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Presentación del libro: “Recuperando la esperanza”. Por Ana María Devaud

"Ya nadie tiene memoria de lo que fue una cultura humana sin violencia, sin patriarcado. Pero algunas mujeres están listas para imaginar esa otra realidad posible". Cecilia Vicuña, artista plástica, escultora, poeta, premio a la trayectoria en la Bienal de Venecia.

En primer lugar, gracias a Le Monde Diplomatique por esta invitación y honrada de estar en este panel. Debo decir que este medio es uno de los pocos que ha dado voz al feminismo, no sólo ahora, desde hace tiempo y cuenta con una serie de interesantísimos libros en este sentido.

Me presento como feminista suelta. Me gusta ese apelativo, hoy transformado en signo de libertad. Me surge una duda ¿A los hombres les dijeron, alguna vez, eres un suelto? En fin, la urgencia del momento impide las digresiones y me remito a lo que nos convoca.

Atendiendo al nombre de este libro: “Recuperando la esperanza”, he tratado de recuperar algunos pedazos después del desastre y, como una zombie caminando entre los escombros, miro el tenebroso cielo, buscando alguna luz y repitiéndome varios mantras: “Todo pasa”; “No hay mal que dure cien años”; y mi favorito en casos extremos: “Por algo pasan las cosas”. Todos bastante inútiles en la historia de las mujeres.

Sabemos que en la vida esperanza y la derrota son caras de la misma moneda y convivirán siempre. La esperanza, como ya dije, la asumo desde el feminismo con una larga historia como pioneras y voceras de protestas emblemáticas. Hemos sido parte del despertar, la decepción y la incertidumbre final de esta pobre “democracia”, donde la comunicación, desde mi perspectiva, se convierte en el Talón de Aquiles. No sólo me refiero a los medios de comunicación cooptados, también me refiero a la incapacidad de comunicar.

Sin duda, nuestra conciencia respecto de los medios de comunicación tradicional y su poder se ha ampliado, a nivel de convertirse en peligrosos mecanismos que logran manipular los acontecimientos, hasta conseguir que la mentira y la verdad se sitúen en el mismo nivel. A mi modo de ver esto fue lo que sucedió en el proceso constitucional y con un objetivo claro, no dejar espacio a la difusión del contenido, desviando las energías hacia el acto de desmentir los slogan sembrados con enorme publicidad. ¿Cambiar de estrategia ante el éxito logrado?, deben pensar los vencedores, por supuesto que no. Y somos conscientes de la nueva etapa y el slogan elegido: seguridad. _ Muy bueno, por cierto. Es un tema que no tiene, ni tendrá fin. Es un tema preocupante, imposible de rebatir y que contiene uno de los instrumentos de dominio más efectivos: el miedo: “un mecanismo adaptativo, algo que nos sirve para identificar posibles amenazas y huir antes de darles la oportunidad de que nos hagan un daño real”. Los objetivos también están claros: Borrar octubre, demonizarlo, detener cualquier cambio y terminar con el gobierno. En este oscuro escenario, ¿cuál podría ser el aporte real del feminismo? Y aquí el contexto y una reflexión.

Comunicación y feminismo

Los logros del feminismo son enormes, pero ¿cómo se han conseguido?, ¿a través de una gran propaganda?, ¿somos dueñas de los medios de comunicación? Por supuesto, el objetivo final está aún lejos. Reconozco que mientras algunas ya podemos votar, estudiar, hablar en público, elegir nuestras carreras, marchar, disputar el poder, todavía nuestros cuerpos no están liberados y millones, aún son consideradas propiedad de un hombre o una comunidad.

Pero, a pesar de estas frustraciones y conquistas, que la filósofa Ivonne Gebara califica como la revolución más exitosa, el feminismo es denostado por la intelectualidad patriarcal, siendo apenas reconocido, excepto por las mismas feministas dedicadas a desenterrar la historia de las mujeres. Es increíble que, a pesar del gigantesco fracaso del patriarcado, que nos ha señalado y nos señala el camino hacia un colapso planetario terminal, todavía defienda su historia de violencia, abusos, destrucción del medio ambiente y territorialidad. La feroz resistencia del patriarcado, acomodado en su zona de confort, rodeado de biblias del saber, es comparable a una religión. Se insiste en sesudos principios que disfrazan una historia que, en realidad, es la historia de cómo la Tierra, nuestro planeta, ha sido arrasado y cómo el 50% de la población ha sido invisibilizada y esclavizada por siglos. Entonces, los “héroes” sanguinarios, los genocidios, los negocios corruptos, son nuestros paradigmas que fundan orgullosamente la historia de la humanidad. Y el medio utilizado, desde épocas remotas, es el mismo que estamos viviendo: el miedo, a través de la religión y la educación, como medio de propaganda, que es la mayor victoria del sistema. ¿No debería esta realidad hacernos, por lo menos dudar y no negar obtusamente visiones alternativas?

En este sentido, el feminismo se convierte en la gran enemiga, al develar la historia olvidada y promover una nueva educación, de calidad y no sexista, un cambio profundo que ataca la raíz de la violencia y desde donde se construyen los rumbos de las sociedades.

Pero ante este panorama, y con todo este poder monstruoso, vuelvo a la pregunta, ¿desde dónde o qué recursos ha usado el feminismo?

REDES

Cada paso de la evolución feminista está marcado por redes, mucho antes de las redes que hoy conocemos. El movimiento de mujeres se comunica, se une, se traslada masivamente, a pesar del silencio y la invisibilización de los medios comunicación. La “Comunicación invisible” se ha dado históricamente.

Sabemos también que en la actualidad existen redes feministas comunicadas para movilizarse y protegerse en temas específicos. Además, de los ya conocidos grupos activistas, hoy se conocen otras formas de agruparse, que tal vez al patriarcado le pueden sonar un poco absurdas, para su estructura, espiritualidades, terapias sanadoras, el tejido y el telar de gran importancia en épocas no tan lejanas. Haciendo un símil con la naturaleza, la gran maestra olvidada, estas redes son comparables a las raíces de los árboles que hablan e intercambian recursos bajo nuestros pies.

Hoy, contamos con redes virtuales aunque bastante contaminadas por los mismo dueños de los medios, con bots, hacker, y especialistas en fake news. Aún así como propone la feminista Charlotte Ryan: “necesitamos activismo de máxima audiencia: estrategias mediáticas para los activistas de base" “No habrá una estrategia de comunicación mientras no haya una estrategia activista y, para cualquier movimiento social que requiera un análisis claro de las oportunidades existentes, un sentido de las bases a las que quieres movilizar es indispensable” Bases, un concepto fundamental, privilegiado por la derecha, y bastante olvidadas por una izquierda elitista.

Entonces un trabajo de estrategias comunicacionales contemporáneo, utilizando, por ejemplo, la experiencia feminista y la tecnología actual es necesario. Pienso en un Observatorio de Medios, que en Chile existe, aunque no conozco su incidencia real. También existe un fondo para financiar medios. ¿Y qué pasa con la TV nacional?, un medio público, en parte financiado con nuestros impuestos, que no proporciona ninguna información diferente a los medios privados.

Termino con una pregunta que surge del cielo gris y los pedazos aún no descubiertos. ¿Contamos con el tiempo necesario para cambiar el rumbo? ¿Entendemos la urgencia? El éxito o el fracaso nos incluye a todas y todos.

Libro digital: https://editorialauncreemos.cl/producto/recuperando-la-esperanza-de-la-derrota-surgen-derroteros-edicion-digital/

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