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El femicidio latifundista-empresarial de Baucis

DENISE OBRECHT SAMSON, MADRE DE BAU: “SU ELECCIÓN FUE HERMOSA” por Victoria Aldunate Morales

“Era una chica que recién comenzaba a conocerse a sí misma en esos aspectos. Usaba su falda, iba a marchas feministas. Siento que era como una luz que contribuía a unir muchas causas”.

Baucis puede ser traducido como zapato femenino o como alguien que trascenderá en las plantas. Fue una defensora de la tierra, el territorio, “los animales y las cuerpas”. La mataron a sus 25 años, de un disparo en la cien, pasada la medianoche del martes 16 de febrero (2021), “sicarios contratados por los dueños y administradores del condominio de lujo Riñimapu”, en Desagüe, a 21 kilómetros de Panguipulli, Región de los Ríos (Gulu Mapu).

Denise Obrecht Samson, madre de Baucis denuncia: “Fernando Puga Matte y Manuel García, quienes se presentan como administradores de ese condominio, contrataron al asesino de Bau, Francisco Javier Jara Jarpa. Y Peter Hill Planella, dueño de una casa del condominio, le habría prestado su escopeta de guerra. Los presentaron como supuestos ‘jardineros’, pero en realidad tienen antecedentes penales y estaban ahí para impedir el libre acceso a la playa a gente que no fuese del condominio. Hicieron un cierre perimetral con alambres de púa, y el vecino del otro extremo, Gerardo Martí, mantenía cercos electrificados que se internaban en el lago. No les importó que personas y animales pudieran lastimarse o electrocutarse. A Martí, le oí –personalmente- decir que mataría a diez mapuche si le sacaban los cercos de orilla de playa”.

Emilia Milen Herrera Obrecht o Baucis como se autonombró la hija de Denise, nació el 15 de julio en la Clínica San Pancracio de Santiago Centro, y falleció por muerte cerebral la madrugada del miércoles 17 de febrero de este año, en la urgencia de Valdivia. Su fallecimiento fue a raíz de disparos sicarios de supuestos “jardineros” del condominio “Riñimapu”. Se trata de un homicidio calificado con porte ilegal de armas en el que, actualmente, hay dos detenidos. La noche del martes 16 de febrero, a la vez que varios lamngen mapuche llevaban a Bau a la urgencia para intentar salvarle la vida, siete hombres escapaban en un vehículo con, al menos, una escopeta, los que fueron detenidos por carabineros .

¿QUIÉN ERA BAU? Cuando Bau nació, Denise “vivía por ahí por el paradero 27 y medio de Vicuña Mackenna” en Puente Alto, Región Metropolitana. Fue una guagua de signo (del zodiaco) cáncer, “muy sensible, artista, de muchos cambios”, y su madre, una mujer de 36 que quería tener un hijo antes de los 40.

  Había un hombre que me había gustado por 20 años y cuando iniciamos una relación le propuse que lo tuviéramos. Fue un embarazo espectacular, yo estaba muy feliz.

¿Crees que tu hija se hizo así de sensible, rebelde y rupturista por tu influencia?
  Tal vez, aunque siento que también estamos aprendiendo mucho de estos jóvenes. Creo que la elección de Emilia fue maravillosa porque no fue solo individual, sino la de todes, colectiva.

Denise es profesora de Arte y trabajó toda una vida, toda la vida de Baucis, en el colegio Víctor Jara de la comuna de La Pintana: “Una ahí conoce tantas historias de vida de chiques, cosas personales que no se divulgan, pero que una las resiente, duelen. Mi hija tenía una historia también... Yo me hice sensible así y tal vez ella, de la misma manera, creciendo con esas vidas tan cerca a través de mí”.

El año 2020 Bau y su comunidad disidente estuvieron en la defensa de los alerces que serán derribados por el tramo 2 de la ruta Corral–La Unión, que atraviesa el Parque Alerce Costero. Se trata de una carretera enmarcada en el plan IIRSA, Infraestructura Regional Suramericana que favorece a intereses privados en todo el cono sur, y que en el caso del tramo 2 Corral-La Unión, asesinará a 200 alerces que son protegidos como patrimonio de la humanidad y no debieran, jamás, talarse ni trasladarse .

