"Abran paso, alas carnalescas;
quiero pasar. Pido permiso
para desahogarme".
El GAM hace algunos años se ha transformado en un espacio ineludible para la danza contemporánea, incluso me atrevo a decir el principal espacio para este género en el país, dado que los espectáculos que aquí se presentan logran convocar a público que ha ido fidelizando debido a la programación de calidad que presentan. Es en este contexto que hay que situar la presentación de Chä.O una obra que tiene como denominación de origen a Brasil bajo la dirección de la brasileña Marcela Levi y la argentina Lucía Russo.
Esta obra irrumpe como una provocación, su humor es una invitación a pensar desde las posibilidades que ofrece una intervención sonora en donde el cuerpo es el instrumento principal, recordándonos ese reclamo nietzscheano que nos llamaba, para nuestra sanidad cultural, a partir de esa idea de que hay que "recuperar el cuerpo como centro de gravedad para el pensamiento". Esta idea idea del filósofo del delirio esconde una valoración por el delirio, aquello que nos hace salir de los cánones de lo normativo.
Esta puesta en escena es delirante en esa excesiva reiteración de lo mismo de los cuerpos que permanecen en escena presentándonos reiteradamente ejercicios gimnásticos que se manifiestan a través de la música que es fundamental en toda la obra. La destacada participación de los músicos a través de sus perfomances, el pianista en el escenario y el violinista y "percusionista" desde el público. El cuerpo desnudo, sin censura, liberado en la escena, nos hace ver sin incomodarnos lo que somos, en medio de de las ciudades en las cuales aunque socavademente la tierra sigue palpitando, como el cuerpo, dado que poseen un condición común la de la naturaleza.
Así son los carnavales, espacios en los que el cuerpo ocupa el centro de gravedad, en este caso en formato de danza que nos presenta la relevancia de la música acercándonos al género artístico de los musicales en el cual reconocemos la impronta de la identidad brasileña, sonora y rítmica, Así son los carnavales una reiteración de lo mismo marcada siempre por una diferencia que transmuta en pasado dado que nunca el instante permanece. Así son los movimientos de los cuerpos vivos aunque siempre tienen que asumir sus propios límites para expresar la libertad. Esa libertad que en cada momento se permite intervenir lo sonoro que actúa siempre como eje para el movimiento de los cuerpos en esta compleja pieza artística.
Alex Ibarra Peña.
Dr. En Estudios Americanos.
@apatrimoniovivo_alexibarra