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Testimonio de Elizabeth Carrillo ante la Comisión de Derechos Humanos del Senado

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25 de enero 2021

Senadores y senadoras de la Comisión de Derechos Humanos del Senado
Sra. Lorena Recabarren, Subsecretaria de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia
Sra. Myrna Villegas
Sr. Javier Wilenmann
Sr. Claudio Nash

Soy Elizabeth Carrillo, trabajadora de la construcción y madre de Leonardo Quilodrán Carrillo, joven de 26 años, pescador artesanal de Lebu. Él, al igual que muchos jóvenes de nuestro país, salió a manifestarse por un Chile más justo, más digno. Antes del 18 de octubre también se manifestó en muchas ocasiones junto a sus compañeros pescadores, en contra de la ley de pesca de arrastre, más conocida también como “ley Longueira”.

El domingo 20 de octubre del 2019 se realizó una marcha pacífica, como en todo el país, en Coronel, en la VIII Región. Leonardo asistió a esa marcha junto a su primo, su polola, su familia, todos juntos. También había menores de edad en la manifestación.

Ese día militares -bueno, en ese momento no sabíamos si eran militares o infantes de marina- empezaron a disparar. No eran ni balines ni balas de goma: eran balas de verdad. En ese momento, los militares utilizaron armamento de guerra en contra de la población, en contra de las personas de nuestro país. Nada justifica que ellos utilizaran armamento de guerra. No estábamos en guerra en ese momento, y nunca lo hemos estado. En democracia en este país, no hemos estado jamás en guerra…como lo dijo la máxima autoridad de este país.

Ese domingo le dispararon a un joven llamado Sandro Jerez, que recibió una bala que le entró por la axila y se le alojó en la columna, siendo imposible extraerla. Luego de ser hospitalizado, Sandro pasó a prisión preventiva acusado por saqueo y receptación. Su estado agravó puesto que en las duras condiciones carcelarias no tuvo los cuidados necesarios para su recuperación. Finalmente Sandro fue liberado, pero perdió completamente el uso de su brazo, sin tener ni siquiera una ayuda económica ni pensión de invalidez. El Instituto Nacional de Derechos Humanos se querelló por homicidio frustrado en ese momento, en representación de Sandro y solicitó diligencias al fiscal adjunto del Ministerio Público. Ni Sandro ni su familia han tenido noticias, de qué es de aquella querella desde entonces. El uniformado que le disparó a Sandro no ha sido identificado ni mucho menos formalizado.

Mi hijo, así como Sandro, y muchos que estaban en aquella manifestación, podrían haber sido asesinados, al igual que muchas otras personas, como Romario Veloz, o como Manuel Rebolledo Navarrete, atropellado por infantes de marina el 21 de octubre del 2019 en Talcahuano.

Ese domingo 20 de octubre, Leonardo encontró en la calle un cargador de proyectiles de balas, y lo llevó a su casa para publicar una foto en las redes sociales, para advertir al país o a las personas que lo vieran, el tipo de armamento que estaban utilizando en ese momento contra el Pueblo, en contra de la gente. Leonardo subió esa publicación a Facebook, y al otro día viajó a Lebu a trabajar. Estuvo hasta el miércoles 23 de octubre, fecha en que se devuelve a Coronel, a la casa de su polola.

Ese día 23, siendo las 11:50 de la mañana, Leonardo fue detenido por infantes de marina estando él haciendo fila en el supermercado, junto a su polola. Por un tatuaje que Leonardo tiene en el cuello, ellos se dieron cuenta que él estaba ahí, habían visto una foto sacada de Facebook. Le apagaron su celular y cuando se lo estaban llevando, la gente empezó a gritar, su polola gritaba “para qué se lo llevan, para dónde lo llevan”. Si no, la historia hubiese sido muy diferente. En ese momento. los infantes de marina tuvieron que dejarlo ahí, y llamar a Carabineros, quienes se los llevaron detenidos a él y su polola, sin sus derechos a leer. No le leyeron sus derechos, no tuvo derecho a llamado, tampoco lo llevaron a constatar lesiones al hospital.

