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Orgullo patrio. Por Gustavo Gac-Artigas

A solo días de la votación por el “apruebo” o “rechazo”, no a la necesidad de una nueva constitución, sino al proyecto de nueva constitución tal cual está redactado, me salta a la memoria esa frase: “orgullo patrio”.

No me referiré aquí a la estupidez y bajeza intelectual de una presentación en un acto por el apruebo que emuló las más bajas argumentaciones emitidas por algunos partidarios del rechazo en las redes sociales.

La basura al tarro de la basura y al vertedero.

Me referiré aquí al nivel del lenguaje utilizado en las redes, aquel que da una imagen de un Chile inculto, un Chile cuya educación deja mucho que desear, un Chile que discute de su futuro con un lenguaje soez, un lenguaje cegado por el odio, cuando deberíamos estar orgullosos de poder discutir, de poder intercambiar argumentos, de formar parte de esta nueva historia de Chile.

Independiente del resultado, actuemos al nivel que Chile se merece, expresémonos en el voto y no en el insulto, utilicemos el lápiz y no los puños o patadas, expresemos argumentos y no consignas o frases que intentan destruir la imagen de la persona. En tiempos no tan lejanos, hace 49 años, con la tortura intentaban quebrar la dignidad humana, 49 años más tarde tenemos la posibilidad de devolver a nuestro país su dignidad y darle el verdadero sentido a “orgullo patrio”.

El mundo nos está observando, mostremos un Chile de civismo y no una pelea de pelafustanes, mostremos un país que, responsablemente, mira al futuro, que es capaz de tomar en sus manos la búsqueda de una sociedad más justa y equitativa, una sociedad del bienestar y la felicidad, una sociedad del diálogo y no de las patadas.

El domingo, el voto es nuestra arma, es el lenguaje de la democracia. La posibilidad de votar debe producirnos orgullo, y tras el voto, el sentarnos a discutir los pasos que seguirán en esta nueva historia debe mostrar al mundo nuestro grado de civismo.

Yo votaré apruebo pero respeto a aquellos que votan rechazo, a aquellos que quieren una nueva constitución con una redacción diferente, quizás con un lenguaje más simple y más claro, quizás con una nueva asamblea constituyente que redacte un proyecto lejos del mundanal ruido pero no de la realidad, lejos de un intercambio de opiniones en las redes sociales dominado por la bajeza de un lenguaje soez, de odio, vacío y de un nivel que me hace agachar la cabeza con vergüenza.

Elevemos el nivel, seamos ejemplo. Latinoamérica, el mundo nos observan.

El autor, Gustavo Gac-Artigas, es escritor, poeta y director de teatro chileno, miembro correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española. Reside en los EE. UU.

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