Junto con la defensa de los alerces, la comunidad disidente de Baucis se unió al Lof Llazkahue, comunidad mapuche en recuperación del borde del lago y del río, que el condominio “Riñimapu” ha privatizado.

¿QUIÉNES ESTARÍAN TRAS EL FEMICIDIO DE BAUCIS? Para Denise hay autores directos, pero “los autores intelectuales están sueltos, personas de grandes apellidos a quienes no les interesa la vida, menos la vida de una persona como mi hija”.

En efecto, apellidos asociados en extendidas redes endogámico-empresariales, provenientes de oligarquías criollas y de la burguesía de los holdings, aparecen insistentemente en casos de asesinatos a mapuche y a otras personas que resisten al extractivismo. Solo doce días antes del asesinato de Bau, sucedió el de Francisco Martínez Romero, el malabarista y manifestante, al que le dio muerte un carabinero en la ciudad de Panguipulli. En 2016, en Tranguil, a 800 kilómetros de Panguipulli, fue asesinada, presuntamente, por sicarios de una hidroeléctrica, Macarena Valdés Muñoz. Y si al joven mapuche Alex Lemún Saavedra, lo mataron carabineros en 2002 en Temuco, en terrenos privatizados por la Forestal Mininco de propiedad de los Matte, el femicidio de Bau se relaciona con sicarios contratados por los Puga Matte.

El curriculum de Fernando Puga Matte lo revela cercano al grupo Chadwick, vinculado a la agroindustria, a construcción de puertos, inmobiliarias, mineras, eléctricas y lo que es relevante en la depredación de la fauna marina, socio y fundador de las primeras empresas salmoneras (Puga Mujica S.A. y Hatfield International Canadá). Es el “gerente general, socio y director del Loteo Riñimapu en el borde del Lago Riñihue y del Río San Pedro , y su página web informa que este condominio de lujo se originó en el “tradicional y familiar” Hotel Riñimapu en el sector Desagüe Riñihue, donde “siempre” habrían “compartido entre chilenos y extranjeros”. Nada mencionan de gente mapuche que habita la zona desde siglos antes que latifundistas y colonos. También publicitan que “reservaron” este loteo “para compartirlo con un selecto grupo de nuevos propietarios”. Y, sí, debe ser muy selectivo porque son viviendas donde solo el terreno cuesta entre los 175 y los 380 millones de pesos (cerca de medio millón de dólares). Para vender prometen 21 sitios que vendrían “con orilla de lago y río”, otros 12 sitios cercanos al lago y al río, y “cuidador permanente”. Son 33 sitios en total.

CONDOMINIO DE LUJO, HIDROELÉCTRICA Y FEMICIDIO Parece haber más que un condominio de lujo en juego. Avanza un proyecto de la familia Matte Larraín y Larraín Matte a través de su empresa Colbún S.A., que además tiene numerosas acciones en Agencias de Fondos de Pensiones (AFP), para instalar aguas abajo del desagüe una central hidroeléctrica, lo que estaría descrito y en proceso de calificación por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) . Es preciso señalar que la directora regional del SEA de los Ríos, Karina Bastidas ha sido denunciada por comunidades Yagán y Kawesqar por conflicto de intereses, en relación a sus vínculos empresariales con la industria salmonera en Magallanes (2010 a 2018), y que al ser trasladada a Los Ríos, Sergio Quinan, dirigente y representante de comunidades mapuche de la costa valdiviana e integrante de la Red de Defensa de Los Territorios (RDT) de la región de Los Ríos, ha tenido las mismas aprensiones .

