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Salario mínimo y la política del miedo. Por Cristopher Ferreira Escobar

Ruido ha causado las veces que se ha querido subir el salario mínimo en Chile. Problemas para las micros y pequeñas empresas, aumento del desempleo y alza de precios son las declaraciones abundantes que se escuchan y leen como motivos de rechazo de sectores de derecha, haciendo de estas afirmaciones la espada de Damocles cada vez que salen a discusión. Hoy en el país, con las declaraciones del candidato a presidente de Chile, Daniel Jadue, el debate vuelve como muerto viviente a la disputa de los distintos sectores. Y es que el aumento progresivo a 567.000 al final del cuarto año como parte del programa del Candidato y actual alcalde de recoleta, es algo que sin duda da urticaria y una serie de problemas de salud. Pero más allá de esta ventolera de declaraciones para frenar y atemorizar a la población, hay datos y reflexiones que dan cuenta de la falta de argumento en estos discursos.

La economía es una relación, y como tal, depende de sus componentes. En cuanto a la demanda interna, el consumo como componente de la misma juega un papel relevante. Si se observa la cantidad de micros y pequeñas empresas según el informe del Banco Central sobre “Demografía de Empresas en Chile”, se evidencia que la cantidad de estas es superior a las otras categorías. Sin embargo, la cantidad de mercado que acaparan es inferior en comparación a las otras, tomando casi un 76% las grandes empresas. Sin duda las empresas micros y pequeñas venden productos que las grandes empresas ofertan. En cuanto a actividad, el comercio al por mayor y por menor es de 34,5%, siendo la mayor rama de actividad en Chile “lindo como un sol”. De esta manera, la Encuesta Longitudinal de Empresa (ELE-5) del año 2019, indica que las grandes empresas se adjudican el 75,9% de las ventas, un 11% y 3,6% para las pequeñas y micros empresas respectivamente. Ahora bien, la demanda de las micros y pequeñas empresas son las personas en su mayoría. Y aquí se encuentra su gran problema, el ingreso, es decir, no venden. En Chile, el 80% de los hogares según el informe del INE de presupuesto familiar indican que estos tienen egresos mayores a sus ingresos. Por lo tanto, hay un déficit en las familias chilenas, las cuales igual compran por medio del crédito (curioso para un país que es baluarte del crecimiento económico y envidia para Latinoamerica). Pero si se aumenta el salario mínimo, no sólo aumenta el consumo, el cual ya se ha visto con los retiros de los 10% y las ayudas fiscales, sino que hay una parte que ya no sería destinada al pago del endeudamiento para finalizar el mes. De esta manera, el aumento del salario se traduce en aumento de ventas de estas empresas; y a mayor demanda, mayor debe ser la respuesta. No debe olvidarse que el consumo corresponde al 55% a la recaudación del fisco por medio del impuesto indirecto del IVA. Así, y con todo lo expuesto, la relación aumento del salario e ingreso a micros y pequeñas empresas queda en relación. Con esto, el aumento del salario es un aumento de ventas para las empresas aquí mencionadas.

Según un estudio de la universidad de Chile, “Los efectos del salario mínimo sobre Empleo y Salarios”, como los de la Universidad De Las Américas (UDLA), “Salario Mínimo: historias, implicancias y coyuntura”, son claros en sus conclusiones: el aumento del salario mínimo no genera desempleo. Esta conclusión no es solo un resultado nacional, sino que a nivel internacional no se ha podido demostrar el impacto en esta relación salario-desempleo. Es por ello que no resiste mucho este argumento. De todas formas, y para relacionar esto también, nos preguntamos: ¿si hay mayor salario, hay mayor demanda? Como habíamos visto, sí. ¿Pero qué tiene que ver esto con el desempleo? Bueno, mayor demanda es una reducción de la brecha del producto efectivo y potencial, es decir, que, con el aumento de la demanda, la utilización de los factores de producción aumenta, con lo cual exige una demanda de tiempo, personal (aumento de personas), factores tecnológicos y maquinarias entre otras cosas para responder. En efecto, ¿Cómo es posible para que el crecimiento efectivo sea más que el potencial? Solamente tiene que haber una brecha del producto elevada. Estos motivos explicarían mas o menos la lógica de la relación salario mínimo-desempleo.

Por último, el alza de precios es una constante de los cuentos de la cripta. Se supone que, bajo la teoría, llamémosla así, clásica, cuando hay mayor demanda de producto, ya que hay más dinero, los precios tenderían al alza.

Pero lo que es necesario aclarar es que la relación que permite el aumento de salario es política y no técnica. Esto quiere decir, que el aumento no depende del cuento de que debemos crecer primero, historia más vieja que el hilo negro, ya que depende de la repartición de ganancias. Como decía Adam Smith, el aumento del salario reduce las ganancias. Y aquí esta la madre del cordero, lo complejo es esto, la disminución de utilidades para repartir. Por lo tanto, no hay un aumento del circulante, ya que la cantidad a fraccionar es la misma (marginemos los capitales que se van fuera del país). Ahora bien, y con esto se cae el argumento, en Chile ya hubo y hay aumento del circulante producto de los retiros (dinero que no estaba en el país), el cual no produjo un aumento de los precios en relación a este hecho. Hubo mayor consumo producto del dinero traído desde afuera, el cual producto de la conversión dólar-pesos fue revaluada, ya que se produce oferta de divisas (cuando la oferta supera la demanda se revalúa), pero no hubo un impacto, por lo menos demostrable que se relacione con el aumento del salario el precio, con lo cual se derriba otro mito.

Es así como estos discursos vistos a primera vista tienen una cierta “realidad”, pero con un poco más de detalle, no soportan ni justifican lo que defienden. Así que estoy de acuerdo con el aumento del salario mínimo bajo este contexto. ¡Sí al aumento del salario mínimo!

Cristopher Ferreira Escobar. Cientista político y Coordinador General de Politología. Centro de Estudios.

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