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Proyecto de ley Machuca. Reproducción de inequidades y fracaso del sistema público. Por Sonia Brito, Lorena Basualto y Andrea Berríos

El martes 22 de enero, se ingresa al parlamento chileno el proyecto de ley denominado “Ley Machuca”, aludiendo a la película ambientada en la década de los setenta, en Santiago, a días de que se produjera el golpe militar, en donde niños de sectores sociales populares accedían por medio de una beca al Saint George’s College, un colegio del barrio alto de la ciudad, con los consabidos prejuicios, segregaciones y exclusiones.

En esencia lo que plantea esta ley, presentada por la oposición, es la exigencia a los colegios privados de reservar el 30% de los cupos a niños, niñas y jóvenes de familias de sectores vulnerados. A esto se suma, la imposibilidad de rechazar a personas con necesidades educativas especiales (NEE). El espíritu de la ley, es desplegar proyectos de integración en todos los sectores sociales y la inclusión efectiva, donde el colegio privado asuma los costos educativos de estos estudiantes (Basoalto, 2019).

Es importante señalar que, la presentación de la “Ley Machuca”, se realiza en torno a la discusión de la denominada “Ley de Admisión Justa”, impulsada por el gobierno de Piñera. Donde se permite a los liceos de excelencia, a partir de séptimo básico, aplicar mecanismos de selección como notas y ranking al 100% de la matrícula. Esto, es visto como un retroceso con respecto a la ley vigente del Sistema de Admisión Escolar (Ahora es Noticia, 2019).

Por otro lado, Evópoli plantea una “Ley Machuca liberal” donde proponen que el estado subvencione a colegios particulares que se quieran sumar al desafío de educar estudiantes vulnerables. Además, los partidarios de la iniciativa reclaman la autoría de la Ley Machuca presentada por la oposición, pues señalan, que el 2014 presentaron este proyecto y fue rechazado. (Cortés, 2019).

En síntesis, estamos frente a tres leyes que representan posturas educativas diversas. Por una parte, la Ley de Admisión justa, enfatiza los méritos y retoma las pruebas de selección. Lo anterior seguirá beneficiando a aquellos estudiantes que han recibido una educación básica de mejor calidad a costo del esfuerzo familiar, pues para ingresar a los liceos de excelencia tendrán que acreditar buenas calificaciones. Esto, sigue siendo discriminatorio para aquellos que no han recibido una educación de calidad y donde sus familias no poseen un capital cultural y social que les permita un entorno que facilite el aprendizaje.

Así, el gobierno continúa apostando por la meritocracia y constitución de liceos de excelencia, quedando al debe con aquellos estudiantes que no alcanzan matrículas en este tipo de liceos, lo obvio, es que todos los colegios deberían ser de excelencia. Como afirma (García, 2019, s/p), a nuestro país “no le bastan unos pocos liceos de excelencia (5%), donde estén los elegidos, para rozar una élite impenetrable, dando apariencia de movilidad social. No podemos renunciar y condenar a los ‘sin mérito’”

Por su parte la Ley Machuca, privilegia la inclusión de estudiantes denominados “vulnerables” a colegios particulares, considerados “colegios de calidad”, asumiendo el fracaso rotundo de la política educacional chilena. La pregunta es, si la sociedad chilena está preparada para esto y si esta política pública no dará pie a una segunda versión contemporánea de la película Machuca. Según Eledín Parraguez, persona en la que se inspira la historia de Machuca, hoy profesor, poeta y escritor, opina que el proyecto de ley “es una iniciativa de buenas intenciones, pero no soluciona el fondo del problema. Lo que necesitamos no es poner a niños pobres en escuelas ricas. Ya no tiene sentido” (Parraguez, 2019, s/p).

