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“Seamos Realistas, pidamos lo Posible”. Por Cristián Martínez

Las palabras cínicas y malintencionadas que emitió la senadora DC Ximena Rincón respecto del futuro gobierno de Gabriel Boric tienen algo de cierto: “la va a tener muy difícil”[1]. Es por eso que esta columna parte haciendo referencia a uno de los graffitis más conocidos de la revuelta del Mayo Francés de 1968[2]. En esa ocasión, tal como en la revuelta chilena, el movimiento social partió por un levantamiento de estudiantes y universitarios y luego se fueron plegando otros actores sociales. Al comienzo, las demandas eran puntuales, sobre todo respecto a reformas universitarias, pero luego las cosas fueron tomando vuelo propio y se exigía el cambio del modelo capitalista, intentando pasar de una Revuelta a una Revolución, ese fue el momento donde los muros de la ciudad se llenaron de lirismo y poesía: “Prohibido Prohibir”, “Somos demasiado jóvenes para esperar”, “La Imaginación al Poder”, sin embargo, la revuelta al final quedó solo en eso, y finalmente ganó el establishment y la Burguesía recuperó la calma al ver que De Galle ganaba con holgura las elecciones. Tal vez, el fracaso estuvo en la dificultad de unificar las demandas de los universitarios y los trabajadores en una sola fuerza, y en no crear una alternativa política real ni plantearse seriamente la toma efectiva del poder. En el caso chileno, se estuvo ad portas de derrocar al nefasto gobierno de Piñera, quien tuvo la fortuna de ser salvado por la Pandemia del Covid y por el Pacto político Intra elite del 25 de Noviembre de 2019, que fue un verdadero tanque de oxígeno para el exangüe de Piñera y compañía. Sin embargo, debemos ser sinceros, porque tal como el caso francés, tampoco estaban dadas las condiciones para una toma real del poder, ni siquiera para plantearse la creación de una fuerza política capaz de llevar a cabo los cambios que se demandaban desde las calles.

Desde entonces, las cosas tomaron su rumbo propio, y quizás no como muchos hubiéramos deseado: así, en vez de una Asamblea Constituyente Soberana tenemos una Convención Constituyente que asumió las reglas del juego de los 2/3 que planteó Fernando Atria. Luego vinieron las primarias y la elección presidencial situaron en la palestra a personajes que, quizás hasta hace un año atrás ni se imaginaban que estarían en la papeleta: así vimos el peor rostro de la derecha encarnado en JA Kast, quien logró un no despreciable caudal de votos (casi los mismos que obtuvo Pinochet en 1988)[3].

Mucha gente votó por Boric movidas por el temor, para detener el avance del pinochetismo, otros teniendo en mente el programa de gobierno de la Coalición AprueboDignidad, sin embargo, tal como quedaron las correlaciones de las fuerzas políticas representadas en el Congreso, éste será un gobierno sumamente débil, quizás el más débil desde el retorno de la Democracia (aún si se logra sumar a los representantes de la Concertación, algo que también parece complejo, sobre todo con la DC), es imposible que Boric logre llegar a acuerdos, por ejemplo, con representantes de Republicanos, y el rol de la bancada de PDG aún es una incógnita. Por eso, habrá que bajar mucho las expectativas: Ser realistas y pedir solo lo Posible.

 

Con la reciente nominación del futuro gabinete de Boric aquello ha quedado más claro aún, pues revela que no solo será un gobierno con tinte feminista y con espacio para independientes, además, y debido a la fragil posición de AprueboDignidad en el Congreso, el presidente debió apelar al realismo político e integrar a dirigentes de la vieja Concertación o de la “Izquierda Democrática” como se autoproclama ese grupo de partidos, (como si los demás partidos de Izquierda fueran “Antidemocráticos”). Esta incorporación incomodó a algunos en la coalición, manifestando que al interior hay, al menos, dos corrientes. Esta situación recuerda la pugna que se dio en la Concertación a fines de los años 90 entre sus dos Almas: Los autocomplacientes y los autoflagelantes. Los primeros creían que todo iba viento en popa, que lo importante era el manejo Macroeconómico (en ese tiempo Mario Marcel ya era asesor en Hacienda), que lo importante era el crecimiento económico y mantener una buena relación con los grupos empresariales, y que la gente se mantuviera en sus casas y solo participara en política cada cuatro años para ratificarlos en el poder. Los Autoflagelantes, un grupo minoritario, creía que no se estaban haciendo los cambios con la velocidad necesaria, que no se incorporaba a las personas en la toma de decisiones, que no todo debía ser economía y Tratados de Libre Comercio, y que se estaba incubando un malestar social. Al parecer, el tiempo les dio la razón a estos disidentes.

