En otras oportunidades se ha hecho referencia respecto a la necesidad de fortalecer la idea de proyectos políticos nacionales, regionales y locales[i], entendidos como instrumentos de horizontes en los que tienen que navegar la/os tomadores de decisiones durante momentos de pre – campaña, campaña y tras la elección correspondiente. Inclusive las candidaturas derrotadas, pero con un instrumento de gestión política, contribuyen a densificar el debate y la toma de decisión de un electorado, en estos días desafecto con la política en cuanto práctica y la/s política/os en cuanto actores, sobre todo cuando de representantes políticos se refiere.
Interesa indicar, además, que, en la medida que se logran desde una matriz territorial o de espacio geográfico estos proyectos, son una oportunidad de ‘asertividad en realidad’ que debería acercar a las comunidades en adhesión cuando de una elección se refiere. Es cierto que las prácticas del marketing político, en cualquiera de sus derivadas hoy por hoy, como es la neuro-política o neuro-marketing que privilegian la imagen, la frase corta y asertiva para que se incruste en el consiente y subconsciente de un ciudadano – elector, son también datos de la realidad cuando de gestionar campañas electorales se refiere (y antes y después también). No hacerlo, es un error, como también es un error, no usar los potenciales de las redes sociales en cualquiera de sus versiones y gestiones para llegar a más sitios del territorio virtual en el cual se despliega y que en más de una oportunidad influye en la toma de decisión de un elector-ciudadano, que se encuentra en un espacio geográfico material.
Desde esa perspectiva, la comunicación política a concretar, es un desafío permanente para gobiernos a diferenciadas escalas geográficas, pero también cuando se encuentra en momentos de campaña o pre - campaña, el cual, en parte se supera de buena manera en la medida que se ancla a la base territorial y, cómo, desde ahí, se proyecta a los dispositivos y técnicas que ofrezca el marketing y las redes sociales.
Ello es así, en parte, porque cuando se hace referencia al poder local o subnacional, se hace referencia a una relación social – política entre actores organizados ‘civiles institucionales’ como ‘políticos institucionales’ y por último, los que ‘no tienen ninguna institucionalización’ (geografía de la multitud, por ejemplo en momentos de movilizaciones sociales), que independiente que se encuentren anclados en las redes sociales que permite la internet, también, están anclados y de manera intensa en una base material como es el espacio geográfico y el territorio (región, comuna, la cuadra, entre otros), el cual, refleja al final del día cómo, quienes manejan de mejor manera las relaciones espaciales de poder en la escala local – regional, dejan su huella, que en oportunidades explican las insatisfacciones de las comunidades, territorios, espacios geográficos, cuando se generan las conflictividades socio-ambientales, las desigualdades socio-territoriales, las segregaciones urbanas o las re-concentraciones de la propiedad rural-urbana con sus consecuencias políticas en las calidades de vida de las personas, que se traducen, posteriormente, en definiciones y desafecciones políticas (salud, educación, pensiones y pobrezas diversas, incluidas, en las desafecciones territoriales, por sus no cumplimientos).
En ese sentido, el esfuerzo realizado por el Instituto Igualdad del Partido Socialista de Chile junto con otras instituciones asociadas del mismo en escalas regionales (PS regionales), como también con la Friedrich-Ebert-Stiftung (FES), lograron integrar las dimensiones aquí comentadas, haciendo del título de sus escuelas de formación ciudadana-política la mejor amalgama de aquello “Mejorar la Vida Desde el Poder Local”.
En la medida que se instalen condiciones de ‘realidad-concreta’ que realizan los partidos políticos entre sus militantes, adherentes y simpatizantes o público en general, respecto de procesos formativos que buscan o no la representación popular o inserción social para contribuir al logro de mejores calidades de vida personales y colectivas-territoriales, creemos se gana en democracia y fortalecimiento partidario, en general.
De ahí en más, las definiciones referidas y expuestas en materias de seguridad pública-ciudadana, transparencia, medio ambiente, planificación del desarrollo local-regional-nacional, inclusión, género, ordenamiento del territorio, entre otras materias, se hilvanaron con un sentido de horizonte de fortalecimiento democrático y ampliación de las oportunidades para el mejoramiento de las calidades de vida. El poder local-regional importa siempre y, por lo tanto, siempre se debe cultivar tal situación, porque es desde ahí, desde los territorios, desde donde emerge la pertinencia de la acción y el pertinente diseño de política pública en un marco de proyecto político local-regional-nacional.
[i] Ver en Liderazgos subnacionales… ¿acompañados de proyectos políticos subnacionales?
Hernán García Moresco, Magister© Ingeniería Informática USACH. Diplomado en Big Data Universidad Católica. Diplomado en Ciencias Políticas y Administración Pública. Universidad de Chile. Licenciado en Educación en Matemática y Computación USACH
José Orellana Yáñez, Doctor en Estudios Americanos Instituto IDEA-USACH, Magister en Ciencia Política de la Universidad de Chile, Geógrafo y Licenciado en Geografía por la PUC de Chile. Integrante del Centro para el Desarrollo Comunal Padre Hurtado.