‘Primero como tragedia, luego como farsa’, Marx…
¿Cómo es posible que en tan poco tiempo olvidemos lo que no debiéramos olvidar? Es un problema de memoria, de grave memoria, que realmente nos sumerge en una inmediatez insana que es perjudicial para el desarrollo de un país, para lo que somos cada uno de nosotros como chilenos, para la propia dignidad de un pueblo que solamente se puede levantar en la medida en que nos podemos mirar a la cara y saber lo que hemos sido, la razón de ello y, por ende, lo que podemos soñar entre nosotros para construir un país para todos en este presente.
La muerte accidental de alguien ‘famoso’ (un empresario y político, que es casi una tautología en estos tiempos), independiente de ese carácter accidental (además, en verano, en vacaciones), no nos puede llevar a pensar, y de ahí a vivir, como si Chile fuera el mejor de los mundos posibles de aquí en adelante. Y creer, porque es una creencia, que con esa precisa muerte de un expresidente todo ahora se va a sanar, las heridas traumáticas que nos tatúan los huesos dejarán de dañarnos y el país se iluminará por encima de su dolor y diferencia para dar con lo que necesita para salir adelante, a saber, una unidad más allá de lo ideológico que nos constituirá para siempre, pero esto, mis lectores, es totalmente imposible y es al revés de lo que pensamos, porque es parte del problema mismo que debemos enfrentar.
Esa inmediatez es en sí misma parte de la ideología liberal que nos constituye a todos como chilenos para que de esa forma nada cambie y todo siga siendo igual a como lo era antes de tal o cual acontecimiento. La trampa de lo inmediato se expresa de múltiples maneras, por ejemplo: ‘él era buena onda’, ‘por el bien de todos es mejor la unidad’, ‘no era tan corrupto’, ‘no reprimió a los chilenos’, ‘no apoyaba al dictador’, ‘era chistoso’, ‘era buena persona y amigo de sus amigos’, ‘gran padre de familia’, ‘venía de una humilde familia’, ‘era muy astuto, pero nunca robo a nadie’, ‘no estuvo en la cárcel’, ‘nos salvó a todos de la pandemia’, ‘era una gran católico’, ‘valiente’, etc., es realmente una penosa manipulación mediática de los mismos de siempre, que han gobernado este país, para que todos pensemos que esa muerta accidental tiene algún sentido y valor metafísico por el bien de todos y que nos trae un cierto milagro que nos hará mejor como país, viviremos felices e incluso los incendios se apagarán de forma espontánea y la naturaleza no ‘castigará’ nunca más a este pueblo que a veces se pone insurrecto y desfachatado.
Y todo lo que ha ocurrido por medio de su muerte, y que sigue dando efectos sociales inconscientes, nos indica que su muerte es usada también por ‘sus’ amigos, como por sus ‘enemigos’, porque lo que se quiere es usarlo a él mismo para crear un valor de unidad que de crédito al país y que por fin se acabe todo el proceso constituyente (el capitalismo ideológico se le aplica al propio expresidente que era un paladín del capitalismo y así se capitaliza con su muerte). Y bueno, al parecer, ya con esta muerte mercancía en el mercado político actual ha servido para ello, lo constituyente ha muerto y el expresidente vive por siempre como un gran demócrata y estadista que quería el bien de todos y así quedará en los libros de historia (y lo recordaremos tomando desayuno en su casa con pan con palta y huevos junto a su familia). El expresidente vive para siempre y lo constituyente morirá por unos años (eso espero).
Es interesante que el humano que casi creo lo constituyente en Chile gracias a su mal manejo de todo (su torpeza era radical y peligrosa), en donde todas las instituciones se socavaron por su mal toma decisiones (era como un Midas que todo lo que tocaba lo capitalizaba y, por tanto, todo lo volvía precario y frágil), finalmente derrota lo constituyente mismo con su muerte accidental. Con él empezó todo y con él termina este todo, es decir, este ciclo chapuza de modo chapuza se acaba por un tiempo. Y el país se levanta en esta farsa para mirar adelante, más allá de todos los incendios posibles, e indicar un camino a seguir que será el que dicte el pueblo que sostiene lo liberal mismo en sus múltiples cabezas institucionales y capitalistas de lo inmediato y neurótico.
El fenómeno de Chile en su inmediatez se ve en la actualidad en todas partes y visto lo visto no tiene fecha de término y lo liberal mortífero y tóxico de lo neurótico seguirá por mucho tiempo dando de sí sus efectos sociales, esto es, ya podemos ver esto con el Genocidio de Gaza ante la vista de todos, la llegada de la estupidez misma que expresa Milei en Argentina y ‘su’ gente que lo adora y proclama como un Rey Elvis, las medidas políticas de Meloni en Italia y de otros gobernantes en Europa respecto de los migrantes… y escucho, a lo lejos, que resuenan las carcajadas de Trump tan cerca de la Casa ‘Negra’ de USA que todavía nos quiere gobernar a todos...
Rumbo a Polignano a Mare, 16 de febrero de 2024