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Notas para recordar aquello que no debemos olvidar. Por Nicol A. Barria-Asenjo.

En la actualidad, en especifico en lo va de este 2021, el Cono Sur de América prevalece oscilando entre la incertidumbre de la repetición y la ilusión de una liberación que desencadene un porvenir diferente. Este escenario, es un devenir producido en buena parte tanto por los movimientos de insurrección popular, que tuvieron lugar en ese contexto “pre-pandemía” y, los procesos de elecciones que por calendarios políticos se han gestado. En suma, es el devenir mismo de la política y lo político lo que da paso a re-pensar en ciertas cuestiones que hasta hace poco, parecían ser inverosímiles de vivenciar, transformar o problematizar. Los tiempos actuales parecen contener algunas variables y distinciones con aires globales. Por lo cual, conviene discutir algunas nociones y sus usos a propósito de las sensibilidades del presente.

Recordemos que, Theodor Adorno señalaba lo siguiente: La gente ha manipulado tanto el concepto de libertad que finalmente se reduce al derecho de los más fuertes y ricos a quitarles a los más débiles y pobres lo que todavía poseen. Los intentos de cambiar esta situación se consideran como una bochornosa transgresión del campo de esa misma individualidad que, merced a la lógica de esa libertad, se ha transformado en un vacío administrado. Pero el espíritu objetivo del lenguaje sabe que las cosas no son así. El alemán y el inglés reservan la palabra free [libre] para cosas y servicios gratuitos.’ Además de ser una crítica de la economía política, esa característica da testimonio de la falta de libertad en las relaciones de intercambio; no hay libertad mientras todo tenga un precio, y en la sociedad reificando las cosas exentas del mecanismo de los precios sólo existen como penosos rudimentos. Si se las estudia en detalle, se descubre usualmente que ellas también tienen un precio y que son dádivas que vienen con mercancías, o implican al menos dominación: los parques hacen más soportables las prisiones para aquellos que no están presos. Sin embargo, para la gente de temperamento libre, espontáneo, sereno y despreocupado, aquellos que consiguen extraer la libertad como un privilegio de la falta de libertad, el lenguaje tiene un nombre apropiado: insolente .

Ese vacío administrativo mencionado por Adorno, que, responde a las lógicas burocráticas e idiosincracias, son también transversales a algunos procesos y movimientos estratégicos que las derechas -sí, en plural para lograr captarlas a todas sin excluir a ninguna- despliegan una y otra vez. Es sumamente interesante el como, a partir de los miramientos de Adorno se reforma la concepción misma de “libertad” y puede hacerse parte de los procesos de ideologización, siendo una herramienta misma de la ideología dominante para mantener su velo ideológico cegando las verdades que tras la función se esconden y cobran partido.

La sensibilidad respecto del futuro, de lo porvenir, es algo que contiene una carga importante de riesgos. Caer en eso, en sueños sobre lo que devendrá alejándose de todo a nuestro alrededor, también es alejarse de las prioridades actuales, las cuales deben ser asumir nuestra cuota de responsabilidad y convertirnos en agentes activos que busquen otros caminos radicalmente antagónicos a los proyectos que ahora tienen lugar. Por eso, pienso que, mirar el futuro sin hacernos cargos del presente, es caer en la vieja trampa mediante la cual se suelta el ahora observándolo como un espacio sin importancia, como un lugar donde todo ya está establecido y no es necesario cuestionar lo que acontece.

Es crucial entender que, las responsabilidades de los movimientos en vivo son profundamente importantes para el proceso de co-construcción de algunas de las coordenadas que operarán en ese porvenir. En este sentido, sí las decisiones y movimientos en vivo quedan en segundo plano, y se prioriza la fantasía a propósito de un mañana, la incongruencia resultante es que se reforzará la desesperanza inicial, finalmente, efectivamente no habrán grandes modificaciones. Lo obvio, precisamente por ser obvio, una y otra vez es lo menos considerado.

La noción de Acontecimiento es útil para entender la posición que considero urgente, un Acontecimiento es una ruptura de todo lo establecido, es algo traumático pero que también contiene en si una imagen de milagro, es inentendible como todo lo que tuvo lugar el 18 de octubre del 2019 en Chile, este gran despertar social desde una mirada en retrospectiva podría interpretarse como algo que venia anunciandose desde temprana data, es posible asegurar que habían muchas señales de que aquello iba a ocurrir. Sin embargo, en la practica, el acontecimiento simplemente aparece y reapareció desde la nada. El 17 de octubre, se iniciaba un día que parecía ser normal, lo habitual y de pronto, el 18 el pais de extremo a extremo, ardia en llamas.

Ahora, regresando al presente año, donde innegablemente deambulamos entre las victorias de aquel despertar social, nos confronta nuevamente un proceso político cargado de divisiones, hay una escenario muy similar y al mismo tiempo divergente a lo que se vivía antes de 1973 -momento del golpe de Estado a Salvador Allende-. Por eso, rememorar el pasado y escudriñar en los procesos y cambios del pasado y el escenario presente, nos ayudará a no caer en ilusiones vacías de un norte común, de una falsa unidad. El enemigo, es decir la derecha y la elite económica-política, sigue atento al momento del contraataque, y lo cierto es que, en vísperas de la construcción de la Nueva Constitución Política, no hay arriesgar el terminar en el fango retornando a imponernos como ciudadania cadenas acorde a las condiciones del siglo XXI.

