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Un nuevo contrato social para fortalecer la educación. Por Luis Valenzuela

En 2019, diferentes organizaciones reaccionaron negativamente a la determinación ministerial -propuesta por el Consejo Nacional de Educación- de eliminar del Plan Común Obligatorio del Currículo Escolar (PCO) las disciplinas de Arte y Música, Historia y Geografía y Educación Física. Pese a la oposición que generó tal resolución, lo cierto es que estas disciplinas pasaron a ser asignaturas optativas para los escolares, lo que ha generado un daño irreparable a los estudiantes y profesores.

En el inicio de un nuevo gobierno debemos corregir esta medida, en la lógica de avanzar hacia un nuevo contrato social por la educación. Esto supone reestablecer dichas asignaturas en el currículo obligatorio y para ello, razones hay muchas. Tras tres años de inestabilidad política, social, agudizada por los efectos de la pandemia, quedó en evidencia la necesidad de la población de tener actividad física, de cultivar el espíritu mediante las artes, y de comprender cómo han sido nuestros procesos históricos.

El cambio de currículo conlleva una serie de perjuicios, entre ellos: vulnera el derecho a una educación integral, multidimensional y equitativa garantizada por la ley General de Educación (art. 3 y 10), asimismo, constata que una serie de establecimientos municipales y particulares subvencionado carecen de los recursos económicos y humanos para aplicar la reforma tal como se formuló y que además esta medida atenta contra la estabilidad laboral del profesorado, ya que un gran número ha visto reducida su jornada, entretanto, a otros les han modificado sus labores docentes.

La falta de sentido de esta cuestionada medida se expresa también en una encuesta de opinión realizada por el Consejo Académico Nacional de Educación Física, de agosto del 2019, en la que los profesores señalaron en un 97% oponerse a esta reforma, dado los daños y perjuicios que causa a los escolares.

Brevemente, las justificaciones para que estas asignaturas formen parte del plan común del currículum nacional se fundamentan, por ejemplo, en que en el caso de las artes visuales estas son un importante espacio pedagógico en el cual la expresión y propuestas de ideas, sentimientos y emociones, tienen relevancia para el desarrollo imaginativo, de autopercepción, percepción del entorno natural y cultural.

A su vez, la música y el sonido son elementos vertebrales de nuestra corporalidad. Todo lo que existe conforma una “identidad sonora” y, así también, variados son los beneficios desde el punto de vista expresivo, creativo, cognitivo y social, a la vez, otorga el sentido de pertenencia a un grupo, fortaleciendo la propia identidad. Además, destacar su significativo aporte en el desarrollo cognitivo, pues potencia la memoria, la concentración y el desarrollo del lenguaje.

Por su parte la asignatura de educación física juega un papel insustituible al evitar la inactividad motriz, que conlleva un evidente incremento de problemas de bienestar y salud entre los jóvenes. Además, esta disciplina enseña a trabajar colaborativamente, cumplir reglas y diseñar estrategias colectivas. Esto explica la tendencia mundial por aumentar el número de horas, y no viceversa.

Excluir la asignatura de Historia, Geografía y Ciencias Sociales del plan común atenta con la necesidad de conocer y comprender nuestro pasado y el mundo actual. En síntesis, su exclusión desvaloriza el objeto de la disciplina: toda actividad humana, que ha contribuido a forjar nuestro presente.

Dr. Luis Valenzuela
Decano Facultad de Educación
Universidad Católica Silva Henríquez

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