En la última encuesta Cadem (Plaza Pública) de las diez figuras públicas mejor evaluadas por la ciudadanía, cinco son alcaldes en ejercicio: Matthei en Providencia, Vodanovic en Maipú, Carter en La Florida, Ripamonti en Viña de Mar y Emilia Ríos en Ñuñoa. No puede ser casualidad que, en tiempos de crisis de confianza en todas las instituciones, los alcaldes y alcaldesas de distintas comunas y signos políticos tengan una especial valoración popular.
El primer contacto que tiene el ciudadano con el Estado, al salir en la mañana a sus actividades es el municipio: Pasó o no la basura, hay ampolleta en el alumbrado, las veredas y calles están transitables, podaron los árboles, puedo llevar a los niños a la plaza tranquilo, etc. El poder real y práctico que percibe la población tiene que ver con lo local, lo cercano, lo perceptible; incluso temas que no son precisamente locales como la seguridad ciudadana, son tomados (para bien o para mal) por las gestiones municipales.
No deja de ser contradictorio que pese la alta cantidad de ediles acusados, formalizados e incluso condenados por corrupción, malversación de fondos y todo tipo de delitos, la buena valoración la encabecen alcaldes y alcaldesas. Lo local en mundo globalizado toma gran importancia, porque conecta con las necesidades reales y tocables de un Estado cada día más vapuleado, pero necesario para llevar “lo comunitario” a la gente, esto lo saben todas las autoridades locales, que sin importar el signo político se transforman en defensores de un municipio fuerte y solidario.
Si bien nadie discute la importancia de lo local y el conocimiento de los ediles en su territorio y más allá, desde el retorno de la democracia (incluso desde que somos república) nunca un alcalde dio el salto desde el municipio al gobierno nacional. Lo han intentado Lavín, Matthei y otros, pero sin mayor suerte (o muy mala suerte), como si las personas le dieran un rol único al poder local; que se quede en lo pequeño no se mezcle con la política de las grandes ligas, pareciera ser el mandato que les da la ciudadanía.
En octubre próximo los chilenos y chilenas deberemos elegir a quien encabece los gobiernos municipales, para que el Estado funcione a nivel local. Los vecinos pareciera que no les importa el signo político del candidato y candidata, tampoco el político nacional que los respalde, lo lindo que sea su campaña, la cantidad de palomas y afiches en las calles, ni siquiera las veces que salga en los matinales peleando y “pelando” al oponente, sino las medidas concretas, la consecuencia, la credibilidad y la cercanía con el atribulado vecino y vecina. De los cinco de la fama, dos van por la presidencial (Matthei y Carter) y los otros tres: Vodanovic, Ripamonti y Emilia Ríos seguirán apostando por el Poder local que es el poder Real.
Daniel Recasens Figueroa
Periodista
Doctor © en Ciencias de la Información