Con mucha tristeza recibí la noticia del fallecimiento de Nora Cortiñas a los 94 años de edad, luego de una vida entera dedicada a la lucha por un mundo más justo y más sostenible, a través de su vínculo con una innumerable cantidad de organizaciones y movimientos sociales en Argentina como en toda América Latina y el Caribe.
De ahí que sea difícil escribir sobre la vida de una persona con tanto aporte a diferentes luchas (derechos humanos, anticoloniales, feministas, disidencias sexogenéricas, socioambientales) entrelazadas y fundamentales en los tiempos actuales, en donde la crisis de la civilización se vuelve cada vez más evidente, ante sistemas que están poniendo en riesgo las condiciones mínimas de vida en el planeta.
Partiendo por su inmensa lucha en el Movimiento Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, del cual fue parte fundamental y luchó contra la dictadura genocida en Argentina, poniendo su cuerpo siempre en las movilizaciones para enfrentar a un Estado asesino que no sólo desapareció a su hijo Carlos, sino también se llevó la vida de 30.000 personas más a través de políticas del terror y de deshumanización.
Pero también su enorme aporte en preservar la memoria a la vuelta de la democracia en Argentina desde 1983, en donde siempre mantuvo una postura crítica de cualquier gobierno con respecto a los derechos humanos, mostrando una mirada profunda y autónoma frente a cualquier partido político; lo que sólo la engrandece mucho más y la convierte en una referente a nivel mundial de defensa de la vida.
Por eso mismo que su lucha por los derechos humanos fuera integral, como bien plantea la socióloga Maristella Svampa (1), ya que fue capaz de articularla con otras reivindicaciones, como lo fue con su compromiso con el movimiento feminista y de disidencias sexogenéricas, contra un sistema patriarcal y heteronormativo, a través de demandas como el derecho al aborto, la educación sexual integral (ESI), el matrimonio igualitario, la ley identidad de género.
Asimismo, destaca su enorme contribución a la lucha contra el extractivismo en Argentina y toda la región, vinculándose a organizaciones socioambientales por la defensa del agua y los territorios, contra el negocio forestal, sojero, minero, petrolero, denunciando a mega empresas como Monsanto. Barrick Gold. Repsol, Minera Alumbrera, Cargill y a gobernantes que han sido cómplices del saqueo de los bienes comunes.
En la misma dirección, destaca su compromiso por la lucha anticolonial de pueblos contra grandes Estados, como pasa con la reivindicación histórica del pueblo palestino, el pueblo mapuche, el pueblo qom, el pueblo kurdo y muchos otros que han sido inferiorizados y negados como sujetos políticos por miradas eurocéntricas, que sólo destruyen la posibilidad de pensarnos plurinacionalmente.
A modo individual, pude conocer su importancia cuando me fui a vivir a Argentina el año 2010, y vi en Norita una persona excepcional, una verdadera madre de todas las luchas, capaz de articular distintas demandas colectivas más allá de las fronteras nacionales, con una lucidez crítica y transformadora que me llamó poderosamente la atención.
Por lo anterior, ya de vuelta en Chile, no me sorprendió que Nora Cortiñas haya mostrado tanta solidaridad con la situación política en mi país, ya sea por su crítica al extractivismo y a la negación del pueblo mapuche, como por su denuncia a las violaciones a los derechos humanos durante el 2019 en el estallido social, de parte del gobierno de Sebastián Piñera (2).
Dicho todo lo anterior, si bien no tuve la suerte de conocerla personalmente a Nora Cortiñas, es de esas personas que uno siente un profundo cariño y admiración por su ejemplo para muchas y muchos, por todo lo que entregó al planeta y al cuidado integral de la vida y por siempre estar ahí presente, por lo que no me queda más que agradecerle por tanto a ella.
1: https://oplas.org/sitio/2024/05/31/maristella-svampa-nora-norita-en-todas-las-luchas-justas/