Cuando llegaron a la Comisaría, les dijeron que el procedimiento iba a durar un rato. Ellos lo único que querían era recuperar el cargador, nada más. Le dijeron “firma aquí ésto”, y mi hijo firmó. Firmó porque lo amenazaron. Lo tuvieron toda la tarde ahí, en el calabozo, en la Comisaría de Villa Mora en Coronel, en la Octava Región. A su polola también la amenazaron, hasta con una pistola, para que firmara una orden de allanamiento, en circunstancias de que ella vive ahí, pero vive con su abuela y por tanto ella no era la dueña de la casa. A ella le dijeron: “o firmas por las buenas, o firmas por las malas”. A punta de pistola, en la Comisaría. Y a mi hijo, cuando lo detuvieron, no lo llevaron a constatar lesiones al hospital. No había nadie del Instituto de Derechos Humanos, nadie hizo algo, nadie hizo nada.

En la Comisaría, bajo amenazas, obligaron a Leonardo y a su pareja a firmar por el allanamiento ilegal que hicieron a la casa de su abuela, y a él lo obligaron a firmar la declaración que ellos escribieron a su conveniencia. El allanamiento fue solamente por el cargador, el cual fue encontrado. El cargador estaba ahí, estaba guardado. Porque ¿qué iban hacer ellos con un cargador? Nada. A la pareja de Leonardo le dijeron que si no iba por las buenas iba por las malas, si no iban a ir con un camión, le iban a destruir la casa, le iban a romper la casa. Entonces, una chiquilla de 20 años, obvio que altiro iba a firmar. Con miedo, con amenazas, quién no firma?

Al firmar una declaración, Leonardo pasó la noche entera en el calabozo y de ahí estuvo privado de libertad del 24 de octubre del 2019 hasta el 12 de septiembre del 2020.

El 24 de octubre fue formalizado de los cargos contra Leonardo, siendo imputado por la infracción a la ley de control de armas, específicamente por posesión, tenencia, porte de munición y sustancias químicas, y por el robo de munición. Acusación desproporcionada por donde se le mire, pues lo único que hizo mi hijo fue denunciar lo que se vivía en el país, tras la declaración de guerra contra el Pueblo.

Aquella desproporcionalidad de las imputaciones, no sólo la ha vivido mi hijo, sino que miles de personas en Chile tras el estallido social el 18 de octubre del 2019.

Quiero denunciar que el Fiscal de turno, en ese momento señaló que mi hijo era un terrorista, y que si dependía de él, lo tendría 15 años tras las rejas. Durante su detención, muchas veces solicitamos el cambio de prisión preventiva para Leonardo. Cada 3 meses lo hacíamos, en todas fue denegada esta solicitud ¿y por qué? Porque el Fiscal afirmaba que Leonardo era un peligro para la sociedad, por la alta condena que arriesga debido a la ley por la cual era formalizado, o es formalizado.

Y esto sin tener antecedentes penales anteriores. Leonardo no tiene antecedentes anteriores, ninguno. Tiene una conducta intachable. Y el Fiscal sabe eso. Nosotros presentamos pruebas de la conducta de Leonardo. Presentamos cartas, de pescadores, de encarnadoras, de clubes deportivos, , de juntas de vecinos, y en general, toda la familia.. Sin mentir, de la comunidad de Lebu, hay 600 firmas que avalan la conducta de Leonardo, que ha sido un cabro muy amigo siempre. Siempre ha estado apoyando a los demás. Cuando en Lebu se pierden pescadores, siempre Leonardo estaba ahí, en la búsqueda. Siempre estuvo apoyando al prójimo. Además, Leonardo era el soporte económico de mi familia. No sólo de mi familia: era el soporte económico de su pareja, porque él le pagaba los estudios a su pareja. Ella estudiaba, estaba estudiando en esos momentos, cuando él cayó detenido, estaba estudiando médico veterinario. Tuvo que dejar su carrera, tuvo que dejarla a un lado.

