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Sergio e Iván Vuskovic: remembranza y presente de una generación que creció bajo el cielo de la utopía. Por Rony Núñez

1.- Sergio Vuskovic: Remembranzas sobre el oleaje.

Conduzco hacia Valparaíso al encuentro Sergio e Iván Vuskovic, en el Cerro Alegre, Paseo Atkinson, donde el tiempo parece haberse detenido entre casas de un pasado esplendoroso y una vista que conmueve sobre la bahía de los suspiros.

Al enfrentarme a aquellas casas de colores se volantín, recuerdo aquellos versos del poema “In Memoriam”, de Álvaro Inostroza:

“En la década del setenta

 la década prodigiosa-

crecimos bajo el cielo de la utopía

la historia nos llevaba de la mano.

En la década del setenta

nos sentamos a la mesa

soñamos despiertos

despertamos a una pesadilla.”

En una entonación pausada donde se traslucen sus ojos claros que han presenciado buena parte de los acontecimientos de la segunda mitas del siglo XX, en un ejercicio de memoria, evoca los inicios de su familia que emigra desde la ex Yugoslavia, hacia el norte chileno, el de las salitreras, donde arriba su padre con apenas trece años de la mano de su abuelo, a Antofagasta, para luego continuar un periplo desde Coquimbo hasta Valparaíso, donde su padre se estableció en una “pilastra de pescados y mariscos”.

Su padre poseía una de las únicas radios donde escuchaban la BBC y donde el joven Sergio Vuskovic se fue interiorizando del rol del Mariscal Tito jugaba para repeler la invasión nazi a Yugoslavia, sumado al rompimiento de relaciones del Chile de González Videla con dicha nación patria de su linaje, es que decide entrar en las juventudes comunistas en 1948, sumado además de conocer a muchos refugiados españoles que habían llegado gracias a las gestiones de Pablo Neruda en el barco Winnipeg, el que arriba al puerto el mismo día en que estalla la segunda guerra mundial el 2 de septiembre de 1939, y que le narraron las vicisitudes y sufrimientos de la República Española, que influyen en su pensamiento político, que me recuerda la estupenda novela que acabo de terminar “Quemen Barcelona”, de Guillem Martí y aquel pasaje: “Con el cigarrillo en los labios, el pronunciado golfo capilar que le deja el peinado en el lado derecho del cráneo, y la mirada entre triste y soñadora, André Malraux asoma la cabeza por encima de la muralla del catillo de Montjuic para contemplar los estragos que los bombardeos alemanes están causando en su amada Barcelona”. Aquellas mismas bombas que en nuestro país marcaron a sangre y fuego el inconsciente colectivo chileno, caerían sobre el Palacio de la Moneda, concluyendo el soñar despierto de una generación prodigiosa, así como lo ocurrido en España décadas antes.

A Salvador Allende y Pablo Neruda los conoce en 1952 de los cuales es amigo hasta su muerte, siendo Alcalde de Valparaíso entre 1970 y 1973 donde lo sorprende el golpe, el cual, tras pasar por La Esmeralda, Isla Dawson, y los campos de concentración de Puchuncaví y Ritoque, cumpliendo en total tres años de reclusión. Es liberado donde sale al exilio hacia Europa, donde un nuevo periplo lo lleva lejos de su amado puerto hacia Italia. Su legado cultural incluye múltiples publicaciones que destacan su dilatada carrera académica donde destacan La base material del pensamiento 1958, Investigaciones sobre el origen del pensamiento 1961, Diálogo con la Democracia Cristiana 1964, Teoría de la ambigüedad 1964, Revolución, Estado, Propiedad: problemática demócrata cristiana, 1967, Un filósofo llamado Lenin, 1971, El pluripartidismo y el proceso revolucionario chileno, 1973, Del stalinismo a la perestroika, 1991 y Breviario de Platón, 1998.

En 1988 obtiene el nombramiento de Ciudadanía Honoraria de la ciudad de Martignano, Provincia de Lecce, Italia. En 2002, es galardonado como Ciudadano Ilustre de Valparaíso, por parte de la Municipalidad. En 2003, recibe la medalla Unesco por su contribución en la declaración de Valparaíso como Patrimonio Cultural de la Humanidad y en el mismo año el Premio Municipal de Literatura de Valparaíso.

Es imposible no conmoverse después de aquella larga plática donde historia, política y leyenda se confunden en la lucidez que acompaña a la de los cerros porteños, luz que no me abandona a pesar de la oscuridad con que enfrento la carretera camino de vuelta a Santiago, mientras personas como Sergio Vuskovic, nos alumbren con su palabra y experiencia.

2.- Sergio Vuskovic: Del retorno del periplo forzado al desafío de una nueva concejalía por Valparaíso.

