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Piensa y Repite, Poemas Inéditos y selectos de Camilo Brosdky. Por Hans Schuster

Piensa y Repite, Poemas Inéditos y selectos de Camilo Brosdky, Editorial Aparte 2023, proyecto de escritura financiado por el Fondo del Libro y la Lectura 2022, Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, impreso en Santiago de Chile, Talleres LOM, 118 páginas.

Puede que no quiera y no sea así, pero Camilo Brosdky viene repitiendo una escritura con una pluma de ángel que satura y a ratos sutura, porque ha sido rescatada del incendio, ese ángel chamuscado que salió corriendo, porque el castigo era otro y se mezclaba la idea judeo-cristiana del perdón y la culpa, por eso la escritura trae ese olor y gusto a lodo: con papeles de envoltorio en poemas de almacén de esquina, y es la esquina del mundo la que le corta los pedazos que dice que no le duelen, y sin embargo, los escribe una y otra vez en el ritual de la poética buscando entre los escombros, otra pluma tal vez, porque el incendio se dejó caer en distintos tamaños y aunque hurguetee con una aguja o con la punta de un sextante bajo las letras del teclado, la poesía se le aparece de golpe y el hablante hace como que no se asusta, porque sabe que lo que lleva escrito es también su futuro que puede terminar en cenizas, con un incendio desde el interior de la palabra, en el subterráneo de la palabra, justo allí donde una grieta se cubre de moho, entonces debe encender otro cigarro para que el hablante vuelva a los momentos de encierro, ya pasados por la angustia que traslada sus elementos de deshuesadero, así como si la sierra continuara cortando versos a diestra y siniestra, entonces vienen los momentos downtown con pececitos Aleph que miran desde sus ojos la curvatura del mundo que nunca les ha pertenecido, aunque hubieras atravesado todos los puentes: en Ámsterdam, en Brujas, en Venecia, o en Valdivia, te aguachan los chasquidos del Mapocho y el resultado maloliente de un verso caído al descuido se perfuma sólo porque quien lee, tal vez conoció a Claudio Bertoni y allí sí que la cosa es tan brutal como soez, pero el hablante de Camilo Brodsky es otra voz, que no remeda a nadie, sólo a sí mismo, Ojo que su apellido materno si es Bertoni, tal vez por eso repite las escenas con esa melancolía de un libro existencialista que se vende en la cuneta, y sigue siendo callejero a reglón seguido, en un gesto de silencio que no se calla, porque de decir algo, algo tiene que decir. Y en el postfacio Carlos Henricson, tiene razón, hay algo en el humo espeso de una “poética alzada”.

Por otra parte pareciera que el hablante busca todo el tiempo los lugares más púrpuras del Holocausto, y allí vienen sus ancestros a jugarle una mala pasada al hablante lírico que se viste con su keffiyeh de pashimna a la moda en homenaje al mundo árabe que se ve eclipsado por un misil israelí que nunca termina de caer, porque quieren todo el territorio y Hamas fue el genocidio perfecto para el otro exterminio, que ahora se viene en grande si los científicos tienen razón y quedan apenas unos 8 segundos para la medianoche del extermino total, para eso volvió Trump que quiere quedarse con todo; Gaza, El Canal de Panama, Groenlandia, lo que sea con tal de que triunfe la avaricia, y de seguir así se quedarán sin mano de obra, aunque nazcan en su propio territorio, deberían cambiar la constitución… del mundo y eso lo propone también el hablante de Camilo Brodsky, porque trae a la memoria momentos del horror, en México con el asesinato de los estudiantes, una historia que se repite por orden del alcalde o del jefe de la policía, tío del tío, del narcotraficante y acá en Chile la cosa no fue mejor, se dijo que los hijos del dictador estaban dedicados a lo mismo, claro que en aviones de la Fach con valijas diplomáticas, pero de eso poco se supo porque, la mayoría no ha muerto de muerte natural, que es lo que se espera cuando los asesinos son extraditados, y no pongo en la misma balanza a Víctor Jara junto a Jaime Guzmán, porque la justicia es siempre otra, como los cuadernos de remoción por casos graves aunque miserables si se comparan a los jueces de las cortes marciales en los años en que el mercado de la sangre iniciaba las AFP y las ISAPRES. Y ahora unos cuantos sonríen por perpetuar el negociado y el Estado de Chile que se pudra, total sólo los buenos chilenos saben lo que es buscar el resquicio para la maña, así se apoderaron de las empresas y de las tierras indígenas, fue así como tres generaciones de la familia Edwards: Agustín Edwards Mac-Clure, Agustín Edwards Budge, y Agustín Edwards Eastman (Los de “El Mercurio Miente”) y que aparece en el libro “Cómo defraudar impunemente y a plena vista 27.000 millones de dólares. La familia Edwards y el mito de la pérdida de la fabulosa herencia de Federico Santa María” empresario fallecido en 1925 que legó su dinero para fundar la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM) en Valparaíso, y es sacada a la luz en el texto del inmunólogo y biólogo molecular Boris Rotman (Ceibo, 2021). Y a la fecha, nada que decir, y todo administrado por el propio Banco Edwards, nada que decir en tribunales, ni la propia Universidad al parecer ha hecho mucho, por recuperar la estafa con que las “buenas familias”, o las “chilenazas familias” tienen en sus paraísos fiscales y siguen profitando, total las leyes las hacen sus esbirros, con raspado de olla y todo de lo más bien.

