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¿Quién/es alcanzaron las metas electorales y partidarias, luego de las elecciones subnacionales 2024? Por Hernán García y José Orellana

Dado el contexto sociopolítico, socioeconómico y sociocultural nacional y hasta con dejos internacionales, algunos con más cercanía territorial otros, con más sensibilidad emocional proyectaron resultados diversos de las recientes elecciones subnacionales 2024. Así, los caprichosos y sinuosos datos electorales provenientes de una “geografía de multitudes electoral”, participando en un contexto de voto obligatorio, impidieron que todo el arco político se solazara con sus expectativas preliminares.

Los datos previos indicaban que la participación sería prudente, toda vez que la sanción por no concurrir a votar, implicaba pagar un monto cercano a los 32 mil pesos, sumándose a tal situación la no sanción de las tres elecciones anteriores, haciendo plausible que ello la prudencia electoral. Esto se diluyó el primer día (sábado 26 de octubre) cuando el Servicio Electoral (SERVEL) informó que había participado el 46,86% del padrón electoral. Así, además, se consolidó lo esperado, esto es, que sea el primer día el que concentre una mayoría de electores votando, materializándose ello, en las regiones del centro sur del país (O’Higgins, Maule, Ñuble y Biobío). Por otra parte, la prudente participación electoral se explicaría en la sanción ciudadana hacia la política, por medio de ese reiterado y desdibujado mensaje al estilo Javier Milei en contra de las “castas”, evidenciándose ello, en parte, en la cuantía de votos nulos y blancos, cuestión que no ocurrió directamente.

No deja de llamar la atención la situación descrita, ya que los análisis ex ante vaticinaron el ocaso completo, o bien, la continuidad “de una tendencia de ocaso en una u otra tienda partidaria y su combinación o alianza electoral”. Interesa entonces, con el polvo un poco más asentado, volver a mirar los resultados, no obstante, existan elecciones de Gobiernos Regionales en curso.

No caben dudas que las métricas electorales se estiran hasta donde sea posible, permitiendo terminantes y definitivos horizontes estratégicos político-electorales, que tienen tanto o más alcance que lo que efectivamente es. Por ejemplo, analizar los resultados de la suma de las derechas, en votos y representantes, aparecen significativamente mayor que en la elección pasada en sí misma y, comparándolas con el desempeño oficialista en estas recientes elecciones, ocurre algo similar.

En esa interpretación, los augurios no alcanzaron su objetivo destructor para conseguir la derrota prospectada del oficialismo, pues bajo ningún punto de vista las cifras de las derechas sumadas hacen explotar sus números. Detrás de esto, se podría afirmar que en la fragmentación de las derechas habría fortalezas-florecimientos, mientras que integradas, mostrarían dificultades de cohesión, pues sus proyectos caminan por rutas diferentes, excepto en las segundas vueltas donde el pragmatismo sociopolítico y socioeconómico gana. Pero, además, en estas elecciones alcanzan un límite, en sus propias expectativas. Un caso nítido es la disputa por la gobernación de la Región Metropolitana de Santiago, esto es, si el electorado quisiera experiencia, orden y conducción está Claudio Orrego, mientras que, en el otro extremo, si el electorado quiere innovar o busca un candidato rupturista, capaz de una crítica ácida sin filtros, también tiene una alternativa. Lo paradojal es que la alternativa pareciera responder a ideales contrarios a las del sector que representa (Derechas), pero el pragmatismo aparece, raudo y seguro.

Luego, como parte de las temáticas sociales requeridas por la ciudadanía, está el dispositivo mediático de la seguridad pública-ciudadana, que tiene un mensaje permanente, sistemático y problematizador en sí mismo, que, siendo atendible con la urgencia de la cotidianeidad, ha sido catapultada sistemáticamente en la agenda de medios de TV abierta y Redes Sociales (una derivada de esto y no problematizada, se encuentra en los emprendimientos de seguridad pública y seguros)

También, en esta lectura desde un contexto de derechas y con voto obligatorio, resultó que se activó un electorado más receptivo del mensaje de Renovación Nacional, constituyéndose en un partido más fuerte que antes. De igual forma el tsunami republicano que no fue, pero que si es en sus números al interior del sector, se acerca a los litorales de la Derecha Tradicional (RN, UDI, Evopoli), pues su crecimiento dibujado a costa de muchos recursos y una amplia gama de candidaturas pasó de 188 mil votos en concejales el 2021 a 1,4 millones de votos en el 2024, premiándose, además, su estrategia electoral, la cual se diseñó sobre la base de triplicar la lista de candidaturas. Por lo tanto, en estas elecciones se abre una puerta en la Derecha, por el lado extremo, cuya base electoral está en la obligatoriedad y, por ende, en la recepción de un mensaje más atractivo para quienes no votaban y ahora lo hacen. Acá se debe tomar nota por parte de la Derecha económica y la centro-izquierda.

