Al igual que los/as autores/as creo que el estamento académico debe tener una voz preponderante en la toma de decisiones institucionales, incluyendo los Consejos de Facultad, espacios que hoy están en juego en la Universidad de Chile. Sin embargo, esto no implica tergiversar la realidad del proceso político y de votación que se está desarrollando en nuestro Senado Universitario. Pues, al hacerlo existe el riesgo de dañar su legitimidad y, por consecuencia, a nuestra Universidad también.
Actualmente, en los Consejos de Facultad el estamento académico tiene voz y voto. Desgraciadamente es una voz exclusiva -y algo excluyente- ya que, al igual que los/as estudiantes, los/as integrantes del personal de colaboración, que trabajan diariamente junto a nosotros/as, no tienen derecho a voto. Y en ocasiones -según las habilidades blandas de quien ejerce el cargo de Decano/a- apenas tienen voz.
Hoy la modificación del Estatuto Universitario, que debemos acatar y traducir en hecho, entrega el derecho a voto en los Consejos de Facultad a los dos estamentos que no lo tienen desde la dictadura. Esto es una realidad, no hay marcha atrás.
Luego de un proceso interno de diálogo y negociaciones políticas al interior de la "Comisión Voto en Consejo de Facultad", hoy existen dos propuestas referidas a la integración y la participación en los Consejos de Facultad. Ambas tienen relación con los/as consejeros/as de libre elección de cada estamento (académico, personal de colaboración y estudiantil). Es importante resaltar que además de los/as consejeros/as de libre elección están presentes en los Consejos de Facultad, con derecho a voz y voto, los/as académicos/as que ocupan los cargos de directores/as de Escuelas de pre y postgrado y Departamentos.
Aunque el ejercicio funciona con cualquiera de las 19 unidades académicas, tomaré de ejemplo la Facultad de Ciencias, donde hay tres Escuelas de Pregrado, una Escuela de Postgrado y cinco Departamentos, cuyos cargos directivos están desempeñados por académicos/as. Es decir, nueve académicos/as además del Decano/a y Vicedecano/a, sumando un total de 11 académicos/as como "core" del Consejo de Facultad. Por otro lado, hay cinco consejeros/as de libre elección que actualmente son académicos/as. En síntesis, hay 16 académicos/as, que representan 15 votos (el Vicedecano es ministro de fe, sólo tiene derecho a voz).
La modificación del Estatuto de la Casa de Bello, nuestra Universidad de Chile, que todas/os queremos mucho, tanto quienes firmaron la columna señalada como quien escribe ahora, da una señal política, aunque suave, positiva para nuestra democracia interna, y por ningún motivo entrega el mismo peso a cada estamento.
Las dos propuestas u opciones que serán sometidas a votación el próximo jueves 22 de mayo de 2025 en sesión plenaria -y que como ya señalé involucran solamente la representación de los/as consejeros/as de libre elección- son las siguientes: la opción 1, que surge con dificultad desde el Consejo Universitario y es impulsada por Rectoría, reparte a los/as consejeros/as de libre Elección en una proporción de 3/5 para académicos/as, 1/5 para el personal de colaboración, y 1/5 para estudiantes. En cambio, la opción 2, impulsada por senadores/as de los tres estamentos, propone una repartición algo diferente: 1/2 para académicos/as, 1/4 para el personal de colaboración, y 1/4 para estudiantes. De manera interesante, se descartó una tercera opción: 5/7 para académicos/as, 1/7 para el personal de colaboración, y 1/7 para estudiantes.
En ese sentido, por donde se mire -y desde ahí el profundo cuestionamiento y desconcierto frente a la columna publicada por mis colegas del Senado- ninguna de estas dos opciones puede desplazar el predominio político del estamento académico.
Volviendo al ejemplo del Consejo de la Facultad de Ciencias, lo que está en juego concierne, como ya he mencionado, a los/as consejeros/as de libre elección. Actualmente, son cinco (académicos/as). Al ser aprobada la opción 1, se sumarían a los cinco académicos/as, un integrante del personal de colaboración y dos estudiantes. En tanto, al ser aprobada la opción 2, se sumarían dos integrantes del personal de colaboración y dos estudiantes. Es decir, -y al contrario de lo que afirma la "sorpresiva y mediática" columna- jamás los tres estamentos alcanzarán el mismo peso en los Consejos de Facultad con cualquiera de estas dos opciones. Sumando los consejeros de libre elección a los consejeros con cargos directivos, las proporciones serían las siguientes: 16 académicos/as, un integrante del personal de colaboración, dos estudiantes (opción 1); o 16 académicos/as, dos integrantes del personal de colaboración, y dos estudiantes (opción 2).
¿Por qué entonces está presente el argumento “del peso equivalente entre los estamentos” en la columna? ¿Cuál es su objetivo real? No lo sé, tendrán que explicitarlo quienes firmaron esta columna, pues los números hablan por sí solos y, por lo tanto, algo de "dudoso", "incorrecto", "erróneo" está en el argumento central del texto de esa columna.
Dicho de otra manera en lo que concierne el concepto de peso equivalente entre estamentos, un error básico de cálculo invalida la misma columna, y finalmente se transforma en un error de cálculo político.
Entonces, como Senador Universitario, y de manera transparente, como siempre han sido mis pasos dentro nuestra Universidad, votaré por la opción 2, la cual, sin poner en riesgo el predominio político del estamento académico en la toma de decisiones locales de nuestras Facultades e Institutos, mejora la Democracia participativa de nuestra Universidad y, por ende, también su Excelencia.
Prof. Nicolás Guiliani, Senador Universitario de la U. de Chile
Publicado en: https://uchile.cl/noticias/228319/la-participacion-es-tambien-excelencia