Desde la Unión de Ex Prisioneros/as Políticos/as de Chile (UNExPP), manifestamos nuestro más profundo repudio a la ley Naín-Retamal. Consideramos esta ley como un profundo retroceso en el ámbito de los derechos humanos.
Este proyecto de ley refuerza las atribuciones y ofrece más facultades a las policías, elevando las sanciones a quienes sean acusados de atacarlos, y les garantiza impunidad cuando hagan uso excesivo de la fuerza, por sobre todo, contra personas del movimiento social en manifestaciones de protesta.
La “legítima defensa privilegiada” para los funcionarios policiales que utilicen su arma de servicio, no es otra cosa que incentivar aún más el abuso de su parte. Sin esta ley cegaron y mutilaron a cientos de manifestantes durante la Revuelta. La mayoría de estas graves violaciones a los derechos humanos en contra de los manifestantes, no han sido debidamente investigados ni sancionados, por lo que una vez más se impuso la impunidad.
No es aceptable que con la excusa de “combatir la criminalidad” se abran posibilidades de nuevas violaciones a los derechos humanos. No perdemos de vista que desde hace muchos años los sectores de la derecha política buscan establecer leyes antidemocráticas y represivas. Estas le otorgan a quienes se ven enfrentados a los policías la calidad a priori de delincuentes. En consecuencia, cualquier gesto suyo es y será interpretado como una amenaza que permitirá a los policías usar sus armas letales, poniendo así en peligro la vida de las/os manifestantes.
Lo que no deja de llamar la atención es cómo cierto hechos, logran crear en el momento preciso el contexto y las condiciones que favorecen estas iniciativas antidemocráticas y calzan cómo anillo al dedo. Con esto acuden a nuestra memoria hechos del pasado que eran auto provocados para justificar la represión.
Haremos responsables a todos/as los/as parlamentarios/as que aprueben esta ley y también al gobierno si no hace uso de todas sus facultades incluido el veto, para evitar que esta ley sea aprobada.
¡No a la ley Gatillo Fácil!
¡No a la ley Naín-Retamal!
