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Una nueva universidad: sin muros y sin prisa. Por Italo Florin

NUEVOS AIRES PARA UNA NUEVA UNIVERSIDAD

Desde el inicio de su pontificado, el Papa Francisco ha denunciado el predominio de un paradigma tecnocrático que pone el conocimiento científico y tecnológico, así como el poder político, al servicio de la producción de dinero y del beneficio a toda costa, alimentando el individualismo y el consumismo, generando injusticia y desigualdad, contaminando y empobreciendo el planeta, y ha dado la voz de alarma: estamos destruyendo nuestra casa común.

En este contexto ya dramático, el Covid-19 irrumpió. La pandemia puso en crisis las certezas de una cultura engañada por su propia eficacia y autosuficiencia, revelando una fragilidad desconocida. Ante un escenario de crisis global, el 5 de junio de 2020 el Papa Francisco pidió a Scholas la creación de la Universidad del Sentido, con la tarea de escuchar el mensaje que viene de la crisis, de no desperdiciar el dolor de la tragedia.

La Universidad del Sentido recreada esta semana en la Universidad Católica Silva Henríquez con el Congreso Internacional Scholas, se inspira en una nueva lógica, la de la cultura de la escucha, del encuentro, de la solidaridad, del cuidado. En la Universidad del Sentido se aprende sobre la vida, los jóvenes comunican la esperanza de sus sueños y los ancianos la sabiduría de sus experiencias. Se aprende que nuestra autonomía no coincide con nuestra autosuficiencia, sino que somos interdependientes, estamos vinculados unos a otros y estamos llamados a ser una sola comunidad.

La Universidad del Sentido es un espacio sin muros y sin prisas para redescubrir el sentido de las cosas. Un espacio de encuentro real y virtual. Un tiempo de silencio y reflexión, un tiempo de estudio, un tiempo de responsabilidad y solidaridad. Un espacio en el que la investigación, el pensamiento y la vida se comparten entre estudiantes y alumnos, entre estudiantes y profesores, y entre adultos y jóvenes de diferente origen, cultura y religión.

El encuentro, el diálogo y la reciprocidad son también los principios inspiradores de las metodologías de investigación y enseñanza, inspiradas en el principio de la recomposición del conocimiento fragmentado de hoy (conocimiento humanístico, conocimiento científico y técnico, conocimiento religioso, apertura al misterio de la vida). La enseñanza es una provocación que genera asombro y plantea preguntas. Las disciplinas científicas, pero también el arte, la música, el juego, la danza, son herramientas de investigación. Este es el reto: unir el conocimiento y la vida, ofrecer una motivación más profunda y un nuevo significado a los jóvenes que están comprometidos en la difícil tarea de realizarse, así como a los adultos que se dedican a proporcionar apoyo educativo en circunstancias difíciles.

NUEVOS AIRES PARA UNA NUEVA UNIVERSIDAD

UNA NUEVA UNIVERSIDAD: SIN MUROS Y SIN PRISA NUEVOS AIRES PARA UNA NUEVA UNIVERSIDAD

Italo Fiorin Presidente de la Red Mundial de Cátedras Scholas

Desde el inicio de su pontificado, el Papa Francisco ha denunciado el predominio de un paradigma tecnocrático que pone el conocimiento científico y tecnológico, así como el poder político, al servicio de la producción de dinero y del beneficio a toda costa, alimentando el individualismo y el consumismo, generando injusticia y desigualdad, contaminando y empobreciendo el planeta, y ha dado la voz de alarma: estamos destruyendo nuestra casa común.

En este contexto ya dramático, el Covid-19 irrumpió. La pandemia puso en crisis las certezas de una cultura engañada por su propia eficacia y autosuficiencia, revelando una fragilidad desconocida. Ante un escenario de crisis global, el 5 de junio de 2020 el Papa Francisco pidió a Scholas la creación de la Universidad del Sentido, con la tarea de escuchar el mensaje que viene de la crisis, de no desperdiciar el dolor de la tragedia.