Este es el punto que a mi parecer hay que evitar en tiempos inminentemente políticos como los que vive el Estado de Chile o como los que viven muchos otros países latinoamericanos como Perú, México, Colombia por mencionar solo algunos que, sin duda, responden a condiciones similares con sus particularidades culturales y nacionales.

Por ejemplo, y retomando, el contragolpe que la política chilena sintió -contragolpe propiciado por el pueblo a la Elite política y económica- mediante la radical ruptura en el duopolio político que se perpetuaba desde hace décadas, es un hecho importante, tiene carácter de Acontecimiento, empero, no es un jaque mate, todo está en un terreno de incertidumbres, donde se ha hecho una jugada que ha devorado algunas piezas importantes del tablero, sin embargo, aún queda esperar el desenlace.

Desde el 2019 la carencia de comprensión de la historia, los análisis antagónicos y las perspectivas obscuras y cínicas, comenzaron evidenciarse cuando el velo ideológico inició levemente a moverse, los procesos de ideologización que se perpetuaban arrasando con subjetividades, dejaron de tener lugares prioritarios y certezas en su permanencia, mucho de lo establecido comenzó a quedar en aparente estado de reconstrucción o de deconstrucción. Esto, no significa que la ideología dominante cayo y su caída dio paso a una nueva ideología o a un proceso correctivo o de reemplazo, sino, de momento la aparente normalización de ciertos parámetros, limitantes, normas y libertades comenzaron a vacilar.

Sí, es un paso de lo viejo a lo nuevo, que llegó a consolidarse con la llegada de la Covid-19, empero, también es un paso de dejar atrás la aceptación resignada de eso viejo como la única opción. Una vez exhibido el engaño en lo político y la política, el despertar social se volvió a impregnar de sensibilidad respecto de las condiciones que se llevaban tolerando en el contexto local.

No es una situación puntual, relativa o aplicable solo al Estado de Chile, el hecho es que una y otra vez, la izquierda o la derecha genera estrategias para lograr desligarse de la carga simbólica que contienen encriptados sus partidos políticos. Una vez sucio el papel, se comienzan a desplegar partidos intermedios, con slogan de progreso, cambio y transformación e incluso muchas veces atacando a aquello de lo cual inevitablemente se sigue perteneciendo. Es una estrategia vieja pero útil, sacar un nuevo nombre, puntos discordantes y con eso se logra atrapar a generaciones nuevas, las cuales caemos en estos engaños y manipulaciones de masas por qué a fin de cuentas, el marketing es bueno y parece entregar algo diferente. Eso nos demuestra que no necesitamos tintas intermedias, no necesitamos grises, necesitamos radicalidad.

Son tal vez, precisamente esas falsas modificaciones ideológicas que terminan siendo un mero traspasos de una ideología dominante por otra mucho más dominante, lo que asegura la persistencia y aumenta el potencial devorador del modelo neoliberal. Es una de las muchas posibles respuesta que justifique la situación de algunos países, en los cuales tuvieron lugar las dictaduras y luego se incorporó una falsa democracia que no estaba exenta de vulneración de derechos, inequidad social, violencia y la prioridad siempre fue la acumulación del capital, en suma, falsas democracias que no hacían más que consolidar tiempos posdicatoriales de transición, eso aseguraba y asegura que las libertades sean solo ficciones.

Ciertamente, en este breve texto, quedan muchas cuestiones pendientes, y otras que sin duda deben problematizarse con mayor profundidad y rigurosidad. Para ir concluyendo, incorporo las palabras de David Harvey (2020) quien afirmó lo siguiente: “En lugar de conceder que la derecha tiene el monopolio sobre la noción de libertad individual, debemos reclamar la idea de libertad”. Lo cierto, es que Harvey escudriña en una noción y concepto que últimamente se vuelve uno de los epicentro de debates. La noción de “libertad” se enlaza al concepto violencia y desencadena un interminable terreno de análisis contemporáneos. Respecto de la libertad como tal se mantiene con una doble cara, es una noción utilizada y manipulada estratégicamente para fines políticos mayoritariamente por la derecha, la libertad se intenta vender cuando de antemano la elite sabe que no puede existir libertad mientras los precios y la acumulación de las riquezas siga estando por encima de la vida para ellos.

Esta situación, no es o no tendría que ser sorprendente, bien sabemos que la clase política es capaz de utilizar realidades, situaciones y conceptos inverosímiles para intentar mantenerse con algo de poder, por lo cual no es descabellado, en absoluto el que este sea el nuevo terreno de contraataque.

En Chile, la afirmación de Harvey toma lugar en su totalidad, básicamente la noción de libertad responde a una utopía vendida por la derecha, porque en la practica, es imposible que el pueblo chileno tenga lugar o tiempo de tan solo pensar en su libertad o definir que es libertad para ellos porque las condiciones materiales son siempre deplorables para un gran número de ciudadanos.

Tiempos álgidos y confusos, pero pese a la tormenta en vivo en la cual nos encontramos atrapados, es necesario seguir despiertos. Hay mucho en juego y, básicamente el desenlace se divide entre una repetición, una triste repetición que contenga mucho de lo que se intenta eliminar, o un giro radical a las condiciones estructurales y materiales que definen la historia del país ¿Hacia donde nos dirigimos?

REFERENCIAS.

Theodor Adorno citado en Žižek, S. (2005) La suspensión política de la ética- 1ª ed.- Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

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