La historia del cine chileno siempre parece muy reciente. De lo que se habla en su mayoría es de aquello que atañe a la producción de los últimos diez o veinte años. Si se es generoso, la conversación podría girar desde el novísimo cine chileno de principios de los 2000, hacia los años noventa, y por qué no, a la época de transición a la democracia, cuando filmes como “Caluga o menta”, o “La frontera”, entre otros, alumbraron un camino tras los largos años de la dictadura. Pero si a ese último periodo histórico es a donde dirigimos la mirada, tendremos automáticamente como objetivo el periodo inmediatamente anterior al golpe de Estado, y en particular al de fines de los años sesenta: el nuevo cine chileno, el de Raoul Ruiz, Miguel Littin, Helvio Soto, etc. Antes de eso lo que se abre es un territorio que se sabe está ahí, pero nada más. Prácticamente no hay grandes títulos emblemáticos que pudieran servir de faro en un medio opaco. Pero, si retrocedemos aún más atrás en el tiempo, tan atrás que llegamos a un punto donde ya no se puede retroceder más porque hemos arribado al “año cero” del cine chileno, tal vez la única referencia de la que podamos tomarnos sea el clásico de Pedro Sienna “El húsar de la muerte”, como un símbolo de que en Chile se hizo cine durante el periodo mudo. Y es efectivo. En nuestro país hubo una ingente producción de cine silente entre 1916 y 1930, en el que numerosas mentes creativas intentaron levantar una precaria industria fílmica, una intensa y a la vez frágil escena cinematográfica local.
Es así como un grupo de investigadores formado por Luisa Urrejola, antropóloga y responsable de la coordinación del equipo, Álvaro Guerrero Gabella, también antropólogo, en la labor de investigación a partir de fuentes literarias y escritura de los contenidos, y Gabriel Cea, licenciado en cine y restaurador de películas, y que estuvo dedicado a la recopilación de fuentes secundarias como archivos de prensa de la época y corpus de fotografías de películas, trabajando desde un proyecto Fondart audiovisual denominado “Del teatro al cine: pioneros del cine chileno”, se dedicó a bucear en las aguas profundas de la historia primigenia de la primera edad del cine nacional, el periodo mudo, enfocándose en particular en la investigación de un grupo de artistas del teatro nacional, directores, dramaturgos, actores, quienes desde la segunda mitad del siglo veinte se mostraron interesados y motivados a crear las primeras películas que se realizaran en Chile.
El resultado de esa investigación se ha materializado en una página web cuyos contenidos buscan difundir al público contemporáneo las imágenes e ideas de una era perdida del cine chileno y cuya producción a pesar de todas las limitaciones propias de la época, es el testimonio de una febril actividad que entrecruzó la naciente escena teatral con el inmediatamente posterior y breve auge de nuestra cinematografía local, durante los años veinte. El sitio llega para enriquecer el conocimiento histórico de una etapa que no es otra que la que corresponde a las bases de la creación fílmica en el país.
Este proyecto fue financiado por el Fondo de Investigación Audiovisual del Ministerio de Las Artes y las Culturas, convocatoria 2019