Quiero agregar que tras la detención de mi hijo, 30 familias de Lebu quedaron sin sustento económico, ya que Leonardo estaba a cargo de una embarcación. Encarnadores, compradores, armadores… toda esa gente quedo cesante. Leonardo estuvo hasta abril del 2020 en la cárcel, siendo trasladado a la Cárcel de Lebu. El traslado se dio porque Leonardo fue torturado en la cárcel de Coronel. Yo tengo las fotos, para que ustedes vean cómo Gendarmería dejó a mi hijo, siendo que mi hijo nunca ha sido un delincuente.. Mi hijo lo único que hizo... ¡miren!

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¿Ustedes creen que esto es justo? Para mí no. Yo soy su madre. Yo sé lo que eduqué. Esto, para que ustedes vean la calidad de situación que tiene Gendarmería adentro. Y ésto no puede seguir pasando. Porque no solamente le ha pasado a mi hijo, le ha pasado a muchos jóvenes del estallido social. A muchos, no sólo a él.

Leonardo estuvo hasta el 20 de abril en la cárcel de Coronel, siendo trasladado a la cárcel de Lebu, debido a la tortura que sufrió en Coronel. Dentro de la cárcel hubo una riña, y ustedes deben saber que no le van a preguntar a un interno ¿usted estaba participando en la riña o no? Ahí castigan a todos. Cuando vi la foto, hice la denuncia altiro a Derechos Humanos. Ellos fueron, y le tomaron declaración, le tomaron las fotos, interpusieron una querella por torturas, que no sé en realidad en qué va esa querella.

Cuando Gendarmería lo torturó, yo hablé con el abogado y le pedí inmediatamente el traslado a Lebu. El 24 de marzo fue víctima de las torturas y el traslado se hizo el 13 de abril. Si lo hubiera dejado ahí me lo habrían matado. Ya que si me lo tienen injustamente detenido, no quería que me lo entregaran en un cajón, porque el nivel de violencia que hay en las cárceles de este país es espantoso. Esta cárcel es una selva, ahí es la ley del más fuerte. El 12 de septiembre del 2020, luego de que en reiteradas ocasiones nuestra defensa solicitó el cambio de prisión preventiva a una medida cautelar menos gravosa, la Corte de Apelaciones de Concepción revocó la prisión preventiva por arresto domiciliario nocturno. O sea, salió de la cácel, pero, está con arresto domiciiario

Desde esa fecha, mi hijo volvió a trabajar, desempeñándose como el operario en una pesquera de Coronel. Como el trabajador honesto que siempre fue, y es. Porque yo le enseñé a ser una parsona honesta, y a luchar con su frente en alto. Trabaja desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde. Durante las noches prácticamente no puede dormir tranquilo, a la espera del control de prisión domiciliaria, en donde Carabineros no tiene criterios de horario. Por qué, porque ellos van a la hora que quieren. Ellos pueden llegar a las dos, a las tres..ellos dicen que ellos tienen hasta las 5 de la mañana para ir a controlar el arresto domiciliario. Y yo encuentro que eso no es justo. Para mi hijo que tiene que salir a trabajar al otro día a las 6 de la mañana, estar con un ojo, como se dice, pegado en la ventana, y el otro en la cama, encuentro, no sólo para él, para ningún detenido político o preso, que esté en arresto domiciliario y que tenga que salir a trabajar, no es vida.

Esta situación la vive mi hijo y muchos jóvenes, que se encuentran con arresto domiciliario a la espera de juicio, y que son víctimas de hostigamiento y persecución. Mi hijo tiene derecho a descansar, y a dormir, y a poder desarrollarse laboralmente como corresponde.

La aberración más grande que he visto es la inoperancia de los Fiscales y los jueces, de no entender que mi hijo no es un delincuente. No tiene antecedentes. Si denunciar el tipo de armamento que infantes de marina estaban utilizando en ese momento justifica los 10 meses 12 días tras las rejas, arruinar la vida de mi hijo, arruinar dos familias completas –la de su polola y la de nosotros-… ya no sé qué más quieren. Sostengo que la justicia en este país es injusta. ¿Hay justicia en este país? Sí, pero sólo para los que tienen plata. Nosotros, los pobres, no tenemos derecho a justicia. No la tenemos. El que me diga lo contrario es una gran burla que le están haciendo al país.