En este contexto, a fines de noviembre de 2020, el Lof Llazkawe inició recuperación territorial de su territorio. En diciembre le comunicaron al administrador Manuel García que esperarían hasta el 21 para proceder a la apertura de cercos que impiden el libre acceso a la playa. En enero 2021, llegaron correos a la Intendencia de Los Ríos, presumiblemente de vecinos del sector, alertando de la disputa del Lof Llazkawe y el condominio. Algunos de esos correos planteaban que la gente mapuche estaba dispuesta a dialogar. La respuesta de las autoridades a esa alerta fue “seguridad” (vuelos de drones y monitoreo), y por parte del condominio Riñimapu, nuevos guardias, aparte de los que ya había. Unos supuestos “jardineros” que según el vocero del Lof Llazkahue, Andrés Roldan Mankel, llegaron “a intimidar y a mostrar pistolas”.

En febrero llegó una familia de turistas a acampar, “padres, abuelos y niños”, y se pactó con los guardias oficiales del condominio y con carabineros, que los campistas pernoctaran a orillas del Lago, sin embargo el 16 de febrero, los supuestos “jardineros” intentaron expulsar a la familia de la playa de manera muy violenta. Los campistas gritaron por ayuda a la comunidad mapuche, unas cuantas personas acudieron en apoyo. Cuando se dirigían hacia uno de los jardineros, pidiéndole conversar, los “jardineros” dispararon al grupo. Bau iba en ese grupo. “Iba vestida con kupän, la única con vestimenta mapuche completa”. Una de las balas le llegó a la cabeza. ¿La vieron, la reconocieron?... La gente mapuche la vio caer y se la llevó en un vehículo a la urgencia, no supieron más de lo que sucedía allí. La versión de la empresa Riñimapu y de un Twitter de la fundación APRA, Asociación Para la Paz y la Reconciliación en La Araucanía, fue que una turba de gente que se había tomado el territorio, había ido a atacar la caseta de la guardia y el quincho, prendiéndoles fuego. Esta versión fue apoyada en primera instancia por medios de comunicación como la Radio Biobío, el Libero, y así mismo por el intendente de la Región de los Ríos, delegado presidencial, César Asenjo Jeréz. No está demás decir que APRA es una asociación política creada en 2019 en el sur de Chile, presumiblemente para debilitar a la resistencia territorial mapuche, y que su fundador es Francisco Alanís Porcella, suegro de Martín Pradenas, imputado por el caso de violación a Antonia Barra, joven que se suicidó luego de la agresión de Pradenas. Alanis Porcella es indicado por medios de comunicación como quien colocara un recurso de protección a favor de Pradenas, para obligar a la familia de Antonia a “abstenerse de efectuar publicaciones” que funaran a ese agresor sexual.

SU MADRE SÓLO PUDO VERLA MUERTA El día de su asesinato, Bau recién venía llegando de un viaje en búsqueda de sus raíces en Vilcún. Un mes antes, Bau y su madre hicieron un viaje juntas. Partieron desde Valdivia: “Fue un viaje hermoso, fuimos a Quepe y a Lican Ray. Visitamos a la familia Mankel. En la comunidad me encontré a un joven que había estudiado en mi colegio Víctor Jara cuando pequeño y hablamos de 40 años atrás, de las cosas que él había vivido, la discriminación… En fin, todo eso que pasa y es tan triste porque ningún niño debiera pasar por eso. Fue emocionante abrazar a ese chiquillo”.

¿Fue bueno ese tiempo juntas? Mucho. Me encantó la comunidad, cada uno aportaba lo que podía para compartir. Cuando había que hablar algo importante llamaban a trawun con la trutruca o la pifilka. Habían aceptado con tanto cariño y respeto a Bau tal como ella era… Lo agradecí. Ella, entre otros aportes a la mapu, enseñó a otres jóvenes, a hablar mapudungun, a reciclar, y a construir un baño seco para no contaminar las aguas del lago. Había aprendido sola, mirando, oyendo. Hacíamos sopaipillas juntas y conversábamos. Dimos hermosos paseos al lago. En la orilla había arcilla y recogimos mucha para llevar a la ruka, y luego los niños llegaron y empezaron a hacer cosas de arcilla. Así naturalmente, no es que yo les hiciera clases, no, es que era entretenido embarrarse las manos y aprender.

