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Semblanza de Mundo de Nazarín Tejías por Hans Schuster

Semblanza de Mundo de Nazarín Tejías, es un texto lúdico y poético de comienzo a fin, realizado en editorial Piñufla, 2021, 155 páginas.

Encontrarnos frente a autores que utilizan seudónimos, si bien no es escaso, en general suele ser porque se teme ante la persecución política, o se trata de establecer un apodo como marca, o bien, para resguardar la privacidad, en literatura y en especial en los concursos literarios se suele poner en las bases para evitar la influencia de alguna firma famosa que pueda estar compitiendo, o a la cual se le adjudiquen fondos como es el caso de la cultura concursable que opera en Chile, a modo de especialistas en proyectos frente a todas las restricciones que establece el Estado para adjudicar fondos en la creación de obras, cuya rendición pasa o pasará por la censura de la Contraloría General de la República, por ahora de manera aleatoria, pero con la actual comisaria- perdón contralora- se me confunden los roles dado que ahora los nuevos alcaldes también prometieron controlar todo, en la demagogia de los toldos azules, e insisto quien controla los toldos de contraloría, en este caso no se trata de quién cuida a los cuidadores, sino más bien quien nos resguarda de su resguardos, o será que pronto todo deba ingresar al SISREC, y seguiremos sin saber quién controla a contraloría, pero todo ingresado a un sistema que como no dialoga con la ciudadanía es una dictadura informática para el registro del registro, y tal vez tan chanta como el Censo de Piñera, dado que no hay información confiable, o bien, en el uso que dan hoy en día, con personajes e informes falsos para acrecentar la negación del calentamiento global y todo lo que en esos términos significa la manipulación en todas sus formas para distorsionar la objetividad informativa. El uso de información falsa sobre criminalidad, migración, negacionismo histórico, todo ello da cuenta de que frente a la información (al periodismo) el código de Unesco vuelve a recordar y confirmar lo que constituye el valor ético que le da sentido siempre a la profesión informativa: ofreciendo al público la verdad objetiva que por derecho le pertenece y que el informador sirve con un honroso e inexcusable deber, no obstante los intereses de los dueños de los medios y sus líneas editoriales, que ligados preferentemente a organismos de derecha o extrema derecha son los encargados de aportar a la falsedad, algo similar ocurre con gobiernos dictatoriales que tienen en su poder el espacio de comunicación pública y publican sólo lo que sirve a sus intereses. Con o sin seudónimo a ratos la realidad se torna antojadiza y grave, de allí que desaparezcan líderes ambientalistas y no sean mencionados en los medios de comunicación, como recientemente ocurre en Chile con la desaparición de Julia Chuñil Catricura, 8 de noviembre del 2024, vecina de 70 años del sector rural de Huichaco, en la comuna de Máfil, presidenta de la comunidad indígena de Putreguel y gran activista mapuche por la defensa del bosque nativo en la zona.

