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Texto para la descolonización de la filosofía en América Latina. Por Elías Parra

La inexistencia de la Filosofía que se dice “Filosofía de América Latina” regulada meramente por la historia o por la producción social

Principalmente habría que determinar que el origen, o lo que origina a la Filosofía es la “necesidad” del hombre y la mujer de querer explicar, conocer, reconocerse, y saber en primera línea a cerca de su propio origen, del origen de su Ser, saber quien es y a donde va.

Desde esta reflexión intrínsecamente trascendental e impregnada de la inmaterialidad de su sentido, de subjetividad y hasta de una cierta señal de abstracción, sale de lo más profundo del intelecto y razón humanas la Filosofía, quizás como la madre de todas las ciencias, pues sus inicios son desde donde todas las otras ciencias físicas y naturales encuentran sus límites.

Entonces podemos decir que existe del mismo modo también una finalidad trascendental en la Filosofía, para este ser que se pregunta y trata de responderse, por cierto, en el mismo andar sobre esta reflexión.

Desde este andar sobre esta reflexión el hombre y la mujer también interpretan su medio ambiente, lo identifican, y son capaces de cambiarlo.

Dentro de este contexto podríamos afirmar que existe un hito ontológico que va moldeando y acompañando la reflexión, por cierto el idioma y el lenguaje. A través de la vitalidad del idioma es que podemos construir un lenguaje, reconocer necesidades, nuestros desafíos creadores e incluso la incertidumbre que nos acompaña, frente a las preguntas filosóficas del comienzo.

La Filosofía existe desde que el hombre y la mujer son capaces de reflexionar, preguntar y preguntarse. Cuando preguntamos filosofamos. Y como el hombre y la mujer han reflexionado siempre desde el lenguaje, entonces se presenta la herramienta del idioma como un fundamento característico, particular inamovible y trascendente para que los humanos podamos expresar nuestros sentimientos y también sentar precedentes filosóficos.

La dudosa postura de algunos filósofos o historiadores de América Latina de impregnar para limitar esa reflexión filosófica del hombre y mujer con una definición netamente histórica o basadas en hechos, obviando en absoluto la herramienta del idioma, como una herramienta inseparable y determinante de la reflexión filosófica -de este punto me expresaré más adelante-. Estas limitaciones podrían intentar apoderarse y reducir de manera ideológica, particular o instrumental la finalidad filosófica. Tras estas posiciones, de convertir a la Filosofía en historia, tienden a convertirla de manera dogmática y exclusiva en historia o en casualidades históricas, por cierto cuando algunos filósofos o historiadores tratan de influenciarla sólo a través de la explicación, desde el historicismo. Ellos plantean un origen de la Filosofía cuando le atribuyen los límites de un continente, ellos dicen primero que hay una “Filosofía de América Latina” - insinúan exclusividad-, y luego la condenan a su “colonización de la Filosofía de América Latina”, como ellos la perciben o ven.

En ves de eso; “La Filosofía no se debe dejar seducir por grandes historiadores, reconocidos premios nacionales y prominentes del área, por aquellos quienes sus análisis se basan en manantiales, o en fuentes, quienes dicen que desde la Filosofía se hacen invenciones, e inventan al mismo tiempo que ha habido un pueblo antiguo, que en la inmediatez serían formados por Dios, que han vivido en plena sabiduría y comprensión de todas las leyes naturales, en donde hubo una compenetración del conocimiento con todas esas leyes naturales y la verdad espiritual - o que hubo un pueblo de sacerdotes, o - para introducir algo especial- que hubo un Epos romano, desde el cual los escritores de historia romanos hubieron creado la historia antigua, en el acto.” ( “Hegel / Auswahl und Einleitung von Friedrich Heer”, página 72).

