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Salud mental, palabra y Covid-19. Por Patricia Donoso Godoy

La salud mental ha aparecido de manera constante en esta pandemia y al igual que las proyecciones de contagios se dice que lo peor está por venir. António Guterres, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, declaró hace poco, a propósito de la pandemia y la salud mental “Insto a los gobiernos, la sociedad civil, las autoridades sanitarias y otras entidades a que se reúnan urgentemente para abordar la dimensión de salud mental de esta pandemia”. Ciertamente fue un llamado a los Estados, a la sociedad civil, entre otras organizaciones a movilizarse, a no pensar sólo en la salud física sino también en lo que está en la esfera de lo privado y que impacta en lo social.

Hemos visto y oído relatos de los trabajadores de la salud que han tenido que separarse de sus familias otros que lamentablemente han fallecidos. También, del estrés que están viviendo por exceso de trabajo, del miedo a contagiarse, a sabiendas de que existe una alta probabilidad que suceda y de lo triste que es el separarse de sus familias, de las posibles depresiones y problemas de consumo, entre otras patologías. También, diversas organizaciones de salud mental han puesto la alarma por las medidas preventivas que tomaron hospitales y clínicas del país donde suspendieron las visitas de los padres a las unidades de neonatología y hogares de SENAME. Señalando la importancia de la presencia de los padres para el desarrollo neurológico y psíquico de los niños y niñas. Por otra parte, se encuentran los que estamos confinados en nuestras casas de manera voluntarias u obligados, con problemas para conciliar el sueño, ansioso, angustiados por este mundo que parece caerse. Del otro lado de la vereda se encuentran los pacientes que ya padecen algún trastorno mental. La Sociedad Chile de Salud Mental dice que en nuestro país un 23% tiene un trastorno mental evidenciable. Muchas de ellas viven en el abandono o no develan su condición por el estigma que hay respecto a estas afecciones. La revista The Lnacet Psychiatry señala que las personas con problemas de salud mental son más susceptibles y no sólo puede agravarse en su condición sino también es más alta la probabilidad de riesgo de infecciones, incluida la neumonía. A su vez, “las personas con trastornos mentales pueden estar expuestas a más barreras para acceder a servicios de salud de manera oportuna, debido a la discriminación asociada con problemas de salud mental en entornos de atención médica.”

Estamos hablando en voz alta de salud mental y en distintas plataformas. Surgió un espacio para la palabra. Se ha ampliado y diversificado la discusión. Hoy día está la posibilidad de pensar distinto nuestra salud mental como un factor importante dentro de esta pandemia. Si bien desde siempre ha habido movimientos, organizaciones de la sociedad civil, hasta los mismos gobiernos y agencias internacionales han instalado el tema de la salud mental como prioridad, en este punto me detengo a pensar, en el accionar y los resultados que han tenido esos llamados. Se supone que tendremos más acceso a salud mental, pero hasta donde sé eso no ha sido del todo efectivo. Si bien hay hospitales y las mutuales están reclutando psicólogos y psicólogas para que realicen intervenciones en crisis a los trabajadores de la salud, los demás grupos aún no reciben nada, al contrario, la demanda ha aumentado y la oferta sigue siendo la misma. Si caemos en lógicas matemáticas hasta el 2018 salud mental ocupaba el 2,1% del gasto público. El recurso económico en estos casos es tan importante como la calidad del servicio, porque un más alto presupuesto no garantiza la calidad. Ahí es cuando, tal como dijo António Guterres es importante reunirnos para abordar la dimensión de la salud mental.

Lo más valeroso del Covid-19, es que ha pasado la palabra entre nosotros. Como decía más arriba, hemos tenido la posibilidad de hablar sobre salud mental. Lo lamentable, es que fue en una situación de crisis. Y si bien hay que tomar medidas de emergencia, esto no implica que miremos hacia el futuro.

Patricia Donoso Godoy es cofundadora de la Colectiva Psicoanálisis de Bolsillo
junio de 2020

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