La Universidad del Sentido recreada esta semana en la Universidad Católica Silva Henríquez con el Congreso Internacional Scholas, se inspira en una nueva lógica, la de la cultura de la escucha, del encuentro, de la solidaridad, del cuidado. En la Universidad del Sentido se aprende sobre la vida, los jóvenes comunican la esperanza de sus sueños y los ancianos la sabiduría de sus experiencias. Se aprende que nuestra autonomía no coincide con nuestra autosuficiencia, sino que somos interdependientes, estamos vinculados unos a otros y estamos llamados a ser una sola comunidad.

La Universidad del Sentido es un espacio sin muros y sin prisas para redescubrir el sentido de las cosas. Un espacio de encuentro real y virtual. Un tiempo de silencio y reflexión, un tiempo de estudio, un tiempo de responsabilidad y solidaridad. Un espacio en el que la investigación, el pensamiento y la vida se comparten entre estudiantes y alumnos, entre estudiantes y profesores, y entre adultos y jóvenes de diferente origen, cultura y religión.

El encuentro, el diálogo y la reciprocidad son también los principios inspiradores de las metodologías de investigación y enseñanza, inspiradas en el principio de la recomposición del conocimiento fragmentado de hoy (conocimiento humanístico, conocimiento científico y técnico, conocimiento religioso, apertura al misterio de la vida). La enseñanza es una provocación que genera asombro y plantea preguntas. Las disciplinas científicas, pero también el arte, la música, el juego, la danza, son herramientas de investigación. Este es el reto: unir el conocimiento y la vida, ofrecer una motivación más profunda y un nuevo significado a los jóvenes que están comprometidos en la difícil tarea de realizarse, así como a los adultos que se dedican a proporcionar apoyo educativo en circunstancias difíciles. Presidente de la Red Mundial de Cátedras Scholas

Desde el inicio de su pontificado, el Papa Francisco ha denunciado el predominio de un paradigma tecnocrático que pone el conocimiento científico y tecnológico, así como el poder político, al servicio de la producción de dinero y del beneficio a toda costa, alimentando el individualismo y el consumismo, generando injusticia y desigualdad, contaminando y empobreciendo el planeta, y ha dado la voz de alarma: estamos destruyendo nuestra casa común.

En este contexto ya dramático, el Covid-19 irrumpió. La pandemia puso en crisis las certezas de una cultura engañada por su propia eficacia y autosuficiencia, revelando una fragilidad desconocida. Ante un escenario de crisis global, el 5 de junio de 2020 el Papa Francisco pidió a Scholas la creación de la Universidad del Sentido, con la tarea de escuchar el mensaje que viene de la crisis, de no desperdiciar el dolor de la tragedia.

La Universidad del Sentido recreada esta semana en la Universidad Católica Silva Henríquez con el Congreso Internacional Scholas, se inspira en una nueva lógica, la de la cultura de la escucha, del encuentro, de la solidaridad, del cuidado. En la Universidad del Sentido se aprende sobre la vida, los jóvenes comunican la esperanza de sus sueños y los ancianos la sabiduría de sus experiencias. Se aprende que nuestra autonomía no coincide con nuestra autosuficiencia, sino que somos interdependientes, estamos vinculados unos a otros y estamos llamados a ser una sola comunidad.

La Universidad del Sentido es un espacio sin muros y sin prisas para redescubrir el sentido de las cosas. Un espacio de encuentro real y virtual. Un tiempo de silencio y reflexión, un tiempo de estudio, un tiempo de responsabilidad y solidaridad. Un espacio en el que la investigación, el pensamiento y la vida se comparten entre estudiantes y alumnos, entre estudiantes y profesores, y entre adultos y jóvenes de diferente origen, cultura y religión.

El encuentro, el diálogo y la reciprocidad son también los principios inspiradores de las metodologías de investigación y enseñanza, inspiradas en el principio de la recomposición del conocimiento fragmentado de hoy (conocimiento humanístico, conocimiento científico y técnico, conocimiento religioso, apertura al misterio de la vida). La enseñanza es una provocación que genera asombro y plantea preguntas. Las disciplinas científicas, pero también el arte, la música, el juego, la danza, son herramientas de investigación. Este es el reto: unir el conocimiento y la vida, ofrecer una motivación más profunda y un nuevo significado a los jóvenes que están comprometidos en la difícil tarea de realizarse, así como a los adultos que se dedican a proporcionar apoyo educativo en circunstancias difíciles.

Italo Fiorin
Presidente de la Red Mundial de Cátedras Scholas

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