En kioscos: Abril 2024
Suscripción Comprar
es | fr | en | +
Accéder au menu

Vínculos Intrafamiliares en tiempos de confinamiento: Reto pendiente. Por Nicol A. Barria-Asenjo y Gabriel Cárdenas

INTRODUCCIÓN

En el presente documento se abordará un aspecto que hasta el momento prevalece en un aparente olvido lo que es incongruente dada la importancia de este, precisamente este punto es el que nos recuerda el cliché de que “lo obvio por ser obvio siempre se ignora” bueno, más que un cliché, es parte de la realidad. Para nadie es sorpresa que la llegada de la pandemia trajo consigo toda una verdadera revolución en el campo de las Ciencias Sociales y Humanidades: Investigadores, escritores, columnistas, sociólogos, psicólogos, historiadores, filósofos, etc. diferentes profesionales o meros amantes de las letras no vacilaron en articular una amplia gama de análisis y aproximaciones respecto del fenómeno de moda: La pandemia del Covid-19.

Emergieron lecturas antagónicas del escenario que se produjo con la llegada de la pandemia, pero también, se comenzó a pensar en el futuro, en ese porvenir de la humanidad que todos deberíamos enfrentar. Se habló rápidamente de: estrés, saturación de la información, manipulación de la información, pánico, crisis en los sistemas de salud, crisis en el terreno de la Salud mental, crisis económicas, crisis políticas y una larga lista.

En todos estos análisis, el foco que permaneció ignorado fue el simple hecho del confinamiento, los vínculos que se vieron reforzados o disminuidos en el encierro. Desde temprana data con la llegada de la pandemia en nuestro país: Chile, este dilema se hizo presente, tan pronto como llegó el virus a tierras chilenas comenzaron a adoptarse una amplia variedad de medidas que buscaban evitar la proliferación de este enemigo invisible, una de ellas fue el aislamiento obligatorio.

Hoy, siendo mediados de agosto del 2020 al mirar en retrospectiva podemos afirmar que toda medida fue en cierta medida inútil porque el virus tocó cada rincón del país, empero, los procesos de confinamiento obligatorio fueron extensos y complejos, pese a esto hay poca documentación, reflexión y análisis de lo que la población tuvo que tolerar en el confinamiento, y si las hay, son meros análisis externos que pretender generalizar.

CONTINUANDO…
Este es el punto en el cual hemos decidido centrarnos, lo cierto es que, hasta antes de la pandemia, las civilizaciones occidentales se caracterizaban por un correr sin frenos, una carrera individualista que buscaba un progreso en el terreno de lo económico y lo profesional, las vidas personales y vínculos con los otros poco parecían importar, dilemas humanos propios de la especie tales como: el amor, familia, amistad, hijos, eran simples elementos o factores que aumentaban la “motivación” para continuar con las carreras desenfrenadas por avanzar, por conquistar, por colonizar y dominar.

La pandemia, llegó a confrontarnos con la extrema vulnerabilidad de la especie humana, de la tecnología y de la ciencia, y además, llegó para demostrarnos que hay escenarios de nuestra vida que no debemos dejar de lado, ya no podemos ignorar e invisibilizar los vínculos, a fin de cuentas, cuando nada nos queda, lo que prevalece son los vínculos familiares, los vínculos que mantenemos con quienes vivimos, con amigos, parejas, etc. y que mediante el encierro obligado nos vimos obligados a tener que tolerar, soportar, o simplemente en muchos casos conocer. A partir del dilema anterior, este escrito tiene por objeto traer al debate el tema, se pretende identificar el estado de las relaciones intrafamiliares en periodos de confinamiento, dar a conocer algunos de los escenarios que comenzaron a brotar.

