En kioscos: Abril 2024
Suscripción Comprar
es | fr | en | +
Accéder au menu

Todos somos los jóvenes del Instituto Nacional. Por Marco Silva Cornejo

A los estudiantes de Psicología comunitaria de Santo Tomas de Los Ángeles.
Otro mundo es urgente

El relato monocorde del noticiero en la reproducción de su epidiario, nos muestra una y otra vez como se asedia, se militariza y se vulneran los derechos de los niños y niñas y los derechos humanos de los estudiantes secundarios a metros del palacio de gobierno. Un regimiento de Fuerzas Especiales tiene sitiado uno de los liceos emblemáticos de la república y nadie parece indignarse con esta imagen perturbadora que está instalada de manera naturalizante en la retina de una nación adormecida por el tedio complaciente de matinales y prensa rosa.

El estado desde sus dispositivos ha venido estableciendo una paradoja aberrante en el funcionamiento de sus instituciones levantando por un lado un discurso de derecho sobre el mundo infanto adolescente desde los años noventa con la ratificación de la Convención de Derechos del Niños y Niñas. Mientras desarrolla complementariamente un conjunto de prácticas maltratadoras de la infancia de manera indirecta y directa como en el caso de los niños y niñas mapuche y chilenos de la Araucanía en particular del sector de la provincia de Malleco y como la militarización permanente del Instituto nacional, liceo emblemático de nuestra república y cercado desde hace semanas por centenares de fuerzas especiales que han generado vulneraciones sistemáticas a los derechos del niños y a los derechos humanos.

Resulta indignante que el mundo adulto responda a las legítimas demandas del mundo infantil con represión, fuerzas especiales, carros blindados y un dispositivo logístico similar a un motín en estado de guerra. La incapacidad política del mundo adulto no se resuelve con criminalización de los niños (que aprendizaje heredamos a las nuevas generaciones). El militarizar las demandas de niños y estudiantes es un acto cobarde, que devela la incapacidad gobernante de la derecha y explicita su costumbre sediciosa de resolver los temas sociales de la mano del gorilaje policial y militar. Pero más allá de estrategia de la derecha empresarial, lo que sorprende de manera insólita es el silencio de las instituciones que están ahí para salvaguardar los derechos de los grupos sociales más vulnerables.

En el particular adquiere connotación de escándalo la actitud silenciosa con la que el SENAME Metropolitano y de la Araucanía callan, mientras en liceos y campos, la policía golpea, detiene ilegalmente y asedia con instrumental y medios de guerra a nuestros niños y niñas. La paradoja estalla y es responsabilidad de los adultos desplegar una actitud de protección hacia nuestro mundo infanto adolescente. Resulta inconcebible la naturalización y la costumbre que hemos desarrollado frente al maltrato de los poderosos.

Marco Silva Cornejo
Mg. Ciencias Sociales Aplicadas UFRO

Compartir este artículo