Porteño de la década de los cincuenta, dedicado a quehaceres en los azarosos días de la década de los setenta en la jota como dirigente político, donde producto del golpe de estado es detenido y recluido en el barco Lebu, luego en Puchuncaví y otros centros, siendo expulsado de Chile y llega a Rumania donde ingresa a la universidad y se licencia en economía con especialidad en relaciones económicas internacionales, para luego realiza un doctorado en la Universidad de Moscú, en temas de teoría económica, arribando a Chile casado y ya con dos hijos.

A su retorno a Chile no exento de dificultades en un principio, fue el primer gerente de exportaciones de Té Supremo, luego uno de los gerentes de exportaciones de Ambrossoli, para luego emprender con una agencia de aduanas, ingresando en el mundo de la pequeña y mediana empresa, donde le propusieron una dirigencia en la Conupia, que agrupa nacionalmente a pequeños y medianos empresarios, siendo además primer presidente de la federación de mini pymes de Valparaíso, llegando a ser posteriormente Presidente de la Conupia, y luego de la Conapyme, además de miembros de la división de estudios económicos de dicha entidad.

Actualmente se desempeña como concejal por la Municipalidad de Valparaíso en representación del Partido Comunista, la cual, afirma, sufre un problema de presupuesto, teniendo de por medio servicios de la comunidad enfrentados en su opinión por una deficiente gestión alcaldicia. En este sentido afirma: “ En aseo las personas pagan por su retiro, en el caso porteño si las casas valen menos de 15 millones están exentos, que en el caso de Valparaíso es la mitad de la población, es decir, con la mitad del presupuesto, se debe retirar a toda la ciudad, siendo un problema real el déficit económico”. Luego enfatiza: “desde que estoy en la comisión de presupuesto de la municipalidad, no ha habido ningún paro de profesores pues se ha cumplido el pago de remuneraciones y previsionales a los profesores y asistentes de la educación, pues se ha priorizado aquello, es decir se ha ido regularizando, en la perspectiva de una des municipalización, se estará en buen pie pues no habrá deuda, al momento que empiece el proceso presupuestado para el año 2018 en una sola unidad con Casa Blanca.

“Hemos logrado que las negociaciones colectivas de funcionarios municipales como el caso de los trabajadores de aseo o de la corporación municipal respecto de los auxiliares de la educación, no hayan sido traumáticas, donde fui garante de ese acuerdo, conversando con ambas partes, exponiendo los datos económicos con exactitud, lo que facilitó el acuerdo en la mesa de negociación, siendo más expedita teniendo claro las posibilidades reales”. Hay que tener como derrotero que los porteños reciban los mejores servicios de la municipalidad, donde se ha enfrentado al alcalde y su gestión, que limita el carácter privilegiado que posee Valparaíso desde el punto de vista patrimonial, habiendo sido declarada patrimonio de la humanidad por la Unesco, su atractivo turístico y el impulso que debiera tener en su calidad de zona portuaria como polo de desarrollo económico.

Haciendo uso de su experticia como economista, explica la gestión alcaldicia actual, donde el presupuesto es de $66 mil millones de pesos, lo que implican $ 200.000 por habitante, lo que se convierte en $ 120 mil millones participando del financiamiento de distintos proyectos por su calidad de capital regional. En ese sentido denuncia cierta indolencia en el uso de los recursos y un derroche de éstos con que el gobierno central favorece Valparaíso y que no se plasman en la realidad actual de la ciudad, donde también hace presente la desidia de algunos concejales, que no estudian los temas al momento de votar temas trascendentales, considerando que el nivel en general del concejo es deficitario y que no se tienen necesariamente en cuenta al momento de votar por ellos, decidiendo cosas muy livianamente, y donde el alcalde Jorge Castro ha jugado un rol en ese sentido, perjudicando a la ciudad, pues, al no haber una opinión fundada, ha llevado a la intrascendencia en la realización tanto de la gestión municipal encabezada por el alcalde como por algunos concejales.

En este sentido, la opinión de Iván hace sentido, en un contexto donde las elecciones municipales se encuentran a la vuelta de la esquina y donde la escasa participación se puede convertir en el principal invitado a la mesa, frente a un sistema político absolutamente deslegitimado, por tanto vale la pena a instar no entregar el espacio deliberativo a cualquiera sin ninguna capacidad para dirigir y gestionar los espacios públicos, como consecuencia de una inactividad o mera militancia por redes sociales. En mi caso me encuentro convencido que quedarse en casa en nada aporta a nuestro bien común ni restablece las confianzas en nosotros mismos, ni en el cambio y mejoramiento del entorno que nos pertenece a todos aunque algunos aun piensen lo contrario..

Rony Núñez Mesquida
Analista y Observador Internacional.

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