En kioscos: Abril 2024
Suscripción Comprar
es | fr | en | +
Accéder au menu

Una buena noticia recorre el mundo -Los textos de la pandemia- Por Daniel Malpartida

El fin de la historia y el último hombre publicado en inglés en 1992, escrito por Francis Fukuyama predicaba en sus páginas hoy manchadas “Nos hemos acostumbrado tanto a esperar que el futuro nos traiga malas noticias respecto a la salud y la seguridad de las prácticas políticas democráticas decentes, que tenemos problemas para reconocer las buenas noticias cuando nos llegan. Y, sin embargo, las buenas noticias han llegado…

¿De qué trataban las buenas noticias? Habíamos llegado a la meta suprema “En esencia, es increíblemente simple…un paraíso capitalista como el fin de la historia “. Aplaudido y reverenciado por los fanáticos neoliberales, (visito Chile y continúo profetizando). Hoy aquellas buenas noticias no solo quedaron hundidas por la siniestra realidad del Covid-19, sino que viene siendo cuestionado a través de la violencia (frente a la imposibilidad del diálogo) por los movimientos sociales de la última década.

El neoliberalismo y su socio clandestino el darwinismo social se encaminan hacia el derrumbe inexorable. El Darwinismo social termino elegante para decir que este sistema cree firmemente en la selección entre los humanos. Sobreviven los más “fuertes”, los mejores capacitados en la idea de que los “mejores” serán los escogidos para esa sociedad que pensaron y que no llego y no llegará. Así fue como la ley de la jungla se impuso, de ahí que se lo conozca como capitalismo salvaje, y hoy sin ninguna duda como uno de los sistemas más inhumanos de la historia. El coronavirus ha puesto de manifiesto sus agresivos principios, sus inúmerables errores y por sobre todo sus límites.

El neoliberalismo ha sido para el mundo una Agencia Central de Producciones Traumáticas (A C P T) con sus agentes bien distribuidos -para este caso- en la cadena sanitaria de la que nadie se escapa. En el otro extremo de la línea están ubicados los grandes laboratorios farmacéuticos que han trabajado con la estrategia del marketing del capitalismo catastrófico incluso inventando enfermedades que no son tales. Sería fácil dar ejemplos. Y qué decir de los fármacos prohibidos en otros países y que se venden en Chile. ¿Acaso no es la insurgencia de la pandemia y su avance sin control la expresión de su derrumbe? Cada modelo auto crea sus propias enfermedades.

Durante décadas el poder dictatorial del neoliberalismo que en Chile estableció su patria con la manifiesta ayuda de la dictadura ha generado la angustia , amedrentación y la persecución de millones de personas en el mundo.

Sin embargo, el principio del fin comenzó con la impugnación de los movimientos sociales de la última década reclamando dignidad y el retorno de los fundamentos humanos sepultados por la represión y la violencia de la indiferencia. Y hoy la represión ya no amedrenta a los movimientos sociales, acaso la pérdida del miedo sea su distintivo. Hay que decir que una serie de transformaciones inevitablemente se aproximan al mundo humano y que deberán ser autogeneradas por las nuevas organizaciones resultantes de la tragedia.

El Virus: más allá de la omnipotencia

Más grave aún puede desencubrirse un fantasma genocida como un virus enmascarado alojado en el interior corrupto del sistema neoliberal y que ha sido predicado por varios mandatarios en el mundo.

Macron un extraño neo liberal que hoy parece estar pidiendo perdón ha dicho “Mañana tendremos tiempo de sacar lecciones del momento que atravesamos, cuestionar el modelo de desarrollo que nuestro mundo escogió hace décadas y que muestra sus fallos a la luz del día ,cuestionar las debilidades de nuestras democracias .Lo que revela esta pandemia es que la salud gratuita, sin condiciones de ingresos, de historia personal o de profesión ,y nuestro Estado de Bienestar Social no son costes o cargas sino bienes preciosos, unos beneficios indispensables cuando el destino llama a la puerta. Lo que esta pandemia revela es que existen bienes y servicios que deben quedar fuera de las leyes del mercado”.

