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Olla Común y el NosOtros… Playa Ancha, un lugar del acontecimiento político… Por Ricardo Espinoza Lolas

Para Soledad Rojas y todos los playanchinos que realizan lo Imposible en nuestros días…

Desde el 21 de mayo de este año maldito de Pandemia de la Covid-19, y en medio de un Capitalismo salvaje mundial (hacendal militarizado y de farsa), y, sin olvidar que en Chile, el Capitalismo es un Laberinto del que, aparentemente, no puedes salir, en Playa Ancha (la ‘República Independiente de Playa Ancha’), Valparaíso, Chile, se está realizando una Olla Común que funciona tres días a la semana (lunes, miércoles y sábado) para dar comida, y muy rica comida (los playanchinos cocinan muy bien), a un grupo de vecinos. Y hoy ya a mediados de noviembre la Olla sigue funcionando y no se detiene. Uno de sus líderes es una mujer brillante: Soledad Rojas. Es tiempo de lo femenino en Chile y en todas partes. Ella ha podido convocar a muchas personas y no solamente dar comida en el sentido material del termino, que es absolutamente necesario hoy (hay hambre en Chile), sino que ha podido dar comida ‘espiritual’ a niños, mayores, y a todos los que la necesitan. En ese hermoso e intenso barrio popular de Playa Ancha que es Porvenir Bajo. Ella y con todos han construido un NosOtros; en verdad, lo que ha acontecido es expresar ese NosOtros que estaba ahí siempre vivo en un lugar increíble y que se resiste a la naturalización y normalización y represión del Capitalismo. No puede el establishment con Playa Ancha.

Y esta Olla Común expresa radicalmente este NosOtros, porque entre otras cosas se juntan, se organizan, se quieren, se respetan en la diferencia, ven todos los detalles no solamente de la comida, conversan, ríen, discuten, se animan entre ellos hablan de la Pandemia, reclaman sus derechos políticos, se muestran en las redes, se preocupan de sus hijos, de todo el barrio, trabajan incansablemente, se movilizan con un compromiso ético político que cualquier político de izquierda podría imitar (y así dejar de hacer tantas estupideces y que no paran de hacer). Ellos son los verdaderos constituyentes, pues estos playanchinos de tomo y lomo, que no han parado de trabajar y generar institución en medio del caos, la corrupción, la violencia estatal y el silencio cómplice de la elite. Ellos en ese barrio y en esa Junta Vecinal han corporizado un tejido socio-histórico material y lo virtualizan a todas partes. Es tanta la jovilidad, en medio de la pobreza que hay, que se respira ahí más que nunca Vida con mayúscula. Hay una fuerza humana, un trabajo del colectivo que es digno de ser visto y apreciado por todos, para que se contagie y desactivemos, de alguna forma, el yo capitalista. En estos tiempos que corren con urgencia, ante la pregunta: ¿Quién debe y/o puede ser constituyente? La respuesta es tan simple: ellos lo son. Ante la pregunta: ¿cómo construir institucionalidad hoy? La respuesta: ellos lo hacen día a día. Ante la pregunta: ¿cómo nos cuidamos en medio de la Pandemia sin tanto show mediático y represor del gobierno? La respuesta es: ellos se cuidan unos con Otros, en ese NosOtros y saben lo que tienen que hacer y no se confunden. Ante la pregunta: ¿cómo se disuelve el Laberinto del Capitalismo? La respuesta es: ellos realizan el trabajo colectivo, con otro tipo de liderazgo no patriarcal, en codiseño, y con fortaleza, con las ideas claras e integrando a todos y con mucho Amor.

La Revolución (con mayúscula) hoy la realiza ese NosOtros, como ese tejido socio-histórico que encarna materialmente Soledad y los vecinos de Porvenir Bajo de Playa Ancha; ellos son ese Centauro que se echa a andar y desde ese barrio que da casi a los acantilados de Valparaíso y se expande a todos el planeta por medio de la Redes Sociales; esa micro labor diaria constante desde juntar la comida (y ver los recursos para esto) a prepararla, a conversar de lo divino y lo humano entre todos ellos y así lo que hacen se vuelve en una experiencia revolucionaria que no hay política actual que la alcance; y, a la vez, posibilita que esa misma política mediocre de alguna forma se entere de lo que acontece en sus barrios y pueda dinamizar algo en y por el Otro, lo ‘Común’ de esa Olla, y no por el Capital (que es la constante traición del político actual y por eso no representa a nadie). El poder y el contra poder hoy se realiza en esos barrios de Playa Ancha, de Arequipa, de Bogotá, de Barcelona, de Bari, de tantas y tatas partes en donde la vida llegó para levantarse desde el dolor mismo de nuestra existencia y el abandono que ha realizado de todo lo humano el Capitalismo.

Hoy estamos ante la presencia inexorable de la Dignidad del NosOtros. No se puede ir contra lo humano por décadas, llega un momento que se vuelve inaceptable (lo estamos viendo en Lima hoy y ayer en Bogotá, Quito, Barcelona y Nápoles y Madrid, etc.), y como no hay nada que perder, porque ya se ha perdido todo, es que el sujeto revolucionario emerge, se efectúa, se realiza, surge, acontece. En ese abismo de nuestra existencia sale desde ese dolor la fuerza para vivir y generar un cambio, que recrea ese pasado traumático y abre un futuro para todos NosOtros. Eso es la Revolución hoy y eso es el sujeto revolucionario hoy. Y eso se da en Porvenir Bajo en Playa Ancha.

Playa Ancha se ha vuelto en un lugar mítico para mí y para muchos. Es parte de una inscripción simbólica que nos constituye. Y no hay nada que nos pueda detener. Ni esta Pandemia, ni este Capitalismo, ni nuestros mismos miedos radicales, siempre seguimos adelante, aunque coloquemos todo nuestro cuerpo en ello y hasta, a veces, nos enfermemos. Playa Ancha es una experiencia que solamente se barrunta cuando vives y has vivido ahí. Y me imagino que algo similar pasará en otros lugares del planeta, Playa Ancha funciona como un Significante. Por ejemplo, en Hospitalet en Barcelona, o en Vallecas en Madrid, hay tantos lugares-experiencia que se genera tejido-humano cada día y eso nos historiza y nos abre futuro. Ante tanto dolor en nuestros tiempos, Playa Ancha opera como ese símbolo que grita: ¡Sí, se puede! Playa Ancha es con sus vientos, sus cerros, acantilados, sus calles de todos los tipos imaginables, con esa lluvia, esos temblores, esa pobreza , esa dignidad, sus casas, sus escuelas, sus plazas, sus canchas de futbol que dan a las quebradas, sus almacenes que te fían, etc., es un encuentro con el otro en tanto que Otro. Comer en esa Olla Común una rica cazuela es digno de dioses.

Porque en Playa Ancha también habitan los dioses…

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