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“Una temporada en el Infierno” en manos de la codicia. Por Hans Schuster

“Antaño, si mal no recuerdo, mi vida era un festín donde corrían todos los vinos, donde se abrían todos los corazones. Una noche, senté a la Belleza en mis rodillas. Y la encontré amarga. Y la injurié. Yo me he armado contra la justicia. Yo me he fugado. ¡Oh brujas, oh miseria, odio, mi tesoro fue confiado a vosotros! Conseguí desvanecer en mi espíritu toda esperanza humana. Sobre toda dicha, para estrangularla, salté con el ataque sordo del animal feroz. Yo llamé a los verdugos para morir mordiendo la culata de sus fusiles. Invoqué a las plagas, para sofocarme con sangre, con arena. El infortunio fue mi dios. Yo me he tendido cuan largo era en el barro. Me he secado en la ráfaga del crimen. Y le he jugado malas pasadas a la locura.” Así da inicio al largo poema.

Arthur Rimbaud (1854-1891) “Una temporada en el Infierno” (Abril-agosto, 1873) fue la única publicación realizada por el autor a los 19 años, los pocos ejemplares, que en su mayoría quedaron en manos del editor, fueron descubiertos años después (1901) y en esa escritura no sólo se da cuenta de una mirada de época – visible y vigente, como si fuese escrita en estos días- en donde "el yo es otro” dejando de manifiesto que la literatura no sólo es testimonio y/o espacio de sanación, sino también una forma de develar la realidad de los tiempos, al tiempo que enciende con su inevitable rebeldía prometeica, la juvenil antorcha que fustiga los turbios compromisos de codicias satánicas ante el cepo mudo del pequeño burgués que se solaza en un sistema –hoy llamado neoliberal- que está llamado a ajustar las cuentas con los suyos y de suyo deja ver la raíz de mitos –como el que se jubilaran en el 2020 con la misma renta del último sueldo, dichos por José Piñera, en el diario El Mercurio, que recordarán desde el lienzo puesto en la casa central de la Pontificia, miente, como hoy lo hace la Tv abierta ocultando los sucesos del comportamiento colectivo, mientras los poderosos en su vacuidad irrisoria, sonríen ante la imagen, la que, como dice el poeta, debe ser destruido.

Pero el texto de Rimbaud no sólo puede ser entendido como metáforas que reflejan un Chile desde hace más de dos meses, seis o más en China, y suma y sigue considerando lo que ocurre o comienza a ocurrir en otras partes del mundo producto del calentamiento social, Latinoamérica y el orbe deja fluir su verdad de relámpago, que ilumina los entornos de la codicia, las colusiones, los abusos, las legislaciones que amparan el uso de la fuerza para mantener a los domesticados del sistema que terminan alimentándose con lágrimas de sangre, mientras los gobernantes del palacio y las cámaras se quitan entre ellos balines ensangrentados para lamerlos, o bien hacen entrega a su excelencia, que estira sus manitas, para recibir un nuevo racimo de ojos abundantes chorreando y sonríe como el guasón, mientras sus propios secuaces, con su ya sabida histeria, no saben cómo leer los tiempos y se increpan y se ven a sí mismos, como todos los políticos, en una estética del auto abandono, disociados de aquellos que creían representar, puesto que el ahora sólo les indica la última saga de lo oscuro de la fuerza y se ven a sí mismos trasladando fondos a paraísos fiscales, destruyendo así lo que les quedaba de imagen ante el supuesto amor a la patria, concepto en que al parecer se vive en la primera línea y no ante quienes defienden a sus déspotas líderes y lideresas que más tarde los dejarán solos ante tribunales. “Lo más discreto es abandonar este continente, donde ronda la locura para proveer de rehenes a esos miserables. Entro en el verdadero reino de los hijos de Cam.”

Como cuando la policía, o una parte de ella sodomizó a ciudadanos y violó a ciudadanas y de paso con ello, al estado, pero los juicios aún no se hacen presentes, o bien apenitas firma y reclusión nocturna para que durante el día vuelvan a las suyas y puedan manejar los atropellos para que continuemos con las analogías de los incidentes bíblicos, con respecto a Cam -Génesis 9 - y la desnudez (con sentadillas) o las patadas en el rostro una vez que son reducidos o reducidas y estaban en el suelo, como con el viejito pascuero que sale a protestar o al pelao Vade que tiene cáncer, mientras los otros, los o-pacos se llaman a sí mismos; cabo 1ero súper dick, destroyer y raptor, los cuales seron las fieles espinas de rozas en el verdadero reino de los hijos de Cam, a cargo del segundo ministro del interior que ya debería ir pensando en cambiar la represión a las marchas pacíficas junto a los intendentes porque, de seguir así, se verán también desfilando en tribunales.

Arthur Rimbaud no sólo pone de manifiesto la mala sangre en su cólera más pertinaz ante los desolladores de bestias, ineptos a pesar de toda la mentira y la pereza, mientras hacen gárgaras con vísceras de derechos humanos y vociferan en favor de un modelo que enseñó a saquear, mientras cada vez menos ingenuos y votantes danzan y danzaran en el Sabbat rojizo al pie del monumento en plaza de la dignidad, en tanto la OCDE recomienda a Chile que recaude el 20% a través del IVA y no el 41% como lo hace contra todos los compran pan o leche, mientras los que contaminan evaden impuestos o se les condona con un sistema impuesto de impuestos que jamás , tal como está, podrá aumentar la equidad o el crecimiento, además del bochorno de la COPS 25, impresentable como la inversión que hace el país del 0,1 del PIB en proteger el medio ambiente, y lo que es peor, no hay tipificados delitos ambientales con cárcel efectiva como lo están en todos los países del club al cual nos comparamos, mientras los economistas lloriquean con la libre competencia de un sistema que no nos libra de la corrupción y el cohecho porque está hecho a la medida del abuso de un modelo extractivita y vertical, que ampara la ética empresarial del despotismo e iniquidad, para ni hablar de pensiones o de salud pública que se basa en aumentar el negociado con las clínicas, negando un buen uso en los recursos de la administración del estado para trasladarlo todo a la atención privada de alma: basta ver como siguen sin código miles de exámenes que casi no cubren las ISAPRES para no decir nada de FONASA.

Ya al finalizar “Entre tanto, estamos en la víspera. Recibamos todos los influjos de vigor y de real ternura. Y a la aurora, armados de una ardiente paciencia, entraremos en las espléndidas ciudades. ¡Qué hablaba yo de mano amiga! Es una buena ventaja que pueda reírme de los viejos amores mentirosos, y cubrir de vergüenza a esas parejas embaucadoras -he visto allá el infierno de las mujeres-; y me será permitido poseer la verdad en un alma y un cuerpo.”

El poema en sí lo dice casi todo, y eso que fue escrito en otra realidad hace más de dos siglos, de allí que no pierdan valor los productos culturales que demuestran el tránsito de una sociedad en la que de vez en cuando, se pone de manifiesto la dignidad humana, porque “Una temporada en el Infierno” es vivir en Chile bajo los abusos del sistema, o siendo mujer, indígena o niña. Cuestión que como ya sabemos no es transitoria, a no ser que cambie la cultura y con ello el actual modelo de república que dé pública no tiene casi nada, porque todo debe ser atendido, vendido y comprendido entre códigos privados, y privados como estamos por la codicia de las almas, la temporada será larga, porque para unos cuantos creyentes del sistema, el infierno es ahora doble, con o sin nueva constitución, ya pasaron a la historia de la codicia eterna.

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