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“Vivir sin lengua” un libro de Pablo Aravena. Por Jonnathan Opazo

Coincidencia feliz en tiempos asaz infelices o al menos inquietantes: la puesta en circulación del nuevo libro de Pablo Aravena ocurre mientras centenares de espectadores asisten a ver, en gigantísima pantalla, el estreno de Oppenheimer. Mientras la guerra entre Rusia y Ucrania revive el fantasma de la conflagración nuclear, Hollywood –Nolan mediante– revisita los tiempos del proyecto Manhattan, el peligroso contubernio entre ciencia y política, y nos ofrece una versión digerible en clave thriller de un momento decisivo del siglo pasado: la invención y posterior detonación de la bomba atómica.

Decimos coincidencia pues Vivir sin lengua nos invita a pensar, sea como investigadores de alguna disciplina contenida en el amplio arco que va de las humanidades a las ciencias sociales o como meros lectores aficionados a los quebraderos de cabeza del siglo en curso, en torno al modo en que nos relacionamos con el pasado y el futuro.

Por un lado, la indisponibilidad de un porvenir que parece cerrado a cal y canto. Nuestra época, anota Aravena, “ya no es la de la historia y la construcción política, sino la del patrimonio y el turismo” (29). Frente al declive de las utopías y los metarrelatos, la imposición implacable del dictum del thatcherismo que tan bien describió Mark Fisher en Realismo capitalista: “No hay alternativa”. Así las cosas, la subjetividad contemporánea aparece asediada por un déjà vu repartido desigualmente entre norte y sur global, si cabe la expresión: “la repetición (o el remedo) de una historia ya acontecida en el primer mundo” (44).

Del otro lado, acaso como un epifenómeno de lo primero o viceversa, un pasado que se nos vuelve cada vez menos accesible: “hace ya mucho tiempo vivimos un boom de la memoria y el patrimonio, proliferan los museos, los films, series y canales de cable que han hecho de la historia su emblema” (94). El caso Oppenheimer no es menos sintomático. El problema con este boom, muy bien ejemplificado en otro libro de Aravena, La destrucción de Valparaíso (Inubicalistas, 2021), es que nos devuelve un pasado fagocitado, amigable, pet friendly, sin la opacidad que desestabiliza nuestro presente para hacernos ver aquello que falta. Sus rasgos, entonces: cosificación y sumisión al deseo de época.

Los ensayos picanean, creemos, cuestiones fundamentales en una época que ha hecho incluso del cambio climático una opción de negocios. Si no, véase la crítica realizada por Renaud Garcia en La colapsología o la ecología mutilada. En tiempos de ecoansiedad, cabría retomar, con Aravena y también con Benjamin, la necesidad política de cepillar la historia a contrapelo o bien apretar el freno de mano para detener la locomotora de la Historia antes que las debacles descritas por ecologistas y colapsólogos tengan lugar como tragedia sin farsa.

Jonnathan Opazo Hernández

Libro: Vivir sin lengua. Cuando el tiempo ya no hace historia
Autor: Pablo Aravena Núñez
Ediciones Inubicalistas, 2023, 126 páginas

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