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Remembranza del golpe de Estado en Chile: 1973 - 2023. Por Gustavo Gac-Artigas

Se intentará narrar lo inenarrable: el dolor y el miedo,

se buscará dibujar en las nubes y en el viento los rostros borrosos de los desaparecidos,

se buscará hacer desaparecer del mapa de la memoria los errores cometidos,

se buscará borrar la responsabilidad del Estado sepultándola en pesados legajos judiciales o inútiles discusiones

más de un Poncio Pilato, buscará lavar sus manos de toda culpa,

algunos buscarán encarcelar la historia.

Aparecerán falsos testigos, otros se disputarán la historia, una historia deformada en el recuerdo, sería muy penoso recordarla tal cual fue y, además, además está muy distante, corporalmente se está muriendo, y los muertos guardan silencio y el dolor enmudece,

poco a poco los vacíos se van llenando de tumbas y no de héroes, de seres abandonados, olvidados, seres envueltos en sudarios de dolor y desarraigo.

como Pablo, pido castigo para los culpables, y con él canto

por esos muertos, nuestros muertos, pido castigo

para los que de sangre salpicaron la patria, pido castigo

para el verdugo que mandó esta muerte, pido castigo

para aquél que ascendió sobre el crimen, pido castigo

para el que dio la orden de agonía, pido castigo

para los que defendieron este crimen, pido castigo

para los torturadores

pido castigo

como yo, canto, y a ti peregrino por los caminos de la historia te invito a no olvidar lo recordable

la dignidad devuelta a los postergados

el canto recorriendo las calles

descendiendo de la cordillera

la alegría subiendo la cuesta junto a un ángel para llegar al final y poder descansar

quiero que veas el Mapocho deteniendo sus aguas para extasiarse con los murales

quiero que escuches el sonido de los pinceles deslizándose por los muros

Matta y Ramona junto a Elmo untando sus pinceles de alegría y esperanza

quiero que veas a mi pueblo esperando, cual pan recién salido del horno, los clásicos de la literatura universal, la universal y la nuestra, saltando en los kioscos junto a los diarios de la mano de Mireya a las manos hambrientas de saber de mi pueblo

quiero que veas las puertas de las escuelas y universidades abiertas, sonrientes, para compartir sabiduría y no erigidas en barreras inaccesibles al servicio de una minoría

quiero que la leche no se evapore y que sacie los labios de los niños, las niñas de Chile

quiero recordar un cielo de estrellas protegiendo el sueño de mi pueblo

quiero recordar al poblador y la pobladora dueños de sus sueños

al rojo y ardiente cobre saliendo de las entrañas de la tierra para sustentar el sueldo de Chile

a las curtidas manos campesinas acariciando la tierra, su tierra

a la tierra dando sus frutos para llevar comida a la mesa del hambriento

a la tela saliendo de los telares para vestir de fiesta a mi pueblo

quiero recordar la alegría y no el dolor

quiero recordar el sueño de Chile antes de que las bombas cayeran sobre él

para destruirlo

quiero que mi legado sea de alegría y no de dolor

quiero reír, cantar, subir al escenario junto a mi pueblo

regresar a los campos verdes

al bosque salvaje

a las aguas cantarinas bajando de la cordillera,

caminando de pasos lerdos,

llevado por una fuerza inexpugnable

dejarme abrazar por los brazos del recuerdo

antes de desaparecer en esta historia

El autor escritor, poeta, dramaturgo y hombre de teatro chileno, miembro correspondiente de la Academia Norteamericana de la Lengua Española. Reside en los EE. UU.

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