Dudar de la Filosofía de América Latina

Después de leer hace un par de años el libro del profesor de Filosofía chileno José Santos Herceg "Conflicto de Representaciones, América Latina como lugar para la Filosofía”, y revisar el texto de Enrique Dussel; “Historia de la filosofía latinoamericana y filosofía de la liberación”, hago esta crítica a lo que ellos desarrollan allí, (ver una introducción del libro de Herceg y ver el libro completo de Dussel en los link al final).
 Iré intercalando entre uno y otro y a veces incluyendo a ambos-.

En el desarrollo sobre la relación que Herceg plantea y construye entre América Latina como lugar para la Filosofía, se podría deducir que él construye un tópico bastante artificioso, por ejemplo expuestos entre “Filosofía y naciones, o Filosofía continental, de América Latina”.

En este caso él plantea, del mismo modo que Dussel, los limites de origen de la Filosofía, que sería por cierto alternativo al origen de la Filosofía original, como lo he planteado al comienzo de este texto. El piensa en América Latina como lugar particular originario de la Filosofía -lamentablemente el no plantea la posibilidad del origen de la Filosofía “desde un lugar, sino desde un espacio determinado por límites.

Quizás vale la pena utilizar la descripción de José Carlos Mariátegui para categorizar esta tan usada generalización del uso de esa “receta”: “Se utiliza la usada receta del ideario demo-liberal-burgués. Todos los radicaloides, todos los liberaloides, la han inscrito en sus programas. Intrínsecamente, esta anciano principio no tiene, pues, ningún sentido renovador, ninguna potencia revolucionaria.” (“Temas de Educación”, José Carlos Mariátegui, página 18).

En ves de esto, estos filósofos como Herceg y Dussel deberían plantear que existe una trascendencia mayor en profundidad y más cercana al principio filosófico cuando se plantea -como yo lo intento aquí-, por ejemplo; pensar la Filosofía desde el “lugar del idioma, el idioma como un lugar”, entonces quizás uno podría proponer, deducir y reflexionar nuevamente -lo pasado ya- y el pensar “desde aquí” lo que puede originar, abarcar y construir en el futuro, a través de la influencia del uso “consciente” de nuestro idioma dentro de la reflexión de la “Filosofía desde América Latina”.

Filosofía como un resultado histórico

Si viéramos la Filosofía de una manera, como un resultado o efecto o causalidad particular de una historia. La definición de estos conceptos, con los cuales los podrá plantear como un tema central o general, delatarían o delatan una carencia, sin por eso querer negar la barbarie y genocidio ocurrido en América Latina a los pueblos originarios y sus dolencias hasta hoy!

Del desarrollo al epílogo de su propuesta se entiende que sería la idea de que hay o habría una "Filosofía colonizada en América Latina”, de ahí proviene la clasificación y relación que él hace con definiciones como "Filosofía y nación, o naciones, y un continente como origen de la Filosofía”.

Pero su definición y vislumbre filosófico -en esto- esquiva y contradice las ponencias, perspectivas y desarrollos de la Filosofía occidental en su totalidad, cuales responden a la humanidad completa. Al contrario de sus planteamientos la Filosofía occidental hace de los idiomas una fuente inagotable e imprescindible del filosofar, en consecuencia, por cierto lejos de toda opresión y límites que le pueden imponer los continentes. Esta Filosofía no se cierra ni niega por ejemplo las distintas posturas o posiciones filosóficas por ejemplo como el racionalismo extremo de Espinoza. Los europeos no determinan ni subrayan de manera especial que una reflexión filosófica sea una Filosofía parcial. Porque que sería del racionalismo entonces en la Filosofía de occidente si ellos negaran estas influencia, por ejemplo negaran la racionalidad espinoziana? El filósofo Herceg y Dussel olvidan o no realizan lo que Hanna Arendt definió: "Cuando un filósofo piensa, lo hace representando a toda la humanidad, pues en ese segundo él expone sus pensamientos o preguntas como la humanidad que el mismo representa".

