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Silencio Blanco: expresión y movimiento. Por Alex Ibarra Peña

"Cuentan que cuando un silencio
aparecía entre dos
era que pasaba un ángel
que les robaba la voz".
(Silvio Rodríguez).

El GAM durante este mes viene siendo el sitio de la retrospectiva de la Compañía Silencio Blanco ofreciéndonos una excelente posibilidad para conocer gran parte del trabajo experimental de este grupo humano que en sus años de existencia ha alcanzado reconocimiento no sólo local sino que también internacional. Silencio Blanco nos presenta obras que podríamos considerar minimalistas en un silencio que da espacio a la expresión y al movimiento.

La recuperación de las historias podría decirse que se basa en modelos de historias mínimas, es decir, una recuperación de sujetos que habitualmente la gran historia no considera y condena al olvido desde esas estrategias del poder en función de la invisibilización de los sujetos subalternos, o en esas duras palabras "los nadie".

La primera obra montada en esta retrospectiva fue "Antuco", título claro que recuerda la tragedia en la que murió un suboficial y cuarenta y cuatro conscriptos del ejército. Aquí se instala uno de los temas pendientes en relación al Servicio Militar Obligatorio y las prácticas de vejaciones violentas a los jóvenes que sufren la "formación militar" al límite de la violación de sus derechos humanos. Es elogiable esta obra que nos trae este hecho de la historia reciente marcada por la tragedia y por la violencia del Estado. Los personajes son simples, en marionetas que toman vidas expresivas en la manipulación de sus intérpretes Camila Pérez, Consuelo Miranda, Camilo Yáñez, Marco Reyes, Rodolfo Armijo, son parte del equipo creativo Santiago Tobar, Dominga Gutiérrez, Belén Abarza, Daniel Hanselmann y Ricardo Pacheco.

El desafío de colocar en escena una obra en silencio es bien logrado a partir de la expresión que logran con los movimientos de las marionetas y la puesta en escena montando un pequeño teatro. La música es central para apoyar las pulsiones de los movimientos. Una apuesta que es notablemente lograda en el escenario logrando la emoción y consternación del público.

Las otras obras también pueden ser puestas bajo esta lógica de análisis, cada semana se irá presentando una de ellas sus títulos son "Pescador", "Chiflón, el silencio del carbón" y "De papel". La calidad de este equipo nos sumerge a este tipo de teatro que constituye un género especial dentro de las posibilidades escénicas. Silencio Blanco nos invita a un redescubrimiento de la expresión a partir de la experiencia que viene acopiando durante estos años con dedicación y profesionalismo que queda manifiesto en sus presentaciones.

Alex Ibarra Peña.
Dr. En Estudios Americanos.

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@apatrimoniovivo_alexibarra

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