Hay niños prisioneros políticos en el SENAME, institución que es una basura. Las cárceles son una basura, insalubres, con hacinamiento. Entonces, el día que mi hijo cayó detenido, a mí se me acabó la paz, se me acabó la tranquilidad. Se detuvo mi vida ese día, cuando el juez dictó que mi hijo era un delincuente y que tenía que ir preso. Ese día a mí..a mí se me acabó todo. Como he dicho muchas veces: ya no tengo más lágrimas que llorar. He golpeado tantas puertas hasta no decir basta. Muchas personas prometieron ayuda, ayuda que nunca llegó. … ayuda que nunca ha llegado tampoco… Lo siento.. Quiero creer, que las autoridades en este país, que me están escuchando en este momento, van a hacer lo que corresponde: liberar a nuestros hijos y familiares y que se apruebe el proyecto de Indulto General.

Mi hijo arriesga una condena de 15 años por denunciar el tipo de armamento que estaban utilizando en ese momento los agentes del Estado contra la población. Al igual que Leonardo, muchos jóvenes enfrentan condenas totalmente desproporcionadas, como los jóvenes del caso de PDI de San Antonio, los muchachos del Hotel Principado que arriesgan 30 años de cárcel ! Quiero decir que encuentro injusto que el infante de marina que asesinó a Manuel Rebolledo Navarrete se encuentre con medidas cautelares, arraigo nacional, mientras que mi hijo, que denunció el tipo de armamento que estaban utilizando infantes de marina, pasó 10 meses, 10 meses tras las rejas, 10 meses doce días tras la rejas, por denunciar el tipo de armamento que estaban usando. Viviendo bajo la presión, incertidumbre constante, y arriesgando una condena totalmente absurda.

Quiero la libertad para mi hijo y para todos los prisioneros políticos, porque aunque nieguen que no hay prisión política en Chile, sí la hay. Quiero justicia también, para todas aquellas familias cuyos seres queridos fueron asesinados, para los que fueron mutilados, para los que fueron torturados, y para quienes fueron víctimas de violaciones y abusos sexuales por parte de agentes del Estado. Quiero Libertad para mi hijo, Leonardo Quilodrán Carrillo, y para todos los presos políticos de este país. Aquí yo les voy a mostrar…

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A esto salió mi hijo a la calle ! A esto. Porque, de esto, él vive. Esto, ésta es su vida, ésta es su pasión, esto es su amor, el mar. Él es libre en el mar. Y ésta fue la denuncia que mi hijo hizo, el 20 de octubre del año 2019. Y por esta denuncia, mi hijo estuvo 10 meses 12 días detenido. ¿Es justo? Para mí no. Para mí no es justo que mi hijo pague, haya pagado, y siga pagando, con reclusión nocturna, y sin vivir tranquilo. Porque él no tiene paz ni nosotros tampoco.

A nosotros se nos acabó la paz. Se nos acabó todo. Nos destruyeron la vida, a mi hijo, a mis hijos. Tengo dos hijos, uno menor y otro mayor. Me destruyeron la vida. ¿Ustedes creen que es justo que uno tenga que turnarse pa dormir? Porque eso hacimos nosotros. Nos turnamos para dormir. Dormimos ciertas horas cada uno, para ver en qué hora, en qué momento llega Carabineros.

Y eso no es justo, señores, no es justo. Y no es justa la condena que le quieren dar a mi hijo. Mi hijo nunca había tenido antecedentes, nunca. Mi hijo tiene sus papeles totalmente limpios. Así como muchos jóvenes, muchos jóvenes del estallido social. Pero con mi hijo lo que están haciendo, es injusto.

Gracias


Video íntegro de la sesión. (El testimonio de Elizabeth Carrillo comienza a los 20 minutos): https://tv.senado.cl/tvsenado/comisiones/permanentes/derechos-humanos/comision-de-derechos-humanos/2021-01-25/084115.html

Puede escuchar toda la sesión en: https://drive.google.com/file/d/1_9jq0aNVpVL_UZVMnPvRSVlnr6rEkGAy/view

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