Hace ya 30 años, el 17 de septiembre de 1994 y ante la presencia de cientos de pobladores se inauguraba oficialmente la Plaza Víctor Jara de Pudahuel. Desde ese entonces, este pequeño lugar se convertirá en la primera plaza pública que lleva el nombre del destacado actor, director teatral y cantautor y uno de los primeros homenajes públicos realizados al artista en el país. El gesto institucional, vino a reconocer el nombre que los mismos pobladores habían otorgado al lugar, aunque, sin embargo, la historia iniciaría varios años antes.
Al calor de las barricadas
Desde sus inicios, el terreno que actualmente cobija la plaza será un espacio en disputa sobre su uso futuro: plaza o cancha de futbolito, proceso en el que con el paso del tiempo intervendrán la Junta de Vecinos, CEMA Chile y la propia municipalidad con su alcalde designado. En el intertanto, el lugar mantenía su aspecto descuidado de peladero, situación que motivaría la recolección de firmas para concretar la cancha en el espacio baldío.
Sin embargo, será la municipalidad en el tradicional estilo autoritario de la época, quien zanjará el conflicto destinado el paño a un área verde, instalando asientos y plantando algunos árboles y una caseta de madera, la que, al poco tiempo junto a los ladrillos, se convertirán en materiales para las tradicionales barricadas del sector.
Es así, al calor de las protestas populares contra la dictadura que este lugar, situado en la Población Estrella de Chile, por sus características y estratégica ubicación, se convertirá en punto de reunión para las barricadas y cada 11 de septiembre, para el desarrollo de velatones y el homenaje a los caídos. Es en este contexto, marcado por la movilización social y la lucha por la recuperación de la democracia, que a fines de los años ochenta, este sitio será bautizado en honor al artista asesinado.
La inauguración
Ya es 1993 y en Pudahuel se desarrolla el II Festival de Todas las artes Víctor Jara, proyecto impulsado por las Juventudes Comunistas, que, por sus alcances y resultados, fue sin duda el proyecto cultural más destacado de “La Jota” en este período. [1] Desde este espacio va a surgir la “oficialización de la plaza”, que, con una jornada de música y pintado de murales buscaba reivindicar el nombre del lugar y su valor como espacio cultural. Sin embargo, y pese a una creciente visibilidad pública, la plaza figuraba como “sin nombre” en los registros municipales. Será la demanda las organizaciones sociales de reconocer legalmente el nombre del lugar, que llevará al Concejo municipal, a aprobar por unanimidad esta moción, dando paso a la inauguración oficial el 17 de septiembre de 1994. “Cerca de las 18 horas la plaza se llenó de pobladores que recibían con orgullo el cambio oficial de nombre de este lugar que fue construido con sus propias manos”, señalaba el diario El Siglo en su edición de septiembre de dicho año. [2]
Qué cosa más linda es ser voluntario
Paradojalmente, el reconocimiento oficial no se tradujo en una preocupación por el mantenimiento del lugar, lo que devino en la destrucción del escaso mobiliario urbano y luminarias existentes. Así, va cobrar fuerza la idea de revitalizar la plaza a través de la realización de actividades culturales, conseguir la iluminación, mantención de las áreas verdes y la remodelación de esta, a través del desarrollo de un proyecto comunitario. Este proceso va a dar origen al “Comité pro-remodelación de la Plaza Víctor Jara”, integrado por diversas organizaciones sociales, culturales y políticas, además de artistas y líderes comunitarios, junto al patrocinio de la Municipalidad de Pudahuel, la asociación Chiles Kinder, de Luxemburgo, Asociación Víctor Jara de Suecia, Fundación Víctor Jara, Casa de la Juventud de Pudahuel, Urracas de EMAUS y el Centro artístico y Cultural Víctor Jara.