Además Herceg y Dussel denotan en sus textos una conclusión reduccionista con la inexistencia de la intervención del "ser/siendo" en los procesos analizados en sus libros. Su análisis, por ejemplo, no “utiliza” la reflexión de “el ser y el tiempo” del profesor Heidegger, y esto podría ser grave también, porque se salta la necesaria reflexión sobre el “Ereigniss/suceso”. Sin un suceso pues hay generalización, hay preguntas generales y respuestas aún más generales.

La Filosofía desde América Latina

La Filosofía en América Latina - ahora utilizada en retrospectiva, es un hecho del pasado, pero que estamos explicando y criticando hoy, caminando en ella, - escurrió originalmente desde Europa, principalmente a través del idioma español. Este idioma español respondía, se fomentaba y existía ya de manera central en el universo componente en el marco de la “cultura occidental europea”, del Reino de España. Eran sus reflexiones, sus visiones de su territorio, su religiosidad, y de su repartición política, eran sus ambiciones, su distribución, muestra del poder -por cierto monárquico-, era su “mirada e interpretación del mundo y del nuevo mundo”, la que tenía lugar en España, y fuera como haya sido! ya existía, era, estaba siendo ya de manera vital, tenía lugar. Negar esta influencia, es quitar toda veracidad a cualquier postura posible, inclusos las más críticas o autonómicas. Por cierto le quita el piso y desarrollo a cualquier idea o a una tarea “descolonizadora”, o incluso de restarle vitalidad, en tanto tal una crisis de representación política o filosófica, ya tiene en su target la particularidad y fenomenología de un idioma determinado. Pues además cuando nosotros, d esde América Latina reflexionamos y filosofamos lo hacemos en español. Esta premisa de intuición y expectativa, respecto a la decisión de aventurarse, por parte del reino de España de buscar nuevas rutas, nuevas tierras, nuevas fórmulas, fue la única posibilidad para que desde occidente el Reino de España, junto al orden político de su tiempo comprendieran esta necesidad y apoyaran, llevaran adelante la gesta del descubrimiento de América, lamentablemente de la manera que fue!

Esta situación de entender que el idioma asesinaba, torturaba y flagelaba a los pueblos originarios, para también imponerles su orientación religiosa, cultural, sus costumbres, sus propias creencias, junto a la restante Filosofía escolástica indirectamente o incluso quizás hasta de manera inconsciente, que le iban imponiendo a fuego al “nativo” bajo orden de exterminio; su jerarquía, sus rituales, su conceptualización y su dogma religioso católico apostólico románico y su idioma.

Aclarar que el idioma español en todo caso utilizado, es como, la descripción política del castellano, entonces el idioma occidental llevó su particularidad del lenguaje consigo también, - y su fenomenología?

La particularidad del idioma español nos permite filosofar y profundizar de "manera natural, por no decir obvia”, en la reflexión del Ser y en el siendo, ya que “nosotros somos el español”. Y dentro de él, y en sus extensiones, por ejemplo en las mezclas fonética que tuvo el idioma español con los idiomas originarios, su raíz y composición fenomenológica quedó española.

Cabe mencionar la particularidad del español de Chile: “El habla de Chile ofrece, como veremos en el presente estudio, todos los rasgos fundamentales que caracterizan el español de América.”(La Lengua Castellana en Chile, Autor: Rodolfo Oroz, página 14). El español de Chile, quizás como único país de América Latina, fue donde no se aprendió a hablar el idioma español como idioma extranjero, sino que allá el español se hablaba, se habla y se extendió en los tiempos y épocas como idioma madre, como estas citas de Francisco Bilbao en la revista de Filosofía lo podrían comprobar: “La América fue de ella y le impuso su sello; he aquí nuestro pasado español en el suelo americano. Aquí llegamos a Chile.” (Periódico Literario y Científico, “El Crepúsculo”. Francisco Bilbao, número 2.- tomo 2. Santiago, 1. de Junio de 1844, página 66).