En los sectores oficialistas, la alegría no llegó, pero tampoco se concretó un cataclismo electoral, anunciado durante los días de las elecciones por noticias focalizadas que orientaban el proceso. Resultaba natural proyectar que el oficialismo no podría mantener 15 de los 16 gobiernos regionales (elección en desarrollo), por la naturaleza de los votos en el 2021 versus el 2024 (voluntariedad v/s obligatoriedad), muy a pesar de las derechas, las referencias simbólicas comunales y regionales obtenidas ese 26 y 27 de octubre, actuarán como verdaderos pivotes para estas segundas vueltas regionales como son las comunas de Maipú, Renca, Viña del Mar, Coquimbo, Quinta Normal hasta Recoleta, entre otras.

Las Derechas, mientras, utilizarán como pivotes electorales y simbólicos los cambios edilicios materializados en Santiago, Huechuraba con Luksic, Independencia o Macul, como avances o trofeos.

Además, realizando una interpretación más acuciosa de la votación en la centro-izquierda, se podría indicar que el desempeño electoral oficialista, o bien, la performance en algunos partidos supera el 40% de elegibilidad (PS, PDC y PPD), es decir logran llevar a las Alcaldías a un número importante de sus representantes, toda vez que el pacto oficialista más el PDC alcanzó un 36% de elegibilidad, en unidad, en la cobertura de alcaldías.

Observando datos, el factor independiente tuvo más impacto negativo en las combinaciones electorales de las derechas que en los apoyos oficialistas, obligando, entonces a una más elíptica interpretación de los datos, colocando al oficialismo en una situación bastante menos mala que la que se voceó recién terminada la elección.

Así, todo el oficialismo más el PDC, no se desfondaron, no llegaron al fin de los tiempos y el 30% de apoyo que el gobierno mantiene, se expresó clara y nítidamente. El mensaje de unidad, se consolida. La DC también logró un desempeño destacado, más cuando es de público conocimiento su crisis interna devenida en la materialización de dos referentes centristas como son Amarillos y Demócratas, con connotados ex militantes-representantes de la tienda de la falange pero que no lograron capitalizar como en su momento lo realizó Saldívar (Colorín). Lo mismo pasa con el PPD y también con el Frente Amplio, de debacle NADA… de desafíos unitarios pensando en la próxima elección congresal y presidencial, TODO. Preocupa el desempeño del Partido Comunista, que, sin perjuicio de su revalidación en Recoleta, su comportamiento en alcaldes y concejales no mantuvo, por lo menos, lo antes dicho. Sin lugar a dudas, consolidando alianzas amplias, definiciones programáticas asertivas, buenas candidaturas y campañas sustantivas, no sólo el PC de Chile remonta, sino que también el más amplio arco progresista del sistema político [i].

Mención aparte merece el PS de Chile, que presentó 76 candidaturas, de las cuales tiene electas 33. En el 2021 el PS, presentó 58 candidatos, logrando 22 electos. De los electos (2024), 22 son Alcaldes en ejercicio y 11 nuevos postulantes. Logra sumar Coquimbo, Talcahuano, Pedro Aguirre Cerda y Calle Larga. Además, es un mérito mantener todas las comunas en la RM, no obstante, los Republicanos presentaron una amplia plantilla de candidaturas en competencia. Es decir, un partido que se ubica en casi todas las regiones con candidaturas y autoridades locales electas.

Así, lejos de menguar en votos y representación en general, el PS de Chile, se mantiene y proyecta para el siguiente momento electoral, donde, no caben dudas, la pertinencia programática territorializada, buscando integrar coberturas políticas electorales funcionales al mejoramiento de la calidad de vida de las personas y fortalecimiento democrático, no sólo debiesen situarlo positivamente, sino que también colocarse a disposición para el fortalecimiento coalicional logrado en tolerancia republicana. El antecedente central se encuentra en el acuerdo unitario de alcaldesas y alcaldes, por lo tanto, ya está refrendado el mismo para las otras responsabilidades electorales, sólo queda perseverar y seguir el camino.


[i] Es menester comentar que el voto nulo y blanco presentó distintos “impactos” en las elecciones, pues no es un cifra única o cercana, sino dos cifras. En las elecciones unipersonales el promedio de nulos más blancos fue de 14 puntos porcentuales, mientras en las elecciones de los concejos fue de 23 puntos.

Por ello están los siguientes factores, que pudieron haber influido en la construcción de un “voto desorientado”, pues tuvimos vocales trabajando, más allá de las 00 hrs., en jornadas laborales extensas, desinformación ante la masividad de candidaturas y/o desconocimiento de las candidaturas.

Pero junto con el gran número de votos nulos y blancos está el hecho no menor que en las elecciones unipersonales el porcentaje de mesas “descuadradas” (a pocos días de terminada la elección) era menor (6 puntos del total de mesas), respecto de las mesas descuadradas en las elecciones de los concejos, donde llega a 27 puntos del total de mesas.

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Hernán García Moresco, Magister© Ingeniería Informática USACH. Diplomado en Big Data Universidad Católica. Diplomado en Ciencias Políticas y Administración Pública. Universidad de Chile. Licenciado en Educación en Matemática y Computación USACH

 

José Orellana Yáñez, Doctor en Estudios Americanos Instituto IDEA-USACH, Magister en Ciencia Política de la Universidad de Chile, Geógrafo y Licenciado en Geografía por la PUC de Chile. Integrante del Centro para el Desarrollo Comunal Padre Hurtado.

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