“Esta plaza en Chile es única, es un orgullo de la comunidad de Pudahuel y sin duda cuidarla es hacer un llamado a tener un espacio de encuentro con Víctor, la cultura, el amor y tantos otros valores que muchos compartimos”, diría Joan Jara sobre el proyecto.
Es así que se encarga al artista Lautaro Labbé el diseño de una propuesta para intervenir el lugar: “En La Estrella, la cultura popular surge desde la guitarra de Víctor Jara”. El escenario será un escenario-escultura, una guitarra abierta. [3]
Consecuente con los principios que animaban la iniciativa, las obras de remodelación serían realizadas mediante trabajo voluntario, a la par que se desarrollaban diversas iniciativas para reunir los recursos. “Queremos invitar a todas las personas, mujeres y hombres amigos de Víctor, a que participen en esta iniciativa convencidos que sus manos junto a otras manos darán vida a la nueva Plaza Víctor Jara de Pudahuel”, como señala un comunicado de prensa de los organizadores. [4]
Desde Luxemburgo, el pequeño país europeo, llega la noticia. El escritor Marcel Gillander, admirador de la obra de Víctor, dona los derechos de su novela “Atacama” para la construcción del escenario escultura. “Fue para mí un gran honor y una alegría, una cuestión de corazón”, recuerda dos décadas después. [5] Por su parte, la municipalidad, concurrirá con una subvención especial para el desarrollo de las obras de remodelación, el resto, será aportado por la comunidad y sus organizaciones.
De este modo, se construyen nuevos jardines, instalan nuevo mobiliario urbano y luminarias, se renuevan los juegos infantiles y plantan árboles, y como hito de este proceso, se construye un escenario escultura. Luego de cuatro meses de trabajo, el 23 de abril del año 2000, se entregan las obras a la comunidad, ante una plaza rebosante de gente y de color que estrena su nueva cara. Tras el acto oficial, el concierto de celebración, donde más de cinco mil personas cantan y bailan en la calle al ritmo del grupo Sol y Lluvia cierra una jornada memorable.
Epílogo
Desde su nacimiento, hace ya más de tres décadas, la Plaza Víctor Jara ha visto transcurrir el acontecer político, social y cultural de Pudahuel y del país, así como a varias generaciones que jugaron en ella, o se cobijaron bajo sus árboles. Y sin duda y quizás en una de sus facetas más conocidas, ha sido escenario y punto de encuentro del malestar ciudadano y un relevante espacio de expresión artística y cultural.
La historia de la plaza es también la de la lucha contra la dictadura y, por tanto, resultado de ese tiempo histórico, en el que diversas generaciones de dirigentes sociales, artistas, militantes, vecinos, organizaciones culturales e instituciones contribuyeron a forjar lo que hoy existe. El proceso que culminó en la remodelación en el año 2000, permitió que la plaza haya podido acoger en mejores condiciones la actividad social, política y cultural de la población de Pudahuel, y en un continuo que se hasta nuestros días, a innumerables actividades en un espacio abierto y autogestionado.
A 30 años de su inauguración, la Plaza Víctor Jara es testimonio vivo del amor a Víctor Jara por su pueblo reflejado en un espacio público que honra su memoria, y también un homenaje a la lucha de los pobladores y sus organizaciones, que con su sacrificio y esfuerzo contribuyeron de forma determinante a la recuperación de la democracia.
En Pudahuel, frente a La Estrella, Víctor Jara tiene su plaza.
Roberto Guerra Veas.
El presente artículo forma parte de un texto del mismo autor, de próxima aparición.
[1] Guerra R. (2024). Mil guitarras para Víctor Jara. Origen, proceso y experiencia.
[2] El Siglo (20 de septiembre 1994). Plaza Víctor Jara: un gesto de amor. En Pudahuel se inauguró con justicia.
[3] Ver Documento propuesta de construcción colectiva de Escenario escultura.
[4] Comité Pro Remodelación Plaza Víctor Jara. Comunicado de prensa, 27 de diciembre 1999.
[5] Testimonio de agosto de 2024.