Y según la influencia e inspiración europea en nuestra “revolución chilena”: “Nuestro pasado como hemos dicho, ha salido de la edad Media, de la España. Nuestra revolución o pasado con porvenir, ha salido de la edad NUEVA de la Europa. La edad nueva estalló en Francia; luego eslabonamos nuestro pensamiento revolucionario al pensamiento francés de la revolución.” (Periódico Literario y Científico, “El Crepúsculo”, Francisco Bilbao, número 2.- tomo 2. Santiago, 1. de Junio de 1844, página 69)

También podríamos incluso plantear que dada la geografía chilena, el español chileno no se fundió en su totalidad con los demás idiomas originarios del continente, aunque hubo tomado algunas palabras y quizás se fundió alguna morfología idiomática. Más en esencia predominó la raíz española hasta hoy.

Sin reclamarle nada a nadie, ni menos categorizar con imperativos, uno podría conjeturar con plena certeza que “nuestro español- chileno” definió una esencia. Hoy esta situación es parte del hecho histórico de la rebelión ocurrida en el “nuevo Chile” contra el imperio español para fundar un país, una República como la que hay, bajo la evidente influencia y manejo absoluto del idioma español en primera línea. También para plantear el nuevo orden espiritual e institucional político de la República chilena, tras la liberación del reino, de la monarquía de España. Pero esto no ocurre desde un hecho o un espacio exclusivo o excluyente, menos negacionista, sino más bien desde una dimensión íntima.

El confinamiento del Idioma español a la inoperancia de la inexistencia

El filósofo Herceg, Dussel, y muchos otros filósofos de América Latina confinan estas consideraciones del lugar del idioma en la Filosofía y en la historia a un aspecto menor e insignificante, o mejor dicho lo empujan a la inoperancia de la inexistencia. Al mismo tiempo delatan una entrega, una limitación, quizás de su propia utilización de su lenguaje resultante en su desarrollo filosófico. Esto también nos presenta e impone una limitación en la continuidad de la Filosofía desde América Latina, nos empuja a dar el próximo paso ya al final del tablón.

Esta situación delata una especial y llamativa diferencia, por cierto a diferencia de la Filosofía en Alemán, Filosofía alemana (que está reflexionada, escrita y desarrollada en la particularidad de ese idioma, idioma alemán), donde ellos cada ves van profundizando la Filosofía alemana a través del uso de la conciencia absoluta de su idioma, otorgándole a este idioma una mayor amplitud, fomentándolo, y proyectándolo a través de la instalación de lo que ellos llaman “Sprachdenken”, le dio el lenguaje que ese idioma le ha imprimido y tiene a la Filosofía en alemán y desde allí a lo universal.

Es también llamativo que Herceg y Dussel transformen en un drama antropológico, o político a la Filosofía, quizás salido de una limitación del idioma o de su lenguaje como medio/capital para el pensar, o de su correspondiente diáspora.

Su postura presenta también el total olvido, el desdén a la reflexión critica del profesor Theodor W. Adorno, que todos los individuos de una sociedad son parte, van siendo parte de la representación de la civilización de su tiempo, que lleva el "Übergang der Zivilization", entonces nos podrían dejar la escisión espiritual del tiempo contemporáneo que nos va tocando vivir, nos impiden la interpretación dialéctica de la realidad real, y en tal sentido tampoco sería posible crear, menos cuando tampoco plantean un idioma alternativo, que nos saque entonces el peso que ellos se han colocado en la espalda cuando inventan, con el concepto de “la colonización de la Filosofía de América Latina”. Incluso aunque su pensamiento tienda a vestirse de minimalista, futurista, revolucionario, metafísico, abstracto, complejo, subjetivo u otro, se acaba el camino de la Filosofía.

 Adjunto Link de la introducción al libro del Profesor Herceg y del Libro de Enrique Dussel http://www.cuadernoscepla.cl/web/wp-content/uploads/Rosario_Olivares.pdf

 Historia de la Filosofía y Filosofía de la Liberación / Enrique Dussel http://www.ceapedi.com.ar/imagenes/biblioteca/libros/108.pdf

Elías Parra mail: infopolitic01@gmail.com

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