Durante el periodo de confinamiento obligatorio las familias -incluyendo todas las modalidades existentes en nuestra época- se vieron confrontadas con ellas mismas, esto pudo tener consecuencias negativas y positivas. A partir de aquí, queremos indagar en la calidad o el estado que hay en la relación dentro del ambiente familiar y la percepción que tienen los integrantes del grupo familiar respecto del impacto que la cuarentena tiene en su situación intrafamiliar.

Uno de los dilemas en el terreno de la Salud Mental que comenzó a notarse, siendo una de las principales consecuencias psicológicas producto de la pandemia fue: el estrés. ¿Pero el estrés a qué o por qué? desde un análisis externo, podríamos afirmar que el confinamiento daba un cierto respiro, ya no había que salir a trabajar, soportar el transporte público etc. El estrés emergió precisamente por eso, por la fantasía de perder la “normalidad” la “Cotidianeidad” a la que estábamos habituados -independiente de cuan cruel esta haya sido-. Lo que conocíamos como normalidad, de un día para otro, de pronto, y sin previo aviso quedo congelado. Comenzar a reestructurar nuestro cotidiano no es tarea fácil para nadie, de manera que el “Estrés” puede ser considerado de hecho una respuesta natural para todo aquel que se tomó momentos para reflexionar en lo que acontecía en el país, en la región, en el mundo.

Entendiendo las condiciones socio-políticas que priman en el Estado chileno y producto de la gran segregación que hay en el país, no debería ser sorpresa el manifestar que una gran parte de los chilenos pasaba más tiempo en sus trabajos que en sus casas, porque claro, hay una ley que protege al trabajador y hasta hay horarios establecidos para evitar cualquier tipo de “exploración laboral” pero a muchos no les alcanza con un trabajo, de manera que deben tomar 2, y a esto se le suma los grandes periodos que se deben tolerar en el transporte público, para un extenso grupo de la población chilena, lo que se conoce por “casa” no significaba ser más que un lugar donde llegar a dormir. La pandemia trajo una modificación radical en este terreno, todos quedamos detenidos, sin importar estrato social la medida era “no salir de casa”, ¿Cómo toleró la soledad ese grupo de individuos que a diario vivían rodeados de amigos, en fiestas y actividades grupales y al despertar quedan aislados? ¿Cómo tolerar la compañía obligatoria de quienes evitabas hasta antes de la pandemia? ¿Cómo tolerar a los familiares y sus diferencias? ¿Qué hacer con la proximidad? Estas preguntas atravesaron la realidad pandémica, en el otro extremo, podemos mencionar los aspectos frustrantes y dolorosos: Las mujeres que quedaron encerradas con sus maridos alcohólicos y violentos; niñas y niños confinados con sus abusadores; parejas obligadas a continuar con su vida marital luego de planear previamente un divorcio; aquellos que vieron sus planes congelarse, viajes cancelados, vacaciones, becas perdidas, intercambios.

En un artículo de la Revista de Terapia Cognitiva Conductual, en plena pandemia se publicaba lo siguiente, cito en extenso: “Es más fácil querer a quien nos quiere y ayudar a quien nos ayuda. Una conclusión de sentido común pero también de un capítulo que dentro de la psicología se conoce como altruismo recíproco, cuya idea más central, simple y polémica al mismo tiempo, es que el amor a los demás está basado en el amor a uno mismo. Más aún, queremos a quien nos da placer; y cuando sentimos y decimos el “te amo” es porque esa persona constituye una gran, gran fuente de placer para nosotros. Hoy los vínculos afectivos, incluso los más intensos y cercanos, se ven modificados por el confinamiento que los sobresatura.

Los seres humanos establecemos vínculos complejos con nuestros pares, de varios tipos, intensidades, duraciones. Así, tenemos diferentes términos, a veces muy confusos, para etiquetar nuestras relaciones: amigo, conocido, buen amigo o mal amigo, un buen conocido, pareja, novia, amigo con derecho, amigovio… todos intentos de captar la esencia de los lazos entre personas. Los seres humanos no somos para nada los únicos animales que formamos vínculos, alianzas, amigos y enemigos, pero sí somos los únicos que pensamos en ellos de manera consciente, les damos nombres y nos ponemos románticos con las categorías que nosotros mismos hemos inventado. La psicología, y la ciencia en general sin romanticismos y muy fríamente, nos dejan algunas enseñanzas sí muy pragmáticas, a fin de mantener y mejorar los nexos con los demás, especialmente en un momento como el del confinamiento social que estamos atravesando”.