Por su parte, la Ley Machuca liberal propone subvencionar los colegios particulares que asuman la educación de estos estudiantes, por tanto, se trata de utilizar dineros públicos para fortalecer las arcas de los privados. Con esta propuesta, nuevamente, se plantea la discusión sobre el lucro y la educación como bien de consumo, reconociendo que este tipo de educación es la que alcanza mayores resultados, los cuales se reflejan en las pruebas estandarizadas.

En medio de esta discusión política de la educación, se extraña un debate más amplio, donde la educación no dependa del gobierno de turno, sino que se transforme en una política estatal. Puesto que, se continúa perpetuando la educación mercantilista, los que pueden pagar ingresan a colegios privados, emblemáticos y posteriormente ingresan con mejores calificaciones a universidades privadas o públicas tradicionales con gratuidad o becas. Otras de las tantas paradojas e injusticias de un sistema inequitativo y violento.

Se reproduce la cultura de la segregación, la cultura de la elite, dejando de lado a aquellos estudiantes de colegios municipalizados que quedarán desplazados por los alumnos de colegios pagados y por aquellos que alcanzan los liceos de excelencia y desde ahí, continuamos con la profecía autocumplida. ¡Se salvan los que son rescatados!

Es plausible formularse algunas preguntas ¿Es posible la integración? ¿Cuáles son las barreras, resistencias y prejuicios? ¿Qué aspectos resilientes deben desarrollarse desde las personas? Desde la institución, ¿qué aspectos normativos, sociales, economicos, de estigmas deben derribarse para que sea posible el desarrollo integral de las personas?

¿Cómo se debe afrontar la cultura de la segregación, la exclusión? Desde la pedagogía ¿cómo aprenden mejor los estudiantes? ¿Qué cambios políticos, estructurales, curriculares habrá que transformar para que los estudiantes adquieran las habilidades que les permita acceder, equitativamente, a la educación superior y al mundo del trabajo? Al parecer, estos aspectos esenciales en la formación de las personas, quedan relegadas en esta industria de la educación, que pretende fines de mercado, desconsiderando los derechos Humanos fundamentales de las niñas, niños y jóvenes.

Es necesario aseverar, que uno de los aspectos es el ingreso, pero el más importante es aquello que sucede en el espacio de aprendizaje, que es la comunidad escolar en su integralidad. Esperemos que algún día los representantes de los diversos sectores políticos ingresen al parlamento leyes que mejoren la educación desde el aula. Porque en un colegio municipalizado, donde hay 45 alumnos en sala, puede suceder que más de algún estudiante se torne invisible para sus profesores, invisibilidad, que se perpetúa en el sistema.

Referencias

Ahora es Noticia (15 de enero de 2019). Pruebas específicas y entrevistas a apoderados: Detalles del proyecto Admisión Justa. Mega. Recuperado de https://www.ahoranoticias.cl/noticias/nacional/247250-proyecto-admision-justa-detalles.html

Basoalto, H. (22 de enero de 2019). Ley Machuca: costo extra recae en sostenedores. La Tercera. Recuperado de https://www.latercera.com/nacional/noticia/ley-machuca-costo-extra-recae-sostenedores/497006/

Cortés, A. (21 de enero de 2019). "Ley Machuca Liberal", la nueva versión light que presentará Evópoli ante Chile Vamos. Publimetro. Recuperado de https://www.publimetro.cl/cl/noticias/2019/01/21/ley-machuca-liberal-evopoli-chilevamos.html

García, D. (22 de enero de 2019). Educación, industria y Estado. Espacio Público. Recuperado de https://www.espaciopublico.cl/educacion-industria-y-estado/

Parraguez, E. (24 de enero de 2019). Eledín Parraguez: El verdadero Machuca comenta la Ley Machuca. The Clinic. Recuperado de https://www.theclinic.cl/2019/01/24/eledin-parraguez-el-verdadero-machuca-comenta-la-ley-machuca/

Dra. Sonia Brito Rodríguez
Mg. Lorena Basualto Porra
Lic. Andrea Berríos Brito

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