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Vergara Toledo: A 32 años de su asesinato el sentido profundo de su sacrificio al calor de las luchas sociales del presente. Por Marco Silva Cornejo

Sin duda el acto de conmemorar desde hace ya más de tres décadas el asesinato de dos jóvenes militantes del MIR y miembros de la Resistencia a la Dictadura de Pinochet. No solo es un acto de sentido que tiene un valor Biográfico, esto lo señalo por que los Vergara tendrían cerca de mi edad si la policía no los hubiese acribillado a tiros cerca de Villa Francia en Estación Central o porque mi hijo (Pablo) me recuerde tanto el horror y la cobardía incalculable al verlo y saber que él representa la edad y el tiempo evolutivo en el que los agentes del estado acribillaron y masacraron a un par de niños en transición adolescente.

La deuda de Chile con los Vergara Toledo no solo está asociada al justo reconocimiento que le debe nuestra imperfecta, tutelada y concesionada Democracia a jóvenes como los Vergara Toledo, héroes anónimos de una lucha social, política y militar que sin duda marco con plomo las biografías de cientos y miles de compañeros/as y compatriotas. El estado de Chile hoy garante de Derecho de los niños y niñas, Sigue sin pronunciarse explícitamente frente a vulneración que si bien hoy no son reconocidos como alevosos asesinatos, expresan de parte de nuestra institucionalidad y de nuestra policía en particular una acción consistente con esa porción de la infanto-adolescencia que se declara en rebeldía y desacato contra lo que ellos definen como sistemas de opresión e injusticia. Es así ciomo a más de dos meses del acribillamiento por la espalda de un joven Mapuche por parte de Fuerzas especiales no se ha pronunciado palabra alguna de nuestra institucionalidad de Derecho. Lo que sostengo con el ejemplo es que son estos silencios institucionales y estas omisiones políticas las que siguen dando sentido a la muerte y la reivindicación de diferentes organizaciones y grupos comunitarios y de la izquierda no institucional respecto a los Vergara Toledo en el marco de la conmemoración del Día del Joven Combatiente, la memoria social de un asesinato, solo tiene posibilidad de proyectarme en la memoria popular si origen sigue haciendo sentido.

Son los sistemáticos e históricos malos tratos y omisiones institucionales que vulneran los derechos de nuestras comunidades y en particular de nuestros niños y niñas, lo que le da sentido a nuestro malestar, a nuestra protesta y a nuestras formas de resistencia sea cual sea el sentido que los propios actores les otorguen. Los Vergara Toledo, viven en la memoria de su pueblo, porque la justeza de sus luchas sigue siendo caldo de cultivo y dolor para quienes pretendieron representar estos niños asesinados: los pobres del campo y la ciudad. Nuestro malestar y la conmemoración del asesinato de los Vergara Toledo, encuentra un profundo sentido en la militarización constante y permanente de la dictadura y en acoso a las comunidades de las comunas de Lumaco, Ercilla entre otras.

A 32 años del asesinato de los Vergara Toledo, el sentido de su muerte y su sacrificio sigue proyectándose sobre las memorias desconformes y descontentas que genera el actual modelo de organización política y económica del País, mas allá de los matices pirotécnicos de nuestra tutelada transición y de la actitud cómplice de la clase gobernante, la dignidad que dejo como aprendizaje el sacrificio de los Vergara Toledo y en ellos representado el sacrificio de tantos es precisamente que frente a la injusticia y al tedio, frente a la desesperanza y el miedo: la Resistencia y la rebeldía son un acto de sentido absolutamente legítimo contra quien es identificado como el opresor o vulnerador de derecho.

Marco Silva Cornejo
Mg. Ciencias Sociales Aplicadas UFRO.

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