En este año de pandemia la revuelta política chilena ha seguido activa, el pueblo se ha manifestado en las protestas, barricadas y también en las urnas. La principal victoria fue en el plebiscito que se aprobó la posibilidad para un cambio constitucional, rechazándose con esto el blindaje que tanto años tuvo la ilegítima Constitución de Pinochet. De paso el mundo entero observaba expectante este proceso, en el cual el pueblo demandaba una nueva Constitución reclamando la participación popular en la elaboración, es decir instalando una participación ciudadana real. Los desprestigiados Partidos Políticos han estado empeñados en seguir manteniendo su poder, nadie ha declarado su vacancia para sumarse al proceso autoconvocado por la ciudadanía. Los medios de comunicación convencionales han seguido desinformando y montando la pirotecnia para hacernos creer que los actuales políticos trabajan para el pueblo, se hizo casi un estelar mediático con los debates y propuestas de diputados, senadores, presidente y ministros en torno al retiro del segundo 10% de los ahorros previsionales, más o menos se vistieron de "viejo pascuero" que nos daban un regalo.
Mientras tanto después del plebiscito las manifestaciones han seguido por momentos con bastante radicalidad. No se ha abandonado la petición de renuncia al Gobierno de Piñera y se ha hecho más visible la demanda por la liberación de los presos políticos que aún no han recibido un debido proceso judicial. Esto también nos debería plantear el debate en torno al aseguramiento del derecho de la protesta con ello formulando una dura crítica al actuar represivo de las Fuerzas de Orden y de las autoridades que encargan la persecución política. La consigna que hoy más se escucha es la de: "liberar, liberar a los presos por luchar". En el Congreso estas protestas han tenido repercusión y en este momento en que tanto le temen al pueblo han tenido que levantar un proyecto de indulto que en estos días concentrará la atención de las discusiones políticas. Este proyecto tendría, además de proponer la liberación a los presos políticos de la revuelta, incluir a los presos políticos mapuche encarcelados, ya que son circunstancias jurídicas similares y con procesos judiciales igualmente deficientes o de montaje.
Otra cuestión relevante del proceso constituyente está en las elecciones primarias autoconvocadas para Alcaldes que se llevarían a cabo este fin de semana y que han sido suspendidas por el establecimiento de cuarentena, al menos en dos grandes regiones. Recordemos que las elecciones primarias de los Partidos Políticos fueron un fracaso, no alcanzaron el interés del pueblo ni de todos sus militantes tampoco. Es de interés observar la cantidad de personas que participarán en las primarias autoconvocadas y quiénes serán estas candidatas y candidatos elegidos, que al parecer aportarían un aumento de representación femenina en política. Si es que este proceso logra motivar la participación sería un buen indicio para la próxima elección de constituyentes. Es necesario en la elección de los constituyentes que los partidos políticos de derecha no alcancen un tercio de representantes, que la mayoría de los constituyentes no estén ligados a los Partidos Políticos y que sean legítimos representantes de los movimientos sociales protagonistas de la revuelta o de demandas ciudadanas reconocidas.
Si bien debemos ser responsables dado el aumento del covid, junto con que tendremos un "desahogo" a la crisis económica con el retiro del 10%, no podemos olvidar que somos responsables activos del proceso constituyente siendo necesario seguir unidos para concretar el triunfo del plebiscito. Nos queda todavía un proceso de transformaciones frente al cual debemos mantenernos coherente para el cumplimiento de las promesas que nos hicimos cuando volvimos a despertar.
Alex Ibarra Peña.
Dr en Estudios Americanos.