¿Cómo estaba Bau en ese tiempo? Feliz, plena y curiosa por saber de nuestras raíces, las mías y las de su padre. Antes me había llamado a Santiago haciéndome esas preguntas. En noviembre del año 2020 retomó el contacto con su padre biológico para preguntarle esas mismas cosas y su padre le dio el contacto de su hermana, la tía de Bau, para que le preguntara, imaginando tal vez que ella recordaba más sobre los hitos familiares. Su tía lo había recibido muy bien, estaban conversando e investigando sobre abuelas y abuelos. Bau había concertado además encuentros con una Machi que le ayudaría a develar sus raíces.

¿Y sabes cómo fue? Como la asesinaron no alcanzó a saber todo lo que hubiese querido saber sobre sí misma y nuestras familias, pero sí tuvo ese encuentro con la machi en Vilcún y luego de eso, el 16 de febrero ya estaba volviendo a la comunidad. Yo estaba a punto de volver a Santiago. Por la pandemia no había viajes en bus. En la tarde nos comunicamos y me dijo “mamita no te preocupes, ya encontré quien me lleve”. Luego la llamé varias veces porque yo estaba nerviosa. A las 10 de la noche, incluso, volví a llamarle y no me contestó. Luego le avisaron a una de sus amigues que algo grave había sucedido en Panguipulli y que debíamos ir urgentemente al hospital de Valdivia. Bau llegó en una ambulancia a la posta. El doctor me dijo que venía con muerte cerebral. Pedí que me dejaran verla, pero no me dejaron. Solo pude entrar cuando ya estaba muerta. Estuve mucho rato con ella y le dije muchas cosas, le besé, le hice mucho cariño…

¿Me quieres contar cómo fue la infancia de Bau, desde guagua? Sí, la llevé desde los tres meses a la Sala Cuna del Víctor Jara por un convenio de la municipalidad al que yo tenía derecho como trabajadora de ahí, pero Bau quería estar todo el tiempo estar conmigo y se arrancaba de la sala. Llegaba a donde estaba yo. Luego fue a diferencial, ahí aprendió a leer y a escribir en tiempo record, mucho antes que otros niños. Después la mandé al “Raymapu” de La Florida porque sabía que era buen colegio, había gente de izquierda y eso me hacía pensar que la enseñanza iba a ser más diversa, distinta.

¿Y resultó? No tanto (se ríe). Era muy molestosa porque estaba muy adelantada, se aburría. En sexto básico no le quisieron renovar la matrícula por ser contestataria e inquieta. En séptimo fue a un particular subvencionado que era bonito, pero algo peligroso el ambiente. Bau, ya grande me comentó que le había servido ese colegio para aprender a defenderse y que el “Raymapu” había tenido razón en echarlo porque en verdad “jodía harto”.

¿Y después de la Básica? En la Enseñanza Media fue al Liceo Artístico Salvador porque. Lo pidió, y fue intensamente feliz. Se quedaba hasta tarde haciendo proyectos artísticos, formó un grupo muy llamativo. Luego de egresar de la Enseñanza Media se fue a la ARCIS. Se entusiasmó porque tenía amigos que iban ahí, y artistas que les habían hecho visitas y les habían invitado. En un momento se tomaron el campus, pasaron cosas que le hicieron sentir que las autoridades se habían farreado ese proyecto tan bueno. Igual Bau admiraba a los profesores, muchos terminaron trabajando gratis. Eso fue en 2014. Bau tenía una polola en ese tiempo y se fueron juntes a Argentina. En Chile ya se había acercado a causas animalistas que le inspiraron mucho en su expresión artística y en Argentina continuó, se acercó a causas antipatriarcales y feministas, y comenzó su transición.

