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“Si tocan a una, nos tocan a todas”. Por Lorena Zambrano

Campaña “La humanidad somos todes”

Partiré diciendo a viva voz: SI TOCAN A UNA, RESPONDEMOS TODAS.

Señalaré algunos hechos importantes respecto de la expresión de esta lucha sobre la migración de las mujeres. No olvidemos que, frente a los grandes desastres de la historia han sido las mujeres quienes definimos, las que sacamos fuerzas, las que repartimos por igual, las que inventamos ideas para sobrevivir. Esta fuerza nace de la UNIÓN y la SOLIDARIDAD de nosotras, las mujeres.

En primer lugar: ¿cómo no criticar esta forma de actuar del estado chileno en torno a la pandemia y particularmente lo que vivimos les mujeres, del incremento de la violencia intrafamiliar, de la falta de trabajo y de atención en salud en los campamentos? ¿Cómo encontrar un punto de equilibrio en este contexto cuando lo que hace en permanencia es MENTIR?

Además, ¿cómo no sentir impotencia frente a un Estado OPRESOR cuando las puertas se cierran por el solo hecho de no poseer un documento de identidad que se vuelve más importante que la vida misma? ¿Acaso el lugar de dónde vienes o de dónde eres te quita el de ser mujer? Esa es una de las principales luchas que llevamos las mujeres migrantes hoy en día.

En segundo lugar, se debe saber que otro de nuestros frentes es la lucha constante de trabajo para la supervivencia de nuestras familias, pero también hay una lucha dentro de nosotras mismas ¿cómo entender que sea nuestro color de piel, nuestra forma del cuerpo, nuestra forma de actuar o de hablar las que decidan cómo y cuándo conseguir posicionarnos en la sociedad? Nuestras condiciones como mujeres parecen ser el de objeto de uso y abuso, como sujetas de anti derecho y muchas veces de explotación.

En tercer lugar, dentro de todo este descontrol de la pandemia que hoy nos ha cambiado la vida, es increíble cómo logramos salir las “SUPERMUJERES MIGRANTES” ¿por qué no llamarnos así? Si mientras la elite sale a trabajar, somos en gran mayoría esas mujeres marginadas, esas mujeres denigradas, las que cuidamos de sus hogares, y cuando la elite e protege somos las que salimos a la calle a buscar sustento. Somos las que nos contagiamos por ellos y ellas, las que vamos a nuestras casas con un poco de pan a la mesa y que luego somos llamadas por la prensa como: “FUENTES DE INFECCION Y DE CONTAGIO”. Suelto una carcajada llena de ironía que da cuenta de un sentir de rabia, impotencia y dolor ante tales afirmaciones mentirosas que engañan a la sociedad. ¿Acaso soy culpable que, aun corriendo los peligros que corro, pueda llevar un plato de comida a la mesa? Si dejo de producir sin parar con la rapidez del ferrocarril, no habrá quién vele por el hambre de mi hogar. “Bonos” dice el Gobierno, y nuevamente suelto una risa irónica ¿acaso llegan estos bonos a los cientos de mujeres migrantes que no contamos con ese documento plástico llamado carnet de identidad y que decide nuestro destino?

En cuarto lugar: ¡Sorpresa! Es de ahí, de las cenizas de la inmensidad del país, que renacen como un ave fénix las luchadoras. Es en los territorios donde se forjan la armadura de esfuerzo y el escudo de lucha; es en ellos donde la sororidad, la sabiduría y el corazón de león se alzan diciendo ¡basta! Ya no más quejas, ya no queremos estar de brazos cruzados mientras esperamos que se nos “dé algo”, que no son más que migajas vergonzosas. Basta ya de mirar como el pueblo se muere de hambre. Entonces, nacen las grandes ollas comunes para matar el hambre.

Aprender a convivir con equilibrio en un contexto de crisis es difícil cuando hay una sociedad que te tilda como alguien “que todo quiere gratis”, donde te gritan ¡NEGRA! ¡INDIA! ¡CHOLA! ¡AMARILLA! Un sinfín de apodos más. ¿Por qué no llamarnos simplemente por lo que somos? Mujeres valientes y de lucha.

En quinto lugar, les decimos que desde Arica a Punta Arenas hoy en día estamos en guerra, pero en una guerra de enseñar como nosotres, las mujeres, sacamos la cara por nuestros territorios. Algunos se preguntarán por qué los llamamos “nuestros” si no nacimos aquí, ¿por qué lo hacemos si somos MIGRANTES? Y nosotras respondemos con fuerza: lo llamamos nuestro porque estamos aquí, por el motivo, que estamos echando raíces y dejando nuestras vidas en mucho de los casos. Porque el territorio lo compartimos todos, todas, todes quienes habitamos en Chile, no solo los CHILENOS. Esa es la palabra que debemos comenzar a usar, HABITANTES, así no se nos excluye, sino por el contrario, se apaña y se comparte.

En sexto lugar, señalamos que en los campamentos el grueso del trabajo lo realizan las mujeres y muchas de ellas migrantes. Somos las que llevamos las riendas, estamos regadas como semillitas en todas las áreas cubriendo incluso esas plazas que nadie quiere trabajar, recibiendo sueldos de miseria para tener el ansiado documento para que los Señores de la LEY no nos echen sin defensa. Posicionarse en ramas laborales como mujer indígena o negra o mestiza ha costado, pero estamos de pie y apoyándonos hombro con hombro por nuestras hermanas pro migrantes.

¿Cuál es la mirada de estado de Chile ante la mujer migrante? Se fija en tres puntos: mujeres laboralmente activas dispuestas al trabajo a cualquier costo por su documentación; mujeres proveedoras de vientres para que la sociedad se rejuvenezca; mujeres cosificadas incluso para que el estado reciba apoyos de organismos internacionales por convenios, o para explotación sexual, que muchas veces no se nos reconoce como víctimas de trata de personas.

La lucha constante de búsqueda de nuevas estrategias para ser aceptadas en una sociedad, no debería ser búsqueda; sino un derecho, como el de libre circulación, el de protección a la vida. Una sociedad que vele por nuestros derechos a una calidad de vida, de vivienda, de agua, de salud mental, simple y únicamente por el hecho de ser mujer.

Por eso llamamos a que LA HUMANIDAD SOMOS TODES. Un espacio físico es solo eso, pero el espacio también se forja y se construye viendo al otre como un yo. Esa es la fuerza que nos caracteriza a nosotres, porque en momento de batallas por la vida estamos decididas, fuertes y preparades para ser todes una.

¡Basta de huir por la opresión del Estado! Aprendamos a trabajar como un nosotres y veremos las grandes ideas que están floreciendo. Muchas estamos dispuestas a trabajar por conseguir un país de todes, porque nos acogió y consideramos también nuestro, jamás dejaremos de ser lo que somos MUJERES MIGRANTES, pero si podemos ser mujeres que seamos incluidas y aceptadas solo por ser mujeres.

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Lorena Zambrano es integrante de AMPRO Tarapacá y de la Red Nacional de Organizaciones Migrantes y Pro migrantes.

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