 

“El otoño de 1998 vio configurarse dos visiones políticas sobre el sentido y la razón de ser de la Concertación. El 17 de mayo, en el cuerpo de reportajes de El Mercurio, fue publicado el documento “Renovar la Concertación, la fuerza de nuestras ideas”, que suscribían varios ministros del gobierno de Frei y personeros políticos del conglomerado. Al mes siguiente, el 15 de junio, se difundió profusamente el mensaje “La gente tiene razón, reflexiones sobre las responsabilidades de la Concertación en los tiempos presentes”, que firmaba un importante grupo de parlamentarios, autoridades públicas y dirigentes políticos del oficialismo”.[4]

 

Hoy en día, parece que se está repitiendo esta distinción, y se ha manifestado a raiz del nombramiento de algunos ministros, como Carlos Montes, un politico que lleva toda una vida, más de 30 años en el Congreso, y Mario Marcel, un eficiente economista, que el 2000 fue Director de Presupuesto de Ricardo Lagos, desde donde creó la regla del balance estructural, quien ya en 2006 había sonado como ministro de Hacienda de Bachelet. Luego se incorporaría al Banco Central, primero como consejero y después nombrado como su presidente el 2015 por Bachelet y luego ratificado por Piñera. Por eso, los grandes empresarios, “El Mercado” y El Mercurio saltaron de alegría al saber de su nombramiento, pues saben que mantendrá controladas las “riendas” del gasto público[5]. Otro personaje que se repite el plato, pero subiendo de escalafón es la socióloga Lucía Dammert. En el Segundo gobierno de Bachelet fue asesora del Subsecretario del Interior Mahmud Aleuy y de Jorge Burgos, quizás los personajes más siniestros de aquella administración[6]. Salió de aquel gobierno debido a diferencias con el alto mando de carabineros de ese entonces, y por tener vínculo con un violador de DDHH que se hallaba prófugo. Hoy Dammert vuelve en gloria y majestad, como jefa de asesores del presidente, una especie de Cristián Larroulet del Frente Amplio, y desde su puesto tendrá un rol protagónico en las tomas de decisiones del gobierno.

 

Todos estos cargos fueron en detrimento de representantes de partidos del propio ApruebloDignidad, como Comunes, RD, o de pequeñas agrupaciones como UNIR, Acción Humanista[7], lo que ha creado una velada queja por no tener las cuotas de poder según su representación política, y en cambio, el PS resulta más empoderado aunque apoyaron a la candidata Provoste, que salió quinta en primera vuelta. Será difícil para Boric dejarlos a todos satisfechos, pero será más difícil aún lograr un adecuado equilibrio entre aquellos que quieren aplicar el programa de la Coalición al pie de la letra, y otros que, tal como ocurrió en los años 90, señalarán que es preferible dar señales de “gobernabilidad y que las transformaciones sociales deberán llevarse a cabo solo “en la medida de lo posible”

 

La prensa extranjera ha calificado a Boric como socialdemócrata, pero dudo que pueda llevar a cabo una agenda que responda mínimamente a la SocialDemocacia: Establecer Derechos Universales, Fortalecer los Sindicatos, Redistribución de Ingresos. Todas estas políticas tendrían que pasar por el Congreso, el Congreso más atomizado y con la oposición más extremista desde 1990, cuando existía una “bancada militar” y senadores designados. Las esperanzas debieran estar puestas en otras áreas, por ejemplo, que Boric logre un mejor y más efectivo manejo del Covid, en la desmilitarización del Walmapu, en un avance efectivo sobre las responsabilidades en las violaciones a DDHH por parte de Carabineros y FFAA, y en una reparación a las víctimas. Porque para lograr un cambio sustancial del modelo económico, para hacer los cambios realmente transformadores que se necesitan, tendremos que esperar a un futuro gobierno en cuatro años más, o quizás un futuro Estallido Social.

 

Cristián Martínez Arriagada

Cientista Político

 


[1] https://www.biobiochile.cl/noticias/nacional/chile/2022/01/12/va-a-sufrir-el-proximo-gobierno-y-yo-voy-a-tomar-palco-el-microfono-abierto-de-ximena-rincon.shtml

[2] http://www.dim.uchile.cl/~anmoreir/ideas/graffiti.html

[3] https://www.servelelecciones.cl/

[4] https://fortunatti.files.wordpress.com/2011/09/las-dos-almas-de-la-concertacic3b3n1.pdf

[5] “Incertidumbre económica se reduce tras señales de moderación del próximo gobierno” El Mercurio B2, 28/1/2022

[6] https://www.elmostrador.cl/noticias/sin-editar/2016/03/09/renuncio-lucia-dammert-la-polemica-asesora-del-ministerio-del-interior/

[7] Los detalles del controvertido “round” al interior de la nueva coalición oficialista El Mercurio D10, 30/1/2022

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