Vestuario y Sociedad Andina, Desarrollo del complejo Pica-Tarapacá (600 -14000 DC) Carolina Agüero, QILLQA Ediciones IAA Universidad Católica del Norte, Edición, diseño y producción de originales Ocho Libros Editores Ltda. Primera edición, 2015, 256 páginas. Con un interesante prólogo de Mauricio Uribe Rodríguez, Antropólogo y profesor asociado, Departamento de Antropología U. de Chile.
El término "vestuario" suele referirse a un conjunto de prendas de vestir o a un espacio físico para el cambio de ropa y dependiendo del contexto, en el teatro, la ópera y en el cine, el vestuario se refiere al lugar en donde se guardan las prendas, trajes y accesorios que un actor o cantante utiliza para caracterizar a su personaje. En cambio, en un gimnasio, actividad deportiva o piscina, el vestuario suele ser un espacio que también contiene duchas donde las personas se cambien de ropa o implementos deportivos. Por lo tanto, desde una perspectiva arqueológica es posible estudiar, describir e interpretar a cualquier sociedad (generalmente pasada) a partir de sus restos materiales y el vestuario desde su estructura “textil”, aunque hoy en día hay más fibras sintéticas que naturales en las vestimentas, siguen siendo una evidencia de del uso cultural y social de quienes refuerzan su identidad mediante las pertenencias o usos comunitarios de ropajes o uniformes deportivos que permiten dar cuenta de perspectivas socioculturales, al igual que las complejas relaciones que se dan fuera de los ámbitos deportivos o artísticos, sino que en el uso “normal” de la vestimenta sea esta desde los estándares de la moda o de uso por tipo de trabajo, no será igual el casco minero que el gorro de enfermera o de cocinero, el policiaco, la boina gris, la capucha del impermeable o el sombrero de paja, sombrero de playa o el de fieltro tirolés, sólo por nombrar parte de un atuendo, entre los diversos usos y tipos de pañuelos y sombreros que cubren la cabeza de las personas en sus territorios, ya sea como recursos identitarios de oficios, profesiones, grupos humanos, estilos de vida, elementos de la vestimenta o identidad cultural, como la Kipá judía o el Kufi africano, el solideo de los eclesiásticos católicos, entre otros.
Pero vamos al libro, ya en el capítulo primero se exponen los enfoques y fundamentos teóricos, estableciéndolos y definiendo los conceptos básicos a utilizar para designar vestimentas conforme a identidad cultural, a la vez que se revisan las vestimentas mortuorias para las reconstrucciones sociales relacionadas a estos temas, en el capítulo segundo entrega los antecedentes arqueológicos, culturales y espaciales, para caracterizar la subárea de Valles Occidentales de los Andes Centro-Sur y la región de Tarapacá, así como el denominado período intermedio tardío centrado en el complejo cultural Pica-Tarapacá, destacando los estilos textiles que allí convergen e interactúan. En tanto, en el capítulo tercero, se nos explican los aspectos metodológicos y los términos utilizados y relacionados al análisis de los materiales y cómo se manejó el concepto de “estilo tecnológico”, utilizado por la autora, que va más allá de los análisis formales, decorativos o productivos y que corresponden principalmente a las quebradas y oasis de la Pampa del Tamarugal, la costa desértica y el río Loa. El capítulo cuatro analiza los materiales y tipos de textiles que caracterizan los diversos sitios del estudio; en tanto el capítulo quinto propone reflexiones y discusiones sobre los resultados de la investigación, la existencia de tradiciones y estilos textiles, destacando el estilo tarapaqueño, el cual compara por el uso de materiales, su comportamiento cronológico dentro del gran complejo Pica–Tarapacá. Y al cierre en el capítulo seis las conclusiones, que si bien son muy técnicas dado que hacen referencia a los materiales tomados en los distintos cementerios (Cementerio Pica-8, Cementerio C de Pisagua, por nombrar algunos sitios de estudio), recordemos el gran tráfico de caravanas, en diversos momentos, lo que significaba el intercambio comercial y cultural, permitiendo así que la vestimenta y los estilos textiles fueran una forma de comunicación identitaria, según la autora será “…en la primera mitad del Período Intermedio Tardío, cuando se mezclan diferentes componentes, estilos y tendencias de éstos en los sitios,”…(pp.204). Luego vendrán la referencias citadas en la investigación y un par de Anexos, el primero corresponde a Fichas de atributos y de sus estados; I Información General: en relación al número piezas, sitio, unidad de recuperación, dimensiones. II Información relativa a la estructura de la prenda; Formas y análisis de urdiembre con especificaciones de color e hilado, grados de torsión y grosores, además del análisis de la trama y el color en los hilados de trama, los tipos de torsión, III Información sobre las terminaciones (Festón, encandelillado, bordado en puntada- diversos tipos-, flecadura, hilván, terminaciones de trama: abertura de cuello y refuerzo vértice, uniones laterales y abertura para brazos) IV Información sobre la decoración, que van desde técnicas decorativas, tipos de hilados, sentido de la urdiembre listas de decorados, y bordados. Luego el Anexo 2 establece las tablas de análisis por piezas, indicando sitio, unidad, forma, pasando por una serie de siglas de caracterizaciones hasta terminar en los motivos. Y las tablas de clasificaciones son de; Pica 8 (41 piezas) Bajo Molle y Molle La Portada (10 piezas), Cementerio Oriente (79 piezas), Cementerio Oriente Alto (20 piezas) Cementerio Poniente (91 pizas) Colección Latcham (11 piezas), Cementerio Chiu chiu (18 piezas), Cementerio Chacance-1 (22 piezas) Cementerio C de Pisagua (41 piezas) y en el Anexo tres: Sobre Terminologías Textiles: De los hilados, hay definiciones y dibujos de las torsiones, bajo el título de 2. Atributos considerados en el análisis de los hilados.”.” Torsión, 2.3 tipos de hilados. El complejo y completo trabajo de Carolina Agüero, nos permite reconocer la riqueza de los vestuarios en la sociedad andina, tejidos que se conservan hasta el día de hoy, con una data de a lo menos 1200 años.
