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Parto y nacimiento en Chile

Nacer en Chile significa enfrentarse a un modelo de parto que, en su esencia, puede ser descrito como tecnocrático. Este enfoque, que se observa en muchas partes del mundo, a menudo carece de la empatía y humanidad necesarias para acompañar un proceso tan vital como el nacimiento. En este contexto, la salud mental de la madre tiende a ser postergada, y el apego seguro, crucial para el desarrollo emocional del recién nacido, se ve comprometido. Las prácticas actuales, quizás sin plena conciencia de sus implicancias futuras, pueden fomentar un apego que resulta ansioso y estresante, perjudicando la salud mental tanto de la madre como del bebé.

El sistema de salud se enfoca predominantemente en alcanzar cifras exitosas de salud materna y perinatal, desestimando una vasta y robusta evidencia científica que destaca el impacto que tiene en la vida de cada ser humano la forma en que se lleva a cabo el proceso de parto. La elección de un lugar seguro para parir, la compañía de personas significativas y el trato amable son elementos fundamentales que brindan la seguridad y calidez necesarias durante este evento. Además, aspectos prácticos como la libertad de movimiento durante el trabajo de parto y la posibilidad de parir en posiciones cómodas no solo benefician a la madre, sino que también facilitan una progresión más adecuada del trabajo de parto. La alimentación durante este proceso, que puede ser comparable al desgaste físico de correr una maratón, es igualmente importante para proporcionar la energía necesaria.

La manera en que se transita un parto tiene repercusiones en áreas críticas como la inmunidad, el microbioma intestinal, la salud respiratoria y la salud mental de los individuos. Sin embargo, la problemática es aún más compleja. No solo enfrentamos obstáculos clínicos que ignoran la evidencia científica, sino que también los actores involucrados en la "administración" de los modelos de parto y su financiamiento parecen no comprender la enorme responsabilidad que tienen en esta materia.

Desde hace años, FNS (Fondo Nacional de Salud) ha implementado un modelo de financiamiento paquetizado conocido como P.A.D. (Pago Asociado a Diagnóstico). Si bien esta iniciativa busca elevar las expectativas de las gestantes y sus familias en su afán de acceder a una atención más digna, el impacto ha resultado ser devastador. Este modelo se ha transformado en un incentivo perverso que obliga a los prestadores de salud a priorizar la eficiencia sobre el bienestar integral de las mujeres. Los profesionales de la salud se ven forzados a practicar una atención cada vez más alejada del modelo de parto humanizado que tanto necesitamos.

Las variables que influyen en esta situación son múltiples y complejas. El valor del paquete de financiamiento a menudo no cubre adecuadamente todas las necesidades de las gestantes, que son diversas y variadas. A pesar de los filtros implementados para seleccionar a las mujeres que pueden acceder a este bono, la naturaleza impredecible de la obstetricia siempre generará gastos adicionales, recordándonos que, en el ámbito de la salud, las necesidades son infinitas y los recursos, escasos. Afirmamos con responsabilidad que este sistema de financiamiento se convierte en un incentivo perjudicial, que no solo estresa a los equipos de salud al restringir recursos, sino que también limita los tiempos de parto. Esta presión provoca que la cascada neurohormonal, tan esencial para un parto saludable, se vea comprometida. Todo esto culmina en un aumento de cesáreas mal indicadas, lo que no solo afecta la salud de las madres, sino que también tiene consecuencias a largo plazo en la vida de los recién nacidos.

En conclusión, es imperativo que se lleve a cabo una revisión profunda y crítica del modelo de atención al parto en Chile. La salud de las madres y sus bebés depende de un enfoque más humano, empático y basado en la evidencia. La transformación del sistema de salud debe centrarse en el bienestar integral de las gestantes y sus familias, asegurando que cada nacimiento sea un evento que promueva la dignidad, la salud y el desarrollo positivo de las futuras generaciones. Es fundamental reflexionar sobre este hecho porque solo se nace una vez.

Asociación Ginecólogas Chile

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