Pero volvamos al texto, el poemario; “Piensa y repite con devoción los nombres en tu cabeza de los trenes”, de la página 23, es un desgarro feroz, con los nombres a recordar, entrelazados por las manos de padre e hija y la ausencia de un servicio de trenes que fue boicoteado por los transportistas bajo el amparo de la dictadura cívico militar, luego vino otro de los bochornos de Lagos y sus trenes españoles usados en el infame Plan Trienal 2003-2005. Una iniciativa impulsada por el entonces Presidente Ricardo Lagos Escobar, aplaudido como gran estadista por el empresariado, mientras concesionaba el país a costa de los usuarios -porque ya no hay ciudadanos- y en cuanto a los trenes hoy sólo quedan servicios locales y estaciones en el absoluto abandono, más de un billón de pesos a la basura o en los bolsillos de unos pocos, en una iniciativa que pudo haber cambiado la cara de una decena de comunas entre La Araucanía y Puerto Montt y que demuestra cómo el Estado sigue favoreciendo a los transportistas, qué pasa con el IVA a los combustibles si igual lo recuperan, y aun así en cada alza se aprovechan y suben los precios del transporte, otra vez las leyes y los legisladores en contra de la población y sólo a favor de sus intereses, ya pagadas las cuotas de las coimas, sería bueno investigar por qué votan como votan los proyectos que votan. Y ante la paupérrima ley de pensiones, en donde muchos hicieron gárgaras por las voluntades de los acuerdos, acuerdos que la derecha logró mantener a tope sin sacar a las AFP de la ecuación, de modo que nada asegura que el 72% de las personas seguirán recibiendo pensiones por debajo del salario mínimo, mientras la derecha tradicional supremacista, votó en contra del proyecto por considerar que la iniciativa traerá más desempleo, incertidumbre y presión sobre el mercado laboral, y todo porque por primera vez será el empresariado quien ponga un breve porcentaje de la supuesta capitalización, dado que las AFP le prestan al mercado los fondos de los trabajadores, a un porcentaje irrisorio como el que reciben los trabajadores que es siempre inferior al de los prestamistas (el eufemismo es inversiones), negocio redondo para la industria del préstamo, bancos y seguros incluidos, es lógico que quieran mantener la miseria, no se olviden que además de cobrar un porcentaje que va sobre el 1% a todos los afiliados, acrecentando la carestía, para ellos legitimas ganancias por ley- y quienes la hicieron- después de todo gracias a ella, esas familias de patriotas tienen piscinas en paraísos fiscales, ganan fortunas con la indigencia de otros, gracias al sistema de los fondos de pensiones, que por más de cuarenta años tienen desfondados a los trabajadores.

Pero volvamos por última vez al libro de Camilo Brodsky, a ratos unas largas pestañas negras abanican el mundo, que se seca en el callejón de la sangre, y hay larvas de jueces en los desagües, no se sabe de qué Corte, pero cortan hasta la droga que trafican los policías y los fiscales también consumen como si fueran parlamentarios que se enchufan su dosis de internet en el pornometraje de sus leyes, todo a destiempo, como si quisieran compartir una sensación de progreso gelatinoso desdibujado en degradé y de adrede se meten la mano al bolsillo, para estar seguros de que tienen a su presa y presa está la ciudadanía con estos candidatos del machete, mientras algunos le preguntan a Juan Carlos Morstadt Anwandter por Julia Chuñil, y fueron a borrar las huellas de las camionetas de las forestales pero nadie hace nada, como siempre todos llegan tarde, mientras se pliegan y repliegan al nuevo estado de excepción, total es el Wallmapu y los viejos de sofá miran la tele y dicen ¡oh! , pero eso es todo, porque el hablante de Camilo Brodsky les pega un chirlo, y el hablante escribe sus poemas como si quisiera hacernos perro muerto y hay chilenismos y anglicismos en la música mencionada que pareciera irse carretera adentro y se hiciera una bufanda con el puente de Brooklyn, en tanto el puente Pío Nono, no da para ir de ida y vuelta, ni las iglesias se creen los cuentos que cuentan los cura Gatica, y a pesar de la religiosidad con que el hablante escribe sus poemas que son noticias de distintas partes del planeta y las letras se transforman en dólares, para que especulen los críticos literarios, que quedan y entienden poco, por eso emiten ruidos de bandurria o sacan un bambú de raíz, como si guardaran las bolsitas de té por años, no es de extrañar que recibiera el autor dos veces el premio de la Ilustre Municipalidad de Santiago, y que algunos piensen que son versos de colación, pero la vinagreta es otra y otra la mancha que queda en los ojos, porque podría pasar que un poema te desprenda la retina y entonces, aunque culparas al autor, la falla fue tuya porque no te diste cuenta que era Piensa y repite, inéditos y selectos, en la ironía, o te haces un collar con colillas de cigarros, si es que todavía crees que sólo se trata de poesía.

Hans Schuster, escritor.

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