¿Y su polola? Lo tomó bien. Ahora cuando hablamos con ella, lo hemos interpretado como una trascendencia de Bau, que tiene que ver con el nombre que se puso, alguien que trasciende en las plantas. A ella le importaban los árboles, las plantas, sacaba esquejes, las colocaba en tierra o en agua y todas le brotaban. Su transición era otra forma de trascendencia. Bau quedó siempre bien con todas sus pololas. Una vez en Argentina se encontró unas tarjetitas en la calle, que eran de condolencias, pero ella no sabía (creo), y le escribió una tarjetita a cada polola con la que había estado y a varios amigues. Les dedicó unas palabritas y un dibujo a cada une. Luego me las envío y me pidió que las distribuyera. En una convivencia que organicé con comida vegana y un gran lienzo, muches le escribieron y pintaron dedicatorias para decirle que “le extrañaban, que le amaban mucho, que volviera ya”. Fue un encuentro hermoso… Yo me sorprendía al ver su relación con todas las chicas que habían sido sus pololas, y ellas tenían relaciones muy bonitas de amistad entre ellas también.

¿Y tú cómo supiste de su transición? Luego de dos años en Argentina volvió y me contó. Le pregunté por qué. Me respondió: ¿te acuerdas que una vez tú entraste a tu pieza y yo estaba pintándome los labios con tu rush?... Dijo que yo le hablé como típica mamá, una típica frase, que “el rush era para las mujeres”. Me dijo que esa restricción le había afectado, y yo ni siquiera me acordaba…

¿Cómo lo tomaste? Yo le tenía mucho miedo a la discriminación que sabía que viviría. Y sí, le pasaron cosas, la insultaron en la calle, se burlaron… Una como profe sabe de esas cosas, los niños sufren mucho, les hieren, le mutilan, les matan. Cuando me contó, me sentí algo choqueada pero finalmente logré decirle que yo quería que fuese feliz. Me costó nombrarla en femenino y le pedía perdón cuando me equivocaba. Los recuerdos de su niñez me llevaban a su nombre de varón… El primer nombre que le pusimos con su padre, fue Boris por un tío que era buzo, pero ella se puso Baucis.

¿Cómo era Bau? Cambió con la adolescencia. De chico era molestoso, en algún momento hasta hizo bullyng a otros, luego comprendió. Pasó a ser muy sensible y también muy entretenida. ¡Yo nunca me aburría con la Bau! Era preocupada por las plantas, por los animales, por los demás. Cuando era chica salvaba perros, una vez sacó uno de debajo de auto. Trajo otro y lo curó porque estaba enfermo o atropellado, no recuerdo exactamente. Le importaba la vida de los animales, su sufrimiento. Escribía en las paredes por la libertad de los animales. Crío una gancita que murió luego en un accidente, justo cuando íbamos partiendo de viaje a Lican Ray, y Bau lloró mucho. La enterró en un gran árbol y llenó de flores ahí. Esto fue en enero. La gancita tenía una hermana que ahora está viviendo en el refugio animalista que abrió la comunidad disidente de Bau. También era musculosa y tenía fuerza. Estaba en una senda de no aceptar nada que fuese superficial. No me recibía plata, hacía una vida muy austera. Visitaba mucho a ñañitas mapuche, les llevaba lanas y conversaba con ellas por tardes enteras. Era muy trabajadora, amorosa, capaz de caminar horas para ir a conversar con una persona que tenía algo que decir. Comenzó a ir a ceremonias mapuche, a andar a pies pelados porque quería sentir la tierra… Le gustaba cocinar comida vegana, exageraba con el veganismo, a veces... Detestaba el machismo. Se puso muy crítica, ya no quería ser cómplice de actitudes patriarcales. Se había puesto separatista, sus amigos hombres hacían justo lo que ella más detestaba: abandonaban a sus hijos, jugaban futbol, hacían asados, tomaban. Se fue alejando de ellos para proteger a su entorno, creo que esperaba crecimiento personal de ellos… Y no se callaba, era directa, sin pelos en la lengua, les decía lo que pensaba.

