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Absolución e Impunidad. Por Johanna Guala Maldonado

Un tribunal del Estado acaba de fallar por unanimidad, absolver de cargos a un imputado por Abuso sexual, manifestando no tener pruebas suficientes para acreditar los hechos ocurridos al interior de un departamento del centro de Santiago, contra una mujer adulta, quien luego de más de dos años de tramites, declaraciones, exámenes médicos, psicológicos y un costo familiar incalculable, ve en este resultado decepción, desamparo, injusticia y un daño irreparable para ella y sus familiares.

Surge aquí la reflexión y la crítica respecto al estándar probatorio en causas delitos sexuales, y aquella frase del “más allá de toda duda razonable” resulta al final del proceso, no ser sensible a la perspectiva de género en los casos de delitos sexuales donde la víctima es mujer. Es decir, el estándar resulta problemático porque las dificultades probatorias que presentan este tipo de delitos hacen que, en teoría, nunca se pueda sobrepasar el umbral de suficiencia.

Un hecho que deja en la absoluta indefensión a mujeres que se atreven a hablar, a denunciar en procesos judiciales extensos, tortuosos, de gran exposición, en los que sin duda el prejuicio cobra un valor incalculable y la mentira y acusaciones es parte del juego en el que todo vale… mientras la victima se centra en demostrar que ha sido vulnerada, la defensa utiliza estrategias para denostarla… si estabas borracha, inconsciente y no recuerdas los hechos, en vez de agravar la falta, traslada la culpa en la víctima, si eres soltera o alguna vez fuiste a una playa nudista, se vuelve en tu contra ya que la defensa hará fiesta con los detalles de tu vida pasada.

Una testigo que resultó ser la esposa del imputado y hermana de la víctima, a pesar de haber vivido violencia, de haber sido engañada en innumerables ocasiones, de vivir con un hombre alcohólico, declara frente al tribunal que” su marido puede ser cualquier cosa menos un violador”… a que se refería entonces con “cualquier cosa”no pudo entonces haber sido un abusador? Es que acaso, el delito de abuso sexual se encuentra tan normalizado en el imaginario social que no cumple el estándar para ser sancionado? O es que la violencia te ciega a tal punto de negar la realidad frente a tus ojos?. Simone de Beauvoir sabiamente decía que “El opresor no sería tan fuerte, si no tuviese cómplices entre los propios oprimidos”.

El valor de la prueba es insuficiente, la prueba testimonial no logro convencer que hubo resistencia por parte de la víctima, las lesiones no lograron sostener el daño provocado, elementos que sumados a la nefasta participación de una Fiscalía poco diligente, despreocupada de la víctima, a cargo de un proceso investigativo deficiente, repleto de errores e imprecisiones, permiten que hoy día, pueda transitar libremente un abusador sexual en la absoluta impunidad. Absoluciones falsas en delitos sexuales como este, llevan a deslegitimar el sistema judicial y con ello el Estado legitima institucionalmente la opresión hacia las mujeres, mientras el Derecho continúa perpetrando y legitimando el patriarcado. Se ha vulnerado y expuesto a una mujer ¿Quién repara esto? ¿Cómo se atenúa este dolor?. Las falencias del sistema están a la vista, estereotipos, prejuicios, falta de perspectiva de género y re victimización. Ya es hora de que la justicia sea justa, que el Estado cumpla sus obligaciones internacionales en materia de violencia y discriminación hacia la mujer y que no sea el peso de la prueba la que abra la puerta a la impunidad.

Johanna Guala Maldonado, socióloga, Magister en trabajo social y políticas sociales.

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