y favorables y, finalmente, no ser sometida a tortura, ni a otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
Posteriormente en el año 1999 la ONU decide promulgar oficialmente el 25 de noviembre como el día Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, como una instancia de reflexión sobre esta epidemia social transversal a todos los sectores sociales y culturales, además de propiciar que este Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, los gobiernos impulsen políticas públicas al respecto.
Ahora bien, en Chile, según el SERNAMEG (2019) al 25 de noviembre, se han registrado 41 femicidios consumados y 97 femicidios frustrados. Estas cifras demuestran la violencia extrema que termina con la vida de las mujeres en manos de sus parejas masculinas, pero existen otras que presentan cifras más invisibles como violencia sexual y acoso; trata de seres humanos; mutilación genital y matrimonio infantil (ONU, 2019).
Sin embargo, existen otros tipos de violencias que se ha convertido en un flagelo instalado en nuestra sociedad, violencia que se manifiesta en las estructuras institucionales; tales como, castigo en las ISAPRES por ser mujer y procrear, menos cotización por inequidad en los sueldos, lagunas previsionales por asumir el cuidado de los hijos o hijas cuando están enfermos. A la vez, es necesario considerar la violencia velada, pero recurrente en el mundo laboral, debido a que los hombres ocupan los puestos de poder; en este sentido, para los cargos superiores somos invisibles, pues la tarea la realizamos nosotras, ellos nos parafrasean y ocupan plazas que merecemos por inteligencia, por esfuerzo y por trabajo; nos dejan las tareas secundarias, la del trabajo duro, pero invisibilizado. A esto se suma, el maltrato en los medios de comunicación, donde la mujer continúa siendo un objeto de mercado, de sobrexplotación de la apariencia y de los estándares absurdos.
Quizás, lo más invisible y complejo es el maltrato en la vida privada que tiene su constatación práctica en golpes, insultos, baja autoestima, chantaje económico, violencia sexual, sobrecarga en las labores domésticas, culminando con esa violencia explícita, descarnada e inmoral llamada femicidio. Es por este motivo, que es urgente levantar la voz para eliminar y erradicar los abusos y la violencia de género, esto se constituye en un verdadero terrorismo contra las mujeres, para ello, se deben exigir leyes justas, aumentando las fuerzas de las sanciones, “una sociedad no puede llamarse democrática si tolera que a las mujeres se las está maltratando y asesinando”, (Las mariposas- Mirabal) máxime, si esa violencia se provoca en espacios donde se supone estamos protegidas.
Ahora bien, es cierto que la sociedad ha tomado mayor conciencia de sus derechos humanos fundamentales referidos a la vida y a la dignidad y es por ello, que se han levantado demandas ciudadanas que emplazan a erradicar lo injusto, traducido en violencia en todas sus manifestaciones sobre todo en la violencia de género. Es por este motivo que la mujer, ante el estallido social, se presenta como una sujeta social que lucha por sus derechos, tal como lo muestra la historia, donde las mujeres hemos sido protagonistas de los grandes cambios sociales, lo que ha quedado invisibilizado en manos patrircales. Porque detrás de una gran mujer, hay otras grandes mujeres, que han luchado y que han amado su dignidad de personas atreviéndose a soñar un mundo de igualdad y justicia social.
Emplazamos a la ministra Pla, para que se pronuncie por hechos de violencia que se ha ejercido en contra de mujeres en el marco del estallido social. ¡omitir es avalar! Y es una falta a los deberes no condenar la violencia, sobre todo cuando se produce por agentes del Estado.
Referencias:
Atres (25, noviembre, 2019). Día contra la violencia de género ¿Por qué se celebra el 25 de noviembre? Antena tres. Recuperado de https://www.antena3.com/noticias/sociedad/dia-violencia-genero-que-celebra-noviembre_201911215ddb60b80cf201c58f853520.html
ONU (1994). Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer. Recuperado de https://www.un.org/ga/search/view_doc.asp?symbol=A/RES/48/104&Lang=S
ONU (2019). Día Internacional de la Eliminación de la violencia contra la mujer, 25 de noviembre. Recuperado de: https://www.un.org/es/events/endviolenceday/index.shtm SERNAMEG (2019), Femicidios. Recuperado de https://www.sernameg.gob.cl/?page_id=27084
Dra. Sonia Brito Rodríguez
Mg. Lorena Basualto Porra
Lic. Andrea Berríos Brito