¿Qué pensaba Bau de su nacimiento? A Bau le dio pena que su padre se haya alejado de ella. Entiendo que lo mismo habría sentido si hubiese sido yo la que me alejara, pero fue él. No tuve peleas con su padre, él solo se alejó. Y yo nunca le hablé mal de él. Le intenté transmitir cosas positivas. Traté que se encontraran pero no resultó. Ella, ya en el kinder de niñes, era una chica frontal. Un día su padre vino a verle y le mostró unas fotos familiares, pero Bau le dijo algo así como: “no me interesan tus fotos”. Ahora el padre está arrepentido… Espero que los padres de este país se arrepientan antes de que sea tarde…

Luego de que el padre se alejará de Bau, Denise se casó, vivió 20 años con un marido, hasta el asesinato de su hija cuando decidió separarse. Explica: “Con la muerte de Bau he comenzado a tomar en cuenta cosas que antes no veía tan claras: Ya estábamos alejados con mi marido, yo iba a marchas, el jamás. Chocábamos mucho. Todo el tiempo. Bau se daba cuenta de eso, veía que yo no era feliz y me instaba a ser libre. Nuestro plan era vivir juntas. Estábamos esperando mi jubilación para irnos al sur a reforestar el bosque”.

En el tiempo de la Revuelta Popular, Denise se quebró un pie y dice que esto le gatilló rabia y tristeza. Que fue “una mezcla entre su lesión y la injusticia; la represión y el maltrato que yo veía a los jóvenes que protestaban. También la indiferencia de mucha gente. Siento que debiera haber reaccionado el país entero y que de las cosas más dolorosas de este país es que les hayan disparado a los manifestantes dejándoles con traumas oculares y matándoles”.

Ni patria ni marido

Las raíces de la madre y la hija están en Chuquicamata. Ahí Denise tuvo tres hermanos “y cinco más por fuera”. Nació el 58 “en una familia de Derecha. A los 4 años mi madre se separó y mi papá se olvidó de nosotros. Mi hermana a los 15 años tuvo que salir a trabajar para mantenernos. Cuando no tienes qué comer, se madura rápido. Salí de la universidad también a trabajar. Mi primer trabajo fue en el Banco de Talca y no lo soporté. Era un ambiente horrible, pura gente miradora en menos, y había que venderle tarjetas de crédito a la gente, endeudarle. Preferí ser profesora aunque ganara poco y fui feliz trabajando en la población. Nos fuimos a vivir a La Serena y luego a Santiago. Vivimos en una casa bonita en Ñuñoa que era herencia de mi abuelo materno, pero éramos muy pobres, solo manteníamos las apariencias. El tiempo del golpe de Estado fue un tiempo que cambió muchas cosas para nosotras. Se escuchaban las balas, mi hermana vio pies de niños muertos en camiones, mi mamá vio cuerpos amarrados con alambres, gente asesinada por los milicos… Creo que esos recuerdos me gatilló la Revuelta, porque los que quieren ser ciegos, sordos y mudos, que lo sean, pero yo no puedo… Este es un país que no cuida su niñez. La Pintana siempre me recordaba Calama, tanto niño pobre, que una ya deja de considerar a este país su patria”.

Conversamos con Denise varias horas… Ni marido ni patria, le digo, “así es”, responde. Espera cumplir luego el sueño de Baucis y propio. Aunque ahora sin Bau: “Irme al sur a vivir con la comunidad de Bau y apoyar al refugio. Me llevaré para allá a mis perritos y, más adelante, cuando sus hijos estén mayores, a mi hija putativa, que es una ex alumna de La Pintana, una hija de amor porque nos hemos apoyado y acompañado cada vez que nos ha tocado sufrir”.

Esta madre, mujer, educadora, exige justicia y revela que por más que ha tratado, los medios de comunicación hegemónicos no han aceptado hablar del femicidio contra Bau, y cree que es por la “inmensa influencia de las familias involucradas”.

Victoria Aldunate Morales, lesbiana feminista antirracista

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