En kioscos: Abril 2024
Suscripción Comprar
es | fr | en | +
Accéder au menu

Transición chilena; la madre de todas las boletas ideológicamente falsas. por Marco Silva Cornejo

La contundencia de la evidencia que se ha venido acumulando durante los últimos veinte años es irrefutable: Los MOP Gate, los Ferrocarriles del Estado, Los Caval, Los SQM, Los Penta, Los Orpis junto a los Novoa que se licencian médicamente siempre cuando son citados en calidad de imputados, Los Socialistas como Rossi pidiendo dinero para su campaña al suegro del tirano. Todas las evidencias nos indican que nuestra clase política gobernante es ideológicamente falsa, tan trucha como las boletas con las que financian sus campañas. En este contexto no debe sorprender la evidencia de la calidad del proceso que se maduró y perpetuo terminada la dictadura y pactada transición en los gobiernos concertacionistas. Es así como “la democracia en la medida de lo posible” de antaño y el contingente “realismo sin renuncia”, son las máximas de un proyecto democrático que en su esencia es ideológicamente falso. El Chile pos dictadura, el Chile transicional, es un proyecto de democracia inconclusa y este proyecto de país con democracia castrada no es producto de una deriva histórica, sino que es el diseño consciente de una clase gobernante que decidió perpetuar y profundizar el modelo político económico y cultural heredado por la dictadura, para perpetuarse en el poder y generar las redes de un circuito de lucro insaciable.

Cuando se sostiene que esta transición es ideológicamente falsa, se asume política e históricamente que la matriz de valores sobre los que cimento sus estructuras la clase gobernante, están en sintonía cómplice con los valores más propios del neoliberalismo de Friedman y sus muchachos. La competencia sin renuncia, la oportunidad en todo contexto de ver un negocio y por tanto una ganancia, la perdida de los valores de la alteridad y la solidaridad; son las talidades más recurrentes en la armonía transicional, ritmo al que nos hicieron bailar como país, bajo la ilusión de un proyecto que buscaba urgencia de igualdades, que nos prometía un chile para todos, mientras a escondidas honorables y empresarios, tejían las redes del lucro, repartiéndose el país a la usanza de las monarquías, siendo el caso más patético de la nueva forma de administrar, la ley de Pesca y la asignación por ley para seis familias empresariales de todo el borde costero de la nación, todo ello a cambio del financiamiento espurio de las campañas para los gobernantes.

En el Chile de las paradojas, los honorables y quienes tienen el mandato del bien común, desde la función pública, al trasvertirse con la clase empresarial, garantizaron desde la acción legislativa y desde su ambivalencia ética un marco institucional para el abuso sistemático de los empresarios al conjunto de la nación, cuya máxima está en la colusión de las farmacias, los pollos, la polar. Esta clase política gobernante, hija de los gobiernos transicionales, no solo se vendió junto a las boletas ideológicamente falsas, sino que con su acto de cohecho garantizo un manto de impunidad, para que la banca y empresarios extrajeran de todos y todas las chilenas un eterno bono de intereses de incalculable ganancia. Es hora entonces que los concertados y la nueva mayoría respondan, si la venta de sus conciencias y de sus prácticas políticas para estar en el circuito del poder ha valido la pena a la luz de las evidencias. Sin duda la respuesta que ellos nos dan a partir de sus actuales actitudes es que Sí.

Marco Silva Cornejo
Mg. Ciencias Sociales Aplicadas ©Mg. Psicología Comunitaria

Compartir este artículo