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Planteamientos ante lo que sucede en Chile. Por Alejandro Guzmán

PLANTEAMIENTOS ANTE LO QUE SUCEDE EN CHILE.

Aflora en Chile una realidad que se mantenía semioculta y en silencio. Sospechas y un presentimiento colectivo que estaban ocurriendo diversos hechos que podrían constituir actos de corrupción e incluso delictuales y cuyos autores se encontrarían a nivel de Gobierno, Congreso y otras instituciones del país. Luego efectivamente han ido aflorando los hechos y sus autores o participantes y ellos no son otros que las más altas autoridades del poder Ejecutivo, Legislativo y otros. Gran indignación ha causado todo esto en la opinión pública, la que muestra su enojo con un absoluto desprecio por las personas que han incurrido en estas conductas, manifestando que nos encontramos frente a ladrones, sinvergüenzas, etc. , etc.

Pero también se observa que esta indignación se manifiesta a partir de estos sucesos, como si esta corrupción tuviere poco tiempo de vida, como si fuera reciente, lo que no es verdad y para ello hay que hacer una retrospección en el tiempo hasta llegar a la época del Sí y del No. En efecto, la ciudadanía concurrió a votar No para echar del poder al tirano Pinochet, para encarcelarlo, para hacer justicia. Al mismo tiempo para terminar con todo lo instaurado por la dictadura, que no solo fue de Pinochet y de los militares golpista sino que también de la derecha política y económica. Así de esta manera, lo que son ahora la UDI y Renovación Nacional, a la que se sumó posteriormente la Concertación, y ahora la Nueva Mayoría, que en verdad constituye la Nueva Derecha, pudieron instalar sin resistencia alguna el modelo económico neo liberal de mercado, lo que ha permitido generar para unas pocas familias una inmensa fortuna en millones de dólares y una gran mayoría sumida en la pobreza o en una subsistencia limítrofe con la pobreza. Así pudieron crear e instalar verdaderas máquinas para extraer el dinero de los ciudadanos de sus escuálidos ingresos a cambio de prácticamente nada. Ellos son las A.F.P., las Isapres y tantas otras. Al mismo tiempo el régimen de la derecha y de los militares fueron destruyendo los cimientos morales de nuestra sociedad en términos que fueron desterrando valores como la solidaridad, la unidad, y fueron introduciendo al dinero como la razón de ser del chileno, el egoísmo, el individualismo, el consumismo, el aparentar, su único norte y sentido de vida el lucro y el tener. Desaparecieron los valores y principios como la solidaridad, la consecuencia, la honestidad, la humildad, el ser, la franqueza en las relaciones, etc. Todo se ha vuelto una empresa, capital, metas de producción, incluido en esto la reforma procesal penal actual.

Apreciamos entonces que los dirigentes políticos y los partidos que encabezaban el proceso de lucha contra la dictadura negociaron con ella la salida del dictador, y para hacerlo traicionaron al pueblo de Chile y lo engañaron. Le aseguraron a la ciudadanía que llegaba la Justicia, que se terminaba el modelo económico neo liberal de Mercado, que la pobreza debía terminar y tantas otras cosas. Pero por otro lado y en forma oculta estos dirigentes ya habían llegado a un acuerdo con el dictador garantizándole impunidad para él y para todos los involucrados en los crímenes y violaciones de derechos humanos, que se mantendría el modelo económico neo liberal de mercado y la Constitución Política del Estado. En suma con algunos cambios no de fondo, seguiría lo mismo. Y así fue. El resto de la historia es conocida por todos nosotros, pero esto no termino ahí.

La casta política dominante, que tuvo sus inicios a la vida pública como tal en la época que le mintió y traicionó al pueblo de Chile y que luego subió al poder con los presidentes Patricio Alwyn, Eduardo Frei Ruiz Tagle, Ricardo Lagos Escobar y Mitchelle Bachelett, esta última en dos oportunidades, ya habían dejado atrás sus principios, sus aparentes consecuencias con estos y pasaron a abrazar definitivamente los principios políticos y económicos de la economía neo liberal de mercado. Pero para continuar en el poder prosiguieron con la mentira y así, por ejemplo, vemos a un partido socialista que abraza el capitalismo en su expresión más extrema y van del brazo con Adán Smith, despreciando a los caídos. Pero para continuar usufructuando del poder y sus bondades sin sonrojarse se dicen socialistas. Y así con las demás fuerzas políticas, incluidos en esto al Partido Comunista, a pesar de sus caídos.

Ahora es muy claro que para poder dar estas volteretas vendiendo al martillo sus convicciones y el respeto al pueblo, se requieren tener condiciones que nada tienen que ver con la ética, con la verdad, con la integridad política. En suma, carecen de las barreras espirituales que hacen que el ser humano sea y se mantenga como un ser con valores que lo eleven por sobre aquellos que explotan y utilizan a su prójimo y se transforman en verdugo de el.