Por el contrario, Boris Johnson en la lógica de la guerra y del sacrificio por la patria y evidente darwiniano indico que los ingleses deberían continuar trabajando había que salvar a Inglaterra y su economía por encima de la salud. El Covid-19 fue más allá y más rápido que lo que pensaba tuvo que bajar la cerviz ante los hechos. Pago su omnipotencia con la infección personal y miles de contagiados y miles de muertos por ahora.

En la misma línea D. Trump negó y renegó por todos los medios, insistió en la misma estrategia. El virus lo estrello contra el muro que el mismo se había autoconstruído: el de la negación. Ciento de miles de contagiados más de 15000 muertos y la sombra de su final aproximándose. Fin de la arrogancia y de la omnipotencia. Y ahora… ¿Qué van a hacer?...

Latinoamérica celebre por su literatura del realismo mágico engendro a un Bolsonaro - el peor de todos- Darwinista social y fanático de las leyes del mercado encamina al Brasil al desastre , ha dicho que “morirán algún lo siento” pero “Brasil no puede detenerse” entre otras brutalidades megalomaníacas. El virus también lo paro en seco y lo está hundiendo en eso que se llama realidad,mas de mil muertis,mas de 10000 contagiados. Fin de la Omnipotencia.

A México no lo salvan ni los carteles de la droga, en la máxima expresión de negación maniaca encontramos al presidente Obrador siendo el actor de un “Peace and love” abrazos y besos, salgan a comer, canten que nada va a pasar. Se los digo yo el supremo. El Covid-19 le dijo que la fiesta debía terminar, pero no escucho. Decreto tardíamente la alerta sanitaria y la población sufre hoy las consecuencias de su negación.

Chile exhibe en los escenarios del capitalismo de las catástrofes a su actor principal el presidente Sebastián Piñera adicto a la negación y devoto de la sociedad del espectáculo. La negación maniaca como lo he dicho en otro lugar puede poner a toda una sociedad en peligro. Quién no recuerda su declaración de guerra los movimientos sociales, su falta de empatía con los que fueron abusados y denigrados , su búsqueda insensata de protagonismo, sus resistencias a aceptar los hechos incluida la pandemia sumado a su última provocación ,la de sacarse una “selfie” en la Plaza de la Dignidad ,si algo hace con este tipo de acciones seguramente “inventada” por el nuevo “creativo “ y asesor de comunicaciones de la Moneda, es empapar de gasolina el terreno donde terminara de arder el paraíso neo liberal incluso en los tiempo de la pandemia. Nada que hacerle, carente de empatía, por lo tanto sin afecto y poseído por un narcisismo maligno, su inconsciente se expresa y continua gatillando la violencia que caracteriza al fanatismo neoliberal el que a su vez gatillo -después de 30 años de acumular frustración- la respuesta violenta de la ciudadanía que insurgió el 18 de octubre del 2019.

Cabe pensar qué después de la tragedia nadie salve de las acusaciones y juicios constitucionales a estos predicadores del darwinismo social vestidos de demócratas y que exhibieron una falta de preocupación deliberada por con los habitantes de sus países.

El COVID-19 ha llegado para ponerle precio a la arrogancia y a la cabeza del sistema neoliberal. “por ahora he generado la emergencia global con más de cien muertos y más de un millón de contagiados, pero habrá muchos más y he decido el inicio del derrumbe económico. Yo soy el coronavirus y vengo de la naturaleza”.

El Covid-19 es el agente auto engendrado que los ha contagiado y no hay nada que puedan hacer al respecto. Hoy una buena noticia recorre la parte occidental del planeta: el fin de la tiranía neoliberal y el asenso de otra forma de ser y de estar en el mundo. ¿Y qué pasaría si no queremos volver a la “normalidad” como ya comienzan a insistir los fanáticos neo liberales buscando las formulas para salvar el capitalismo salvaje? Y ¿Qué pasaría ? si como dice un cartel anónimo en el metro de Hong Kong “ no queremos volver a la normalidad, porque la normalidad era el problema”.

Daniel Malpartida
Psicoanalista

Compartir este artículo