Pero entremos en el libro que nos convoca, Semblanza de Mundo, en general se entiende por semblanza el retrato o bosquejo biográfico de una persona. De allí que las semblanzas biográficas describan datos cronológicos sobre alguien sin alcanzar la extensión de una biografía propiamente dicha, la cual corresponde a otra categoría que tiene una mayor extensión. Sin embargo, en el juego poético es posible establecer estas ideas, aunque nada de ello se cumpla, en cuanto a la cronología y hechos significativos, desde el inicio la situación se presenta con el índice al inicio del libro y el prólogo al final, lo que no es fortuito, pues se trataría de alterar el orden del corpus del libro como generalmente se publica, de allí que desde el Índice se establezcan 4 momentos y el prólogo deba ser entendido como un poema en prosa que nos pone en alerta frente a la noción del yo, y el escritor se refiere a su vez al autor en este caso, supuestamente, asume una segunda voz¸ Chivapiano Valontano, para establecer sus discusiones, ante lo espurio de intentar rescatar una textura poética que denomina “La hipertrofia del yo …como experiencia vital de época” (141 y 142) No obstante, en los momentos anteriores (Sombras de amor (8 poemas), infantiles (7 poemas), retratos de mundo (17 poemas), los textos están en primera persona y el hablante habita en un yo indisciplinado, que se queja de infortunio húmedo del desamor, lágrimas en sílabas redondas manchan el papel que se agrieta ante un veneno meloso y varias veces mencionado ante la pulsión existencial que zapatea también su morbo, aunque oculto en los títulos y bajo la sospecha lastimosa de algunos versos que se enredan en un baile de sombras, aunque no tan sombrías ni fermentadas en la angustia, más bien son pequeñas convulsiones de delirio con algunos versos de consuelo, aunque el desconsuelo sea mayor a la delgadez de su sombra, con esa envalentonada arritmia que se agita y pregunta por un “¿Eres….tú?”, obsesionado por las espinas impuras del universo a dos o tres cuadras del cielo masoquista en que se ordenan los recuerdos en la repisa de la memoria, que no afloja y trata de vengar al muero, muero, con un supuesto autor del siglo V d. C., pero todo se ve desfasado ante una desconocida-conocida por lo adverso del desencanto decantado. Y en los poemas del péndulo de la Infancia se juntan el niño de rayas, con el niño alado, azuzando la atención de Alsino, de allí el acercamiento a Pedro Prado, para luego dejar pasar el clamor carmesí de quien denuncia la violación de la niña, y de paso no es ni nocturna ni diurna la envergadura del espacio que busca su rima para una renacida Renata y luego otra aparición a contraluz de lo nimio que agudiza la mirada, como si fuera un juego el veo, veo de la espera, ante un retrato de mundo, que boina difusa toma por epígrafe un tango, y ese sólo acto suicida pone en aprietos al que escribe, al autor al seudónimo y a quien traerá consigo los ecos fumigados del prólogo, ese olor y dolor al mismo tiempo que el hastío trae sus recuerdos cómplices de compañeras de sofá, o entre las parras de una juventud en San Felipe, sólo dos lugares se nombran, el otro es Iloca, y las artimañas caen de golpe como si las maderas fueran falsas vigas que sostienen un sueño mal criado, aunque a ratos posan sombras de ternura que crujen o se retuercen con la memoria del sol y vuelven los recuerdos a su cáliz de embriaguez con entusiasmos de arcilla y otra vez los celos languidecen en su capricho de macho cabrío que se distrae en un viaje cósmico con las manos en los bolsillos y confía en la mácula de los óculos tratando de darse a entender en la Megalópolis de tumbas que retumban en medio del juego: la poesía se desgrana y cae en su ritual de baile orquestado, para satisfacer la necesidad de decir algo ante el vaho del espejo que no necesita seudónimo ni salir a la calle insomne o bien afeitado, basta con ubicar el lugar de la pereza, y el verso sería aún más fértil que lombrices retorcidas, entre la levedad del mundo…cuya semblanza en diciembre del 2024 tiene a las guerras recostadas en la mano de poderosos que las ven agitarse en su codicia, ahora que los muertos sólo cuentan en la cuenta bancaria, en los bitcoin, o en los regalos de sangre que traerá su navidad de despojos, mientras se sigue bombardeando y se ejecutan nuevos planes para desestabilizar a los más temerarios y las religiones de la guerra se pintan la cara… y esta semblanza de Mundo que se aleja de Nazarín Tejías o de Tomás Zamora, y quedará inconclusa la verdad mientras no se sepa nada de Julia Chuñil, algo tendrán que decir las policías, una vez que se asiente el expediente, porque a los que curiosamente les conviene tanto silencio y su desaparición son los mismos dueños del despojo, de las sagradas familias de tradición bursátil, y no sigan con la cantinela que el secreto bancario nos protege del crimen organizado, como si alguien nos protegiera de las Isapres o de las AFP, porque ya empezaron a deshabilitarse los jueces que tienen relación con el narco-tráfico, pero si es el tráfico en la ideología de la muerte es lo que claman a ultranza los ultra, entretanto cualquier semblanza de mundo es un juego de niños ante la potestad del poder del dinero en el adverso de los versos cuyo poder se inflama hacia lo interior de lo humano, mientras los otros usan lanzallamas, napal, u otros químicos del negacionismo, calentamiento global con las masacres y genocidios en nombre de sus intereses planetarios y nadie dice nada porque no aparece Julia Chuñil Catricura,

Hans Schuster, escritor.

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