Entonces dentro de este contexto político y moral debe entenderse lo que sucede en Chile en el día de hoy. La corrupción que se conoce, y que todavía debe ser mayor, es una consecuencia lógica en el actuar de los que, actualmente se encuentran en los distintos estamentos del poder, y que son los mismos personajes que transaron con la derecha y el dictador. Porque si fueron capaces de mentirle al pueblo de Chile, de pasar por encima de sus muertos y tanto sufrimiento mientras muchos de ellos gozaban de un cómodo y a veces lujoso exilio sin arriesgar nada, de mantener y mejorar una economía perversa para beneficio de una minoría, o sea a unas pocas familias, a costa incluso de la vida de personas humildes, es que están dadas las condiciones para que la corrupción aparezca e impere. Quien puede lo más, puede lo menos.

Ahora bien, la Concertación o la Nueva Derecha y la Derecha tradicional, que son responsables de toda esta realidad degradante, incurren en otra conducta que está muy lejos de lo que es sano y correcto como lo es dar ellos la solución para sanear nuestra democracia. Postulan que con la creación de Comisiones para detectar la corrupción y desenmascararla se termina con este fenómeno. O sea los propios autores de hechos ilícitos pretenden transformarse en sus propios jueces obviamente dictando sentencia en su favor. No es así. El problema no termina de esta forma. No se arregla con leyes ni comisiones. Esto tiene su causa en la ninguna calidad de personas, que no tienen ética y valores y principios. Ellos ya han actuado por años, como se dijo más arriba, faltándole a la verdad al pueblo, pasando por encima de los caídos. Esto hace que no debamos extrañarnos de una lógica consecuencia como lo es la corrupción que solo recién se está destapando. Ahora bien, la consecuencia directa de toda esta realidad de mentiras de larga data es el desencanto del pueblo, por lo que se ha ido marginando de la vida política y ha crecido en el un desprecio por los dirigentes políticos. Es lo que se conoce como la apatía de la ciudadanía, la que ya no va a votar ni elige a las autoridades, lo que afecta desde la Presidenta de la República, al Congreso y a toda la dirigencia política partidaria.

Entonces la realidad de nuestra patria es que solo un poco más del 30% del electorado participa en el proceso eleccionario, de tal forma que la Presidenta de la República ha sido elegida con un poco más de ese 30%, lo mismo que los integrantes del Congreso, muchos de los cuales hoy día están enfrentando la justicia o la tendrán que enfrentar. Entonces tenemos que existe una realidad de corrupción bastante elevada en la cual son partícipes las más altas autoridades del país y que se agrega a ello que el pueblo no los ha legitimado ausentándose de los procesos eleccionarios, de tal manera que cerca del 70% de los ciudadanos con derecho a voto rechazan a esta clase política sin sustento en el pueblo, mostrando su rechazo simplemente no votando.

QUE HACER FRENTE A ESTO

La realidad imperante no va a cambiar con operaciones de maquillaje para que continúen los mismos al mando del país. Es más, también queda claro que los que en realidad gobiernan Chile no son otros que los empresarios, los grupos económicos, los que gobiernan en forma indirecta y tras bambalinas, y esto no puede continuar dado que las consecuencias para Chile van a ser bastante graves.

La clase política imperante en Chile se ha inhabilitado éticamente para continuar dirigiendo el país, por lo que se hace necesario que presenten su renuncia y se vayan.

Y que el Presidente de la Corte Suprema asuma el cargo de Presidente de la República y que llame a un plebiscito a celebrarse a 90 días plazo para que la ciudadanía concurra a las urnas y diga :

1.- Si desea se ponga término a la economía neo liberal de mercado.

2.- Si desea se ponga término a las Administradora de Fondos de Pensiones y a sus abusos y que el Estado se haga cargo del sistema previsional.

3.- Si desea que se ponga término a las Isapres y que el Estado se haga cargo de sus funciones.

4.- Si desea que el cobre y todas las riquezas naturales del país vuelvan al poder de Chile, nacionalizándolas y que sus beneficios queden acá para beneficio de todos los chilenos.

5.- Nacionalización de las Aguas.

6.- Reforma Bancaria,

7.- Reforma Educacional. Gratuidad de la misma.

8.- Nueva Constitución Política del Estado.

Luego del plebiscito se debe llamar a nuevas elecciones de Presidente de la República y de Parlamentarios en el plazo de 120 días, los que tendrán como obligación irrenunciable cumplir con lo acordado por el pueblo en el plebiscito .

ALEJANDRO GUZMÁN BARBÉ ABOGADO.

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