Dicho lo anterior, veamos cuáles son las urdiembres y las tramas de la contemporaneidad, en materia de país, una presencia estéril de candidaturas sin proyecto país, al menos sin miradas hacia los próximos 30 años, de modo que las excusas son ver solamente la inmediatez sin noción de Estado, y mientras más hablan de la delincuencia más delitos de alta corrupción aparecen con los representantes y partidarios de los partidos que hoy ostentan el poder, y en materia internacional los flagelos de las guerras económicas propuestas por Donald Trump han aumentado las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y otros países, como China, Canadá, y México, que han aumentado los conflictos comerciales y diplomáticos, eso incluye a la Unión Europea que ya dejó de confiar en su antiguo aliado que ya no es capaz de cumplir su palabra en los tratados internacionales, poniendo en riesgo a la propia OTAN y a pesar que la comunidad europea intenta dar giros hacia la derecha, son ellos mismos quienes ya no creen en el neoliberalismo salvaje que les impone los impuestos en mercados difíciles de negociar. Por otra parte, el negocio de las armas mantiene viva no sólo la guerra entre Rusia y Ucrania, sino la situación de Israel y sus actos que equivalen a la forma en que eran exterminados hace ochenta años en Europa y ahora ellos hacen lo mismo con Palestina, Siria, El Líbano e Irán bajo el concepto de terrorismo, como lo que se acaba de retomar entre Pakistán y la India, en Cachemira. Sin olvidar lo que ocurre en Sudán o la guerra civil de Myanmar, una rebelión apoyada por Ruanda en el oriente de la República Democrática del Congo, o las arremetidas de pandillas que ha dejado a millones de haitianos en condiciones similares a las de una guerra civil. Tal vez por eso el reciente Papa León XIV (inicia su mandato, por problemas de- generación el flagelo del encubrimiento pedófilo, lo mismo aconteció con el Papa Francisco, así que hemos de esperar que algo ocurra o ni la ética ni la moral cristiana, hoy por hoy Agustiniana, les dará paz y será uno de los tragos amargos a enfrentar, porque ya no se puede apartar éste cáliz, debe ser asumido para continuar) aunque no faltaran los más inocentes que ven en el nuevo Papa la continuación de León XIII quien instauró fuertemente la línea de pensamiento social cristiano acogido por la Iglesia católica en 1891 con la promulgación de la Encíclica Rerum Novarum. En ella se proclama, a la cuestión social, como una de las principales preocupaciones de los católicos y que tuvo profundos efectos políticos, hasta el día de hoy, entre otras la preocupación por los trabajadores y sus organizaciones sindicales, ojalá no estén equivocados y León XIV el Papa Norteamericano-Peruano, sea un faro de Paz ante el desasosiego y las masacres imperantes, la paz que desarma es un gran concepto, que puede ser compartido no sólo por católicos, sino por todos aquellos que tienen en su corazón algo de humanidad. Los tejidos y las tramas que hoy visten a las sociedades y se convierten en el vestuario que da identidad, aunque ya sabemos que el hábito no hace al monje, pero la humanidad espera más humildad y solidaridad, y confiaremos en León XIV, en la medida que veamos que ejecuta acciones permanentes por reorganizar la fe cristiana en la humanidad del desamparado, y se proyecte con un ecumenismo amplio como lo realizó su mentor San Agustín que desarrolló una extensa obra teológica y filosófica, abordando temas como la naturaleza de Dios, la salvación, el pecado, la gracia, la libertad y la historia. Sus escritos, incluyendo "Las Confesiones" y "La Ciudad de Dios", han sido muy influyentes en la tradición cristiana y en el pensamiento occidental del cual es necesario vestir a la iglesia para la gloria de Dios.
Hans Schuster, escritor