Del fragmento anterior podemos ver que, en primer momento, los vínculos son parte innegable de la constitución del individuo, en segundo momento que el proceso de confinamiento naturalmente activaría efectos en los vínculos producto de las relaciones e intercambios diarios, incluso se puede hablar de una saturación de los vínculos.

En este contexto, Kristie Brewer (2020) entregaba una especie de tips para poder sobrellevar algunos de los efectos psicológicos de la pandemia, entre los consejos prácticos se encontraban, por ejemplo: “Limitar el flujo de noticias y tener cuidado con lo que se lee”, “pausa de las redes sociales”, “mantenerse conectado con la gente”, “evitar el agotamiento”

Por otro lado, un grupo de académicos de la Universidad de Chile elaboró el documento titulado: “Salud Mental en Situación de Pandemia: Documento para mesa social COVID-19”, donde afirmaban que los efectos se dividían en 3 grandes categorías:
“Son variados, de creciente magnitud, se dan en múltiples niveles y afectan la capacidad de desenvolverse en la vida cotidiana, la afiliación de las personas a las instituciones y la sobrevivencia. a) Variados: normales (miedo, ansiedad, rabia, angustia, nerviosismo, insomnio, falta de concentración, etc.) y patológicos (Trastornos Adaptativos, Duelos, Depresiones, Trastornos ansiosos, Abuso de Sustancias, Trastorno por Estrés Agudo y Trastorno por Estrés Postraumático, suicidio, etc.) b) Creciente magnitud: mientras más prolongado el tiempo de distanciamiento social, aislamiento y falta de previsión de un plazo de término par el cambio de rutina, más se presentarán en la población. c) Múltiples niveles: se presenta en niveles personal, familiar, comunitario e institucional. En cada nivel el impacto tiene componentes y dinámicas distintas, por lo que requiere estrategias específicas”.

Los textos mencionados, son solo algunos de los muchos estudios que comenzaron a enfocarse en la Salud Mental de las personas, lo cual es una gran empresa, sin embargo, las políticas y las acciones en este terreno por los líderes del Estado son nulas. Además, en el contexto de este trabajo, hemos decidido abordar la calidad de los vínculos que producto del confinamiento se generan, identificar las consecuencias de estos, las modificaciones y el mantenimiento, sin embargo, es nuestro deber mencionar que la documentación en este terreno es escasa, por no decir nula. De manera que es un reto pendiente y necesario el poder evaluar este aspecto.

Concluyendo….
Intentar indagar en cualquier dilema humano, social, político, económico, de las esferas que sea, sin contar con suficiente documentación teórica o estudios previos: es complejo. La dificultad de indagar o explorar en los vínculos familiares en el contexto de pandemia, los entrega el tiempo, la perspectiva cambia en la medida que avanza el tiempo, de manera que todo lo vivido durante la pandemia al ser pensado en un escenario Postpandemia tendrá otro tinte al del momento en que se vivió, la subjetividad humana es un punto que no debemos dejar de considerar, y en el marco de nuestros objetivos afirmamos que la generalización es arriesgada, las vivencias personales son imposibles de comparar a las de otro individuo, aun así, podemos generar aproximaciones.

Aquí, nos dedicamos a tomar algunos puntos y mencionarlos brevemente, mediante estudios en profundidad que se emprendan en el futuro esperamos poder conocer un panorama que permita esclarecer la realidad chilena en el contexto de la vinculación intrafamiliar en contextos de pandemia por Covid-19.

Compartir este artículo