En esta fecha nos encontramos con resultados nada de favorables, y con una suma de grandes años de historia no resueltos, un momento de esperanzas se desvaneció, y el análisis subyacente, termina de explicar lo sucedido. El último hito, no]] es el del domingo 4 de septiembre recién pasado, sino que se ubica el 15 de noviembre del 2019, ocasión en que se firma el “acuerdo por la paz”, en un ambiente en que suceden muchas cosas rápidas, con una premura que no da tiempo para observar y darse cuenta de la estrategia utilizada por la derecha y sin lugar a dudas, bajo recomendaciones del poder económico y algo que era la alternativa ya pensada para cuando se produjera una crisis, a la cual nos llevaron después de 30 años y más, con orígenes desde hace 49 años.
Se pudiera pensar que uno de los factores, es la falta de educación cívica por parte de los electores, sin embargo, el momento inicial de la práctica de terrorismo de Estado, post gobierno cívico militar, se prolongó en una perpetuación del modelo vigente y contrario a la satisfacción de los problemas sociales de la población.
Llegado el año 1990, el dominio se articula desde el control de los medios de comunicación, y por esa vía, entregar una formación de obediencia junto a una resignación sobre aspectos centrales de la vida. Fueron tiempos en que paulatinamente medios escritos fueron desapareciendo, en una contradicción entendida desde el punto de vista que ya constituía estorbo para los gobiernos concertacionistas, que en la práctica tomaron una dirección opuesta a lo que se podría haber pensado y que esos medios podrían haber entregado un importante apoyo.
Son dos elementos claves que la dictadura le deja como herencia y a su cargo, a los gobiernos desde Aylwin en adelante, mantener la Constitución del 80 y el modelo económico que se desprende de ella. Estos elementos son tan importantes, que determinan seguir con una lógica de administración y que nos llevan a no haber transitado en una democracia, ya que no hay explicación válida en que se pueda tender un puente entre lo medular de lo impuesto en dictadura y el tránsito en forma paralela con una democracia.
De varios aspectos analizados en artículos anteriores y dando cierre a todo lo que era el proceso constitucional en su conjunto, más allá del funcionamiento de la Convención, llamaba la atención porqué el plebiscito de entrada fue con voto voluntario y el de salida con voto obligatorio, ahora ya está todo claro.
La derecha junto al poder económico que la respalda y al cual le tiene que rendir cuenta, pone en juego en primer lugar a la convocatoria del 100% del padrón electoral a los comicios, sabiendo que tenían que desarrollar así una campaña envolvente donde no se trataba de ir a la búsqueda del votante y además desde el mismo 15 de noviembre de 2019, ya podían proyectar publicidad independiente de los acontecimientos posteriores pues con alto grado de probabilidad, su interés máximo sería mantener la Constitución del 80, tal como ocurre ahora.
Con ese escenario, vuelven a aplicar un método que les pertenece y favorecido por medios comunicacionales junto a las redes sociales, llevar una campaña que infunda terror, miedo y uso de la mentira. Terror y miedo, practicado desde el inicio de la dictadura con tanta violencia y atropello a los derechos humanos, sin poder presentar ningún hecho a nivel país que a la fecha haya significado dar un viraje hacia un enfoque social de convivencia y el alcanzar una democracia verdadera, cerrando un capítulo de la historia.
No se puede disociar en esto la existencia del actual gobierno que podría ser distinto a los anteriores, con una composición en varios cargos de personas jóvenes que tenían una corta edad o no habían nacido en los momentos donde habían expectativas y confianzas, de que el año 1990 había llegado la democracia, y se aplicaría un viraje en 180° en los temas provenientes del gobierno cívico militar, pero el sentimiento de la esperanza es algo que se va plasmando en cada época y no se puede reproducir si no se ha vivido, pero pueden tener referentes que les indiquen de manera cierta que no se concretó.
En cambio, el concepto de la violencia tiene otra connotación y que no se debe ocultar. Desde la sensibilidad humana es condenable y ésta bien que el presidente de la República sea reiterativo en este tema, pero la violencia política es más inaceptable, por tener una componente planeada, doctrinaria y dominante. Se debe ser explícito en su condena y expresar el repudio a la práctica de violencia desde 1973 que ha prolongado una Constitución por 49 años y la imposición de un modelo de sociedad, al amparo de la derecha, las fuerzas armadas, intereses norteamericanos y la intervención del Estado represivo.
Se sucede esto por cuestiones que no tienen explicación, 30 años es más que suficiente para tener una transformación sustancial, Nueva Constitución hace años y un modelo de sociedad diferente, pero ello nunca se cambió, las responsabilidades llegan a todos los gobiernos en los cuales existía un cierto grado de confianza, que progresivamente se fue extinguiendo. En estos tiempos han llegado nuevamente a Palacio algunas autoridades del pasado, y al parecer se deslindan de responsabilidades o creen haber obrado bien en su accionar, lo cierto es que no. Fueron eficientes administradores del modelo, personajes no creíbles.
La fecha de hoy es conmovedora, y se recuerda a muchos caídos no necesariamente en batalla, sino en forma descarada por el gobierno militar que dejó una huella de sangre. El mejor homenaje habría sido, aunque sea darles indicios de una patria que avanzaba hacia la justicia social, pero lo cierto es que no se ha sabido leer los tiempos en que la derecha pone de relieve sus reglas de juego, aplica sus estrategias con resultados que le son favorables en vista a 50 años más. Las grandes Alamedas aún se encuentran cerradas y hablar que estamos en statu quo, es poco, lo más representativo es que estamos empantanados.
Cuando las cosas vuelven en lo esencial al Congreso Nacional, los ciudadanos quedan en segundo plano, ya no son materia de su interés y pueden hacer lo que quieran, son sus intereses los que se pueden afectar y no es posible que lo permitan, se vislumbra un complemento de juego sucio tramposo.
11 de septiembre de 2022