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J’accuse por Juan G. Ayala

El célebre J’accuse de Émile Zola, nos admite reconocer el poder que tiene la voz de la ciudadanía cuando es el resultado de una convicción valórica, amparada en una lucha por la dignidad humana, cual fue el resultado de la postura que reprodujo la prensa francesa el 13 de Enero de 1898. Lo que importa ahora no es destacar el caso Dreyfus, sino que la capacidad de amplificar los discursos “atemperadamente apasionados”, cuando lo que buscan es un bien superior, pero no en abstracciones académicas sino que concretadas en personas y hechos reales y también contingentes; ese es el rol de la prensa.

El filósofo español Julián Marías expone en su obra “Introducción a la Filosofía”, en el capítulo dedicado a estudiar la relación del habitante con la ciudad, que la tecnología transforma nuestra percepción del espacio – tiempo. Argumenta de la amplificación de nuestras capacidades corporales; podemos sumergirnos por largo tiempo en el agua, volar por lo cielos, y comunicarnos a distancias casi infinitas. Esa es parte de la modernidad, y justamente en la comunicabilidad y presencialidad de los hechos es donde el sistema económico financiero se encuentra con la prensa, verificándose que junto a la máquina a vapor y la locomotora, llega la máquina rotativa, ingenio electromecánico capaz de multiplicar las voces a números antes impensados, a alta velocidad, y en un soporte económico. Todas esas características la hacen de suyo democrática, cualquier ciudadano instruido y responsable de sus voces puede decir: ¡Yo acuso!.

Esa voz amplificada celebra este año 2012 los 200 años de la prensa chilena, fijada por la fundación del primer periódico impreso en prensa plana, la “Aurora de Chile”. Este aniversario toma especial importancia toda vez atendida la presencia de la ciudadanía en las calles, expresando su preocupación y malestar, su inconformidad y desasosiego por la cosa-pública. Son los medios los que amplificarán, reducirán o desvirtuarán esa voz que se manifiesta aparentemente libre, incluidos los facebook y los twitter.

Hoy no podemos pedir voces como la de Zola, ésta incluso en su tiempo fue minoritaria, pero si debemos exigir responsabilidad en aquellos que expresan su disenso, y sobre todo en quienes reproducen ese disenso. Atender al estudio de los medios regionales, como lo ha hecho El Círculo de la Prensa de Valparaíso en conjunto con el Consejo Regional del Colegio de Periodistas de Chile, a través de la revista del Círculo lanzada en la víspera del 13 de Enero titulada “El aporte de la prensa en la V Región, una visión histórica”, permite conocer su historia y objetivos, refrescar su memoria, saber de sus limitaciones y tremendas posibilidades, al punto de que muchos Zola puedan tener la oportunidad de contribuir a un mundo más justo y equitativo, pero a sabida cuenta que como le ocurrió al articulista y escritor francés puedan ser requeridos por la justicia, todo por defender un principio como la tolerancia y la necesidad de un juicio justo, en ese caso para el capitán Alfred Dreyfus. Pero para que eso fuera posible fue necesario que existieran una voz, un decir, y una posibilidad de amplificar; Émile Zola, el Jacusse, y el periódico LAurore. La prensa chilena debe en 2012 exhibir un aura tal de legitimidad y prestancia que nos haga sentir a todos que podemos decir responsablemente, Yo Acuso.

Juan G. Ayala Profesor, Departamento de Estudios Humanísticos Universidad Técnica Federico Santa María

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