En kioscos: Abril 2024
Suscripción Comprar
es | fr | en | +
Accéder au menu

La falacia de la elección más importante. Por Hernán García y José Orellana

  No son pocos ni pocas las analistas de la política que han graduado la importancia de las elecciones que se vienen en estos sub-ciclos electorales de abril y de noviembre del 2021 (no quedándose atrás los estudios de opinión pública). Se afirma que, en el primer ciclo, la gran elección será la de convencionales constituyentes y de ahí la urgencia para enfrentar con óptimo desempeño electoral dicha elección, ya que determinará la vida de las personas los próximos 30 a 50 años. Es la continuidad del triunfo del Apruebo, indicarán las fuerzas progresistas, así como algunas de la derecha popular o social.

La importancia de las elecciones no es lineal. No podríamos expresar que sólo un exitoso resultado a nivel de Constituyentes asegurará éxito en noviembre 2021. Por el contrario, la verdadera falacia, indicado en códigos futbolísticos, es apostar a un “8-0”, obteniendo exitosos resultados en votos y cupos para las elecciones de constituyentes, gobernador@s, alcaldes, alcaldesas, concejalas y concejales. Pero en realidad, ganar en esta ocasión tiene umbrales. En el ámbito constituyente, los 2/3 de los escaños, permiten cambiar la historia respecto de un país con más justicia social en un Estado social de derecho. Cualquier cifra inferior en el número de asientos, para quienes se comprometieron desde el progresismo, será insuficiente para tal propósito. Lo anterior exigía (lista única) y exigirá capacidad de acuerdos, pues inclusive después de conformada la Convención Constitucional, también se requieren alianzas, para ejercer el rol de mayoría, a propósito, de la diversidad de elect@s para hacer de ell@s una garantía de cambio.

Por otro lado, líderes como Mario Desbordes el desbordado[1], sabe que las elecciones comunales y regional se encuentran linealmente ancladas a la de constituyentes, por ello apostaron al pragmatismo empresarial para organizar candidaturas en una lista, enfrentando así la multiplicidad de oposiciones/listas del amplio arco del centro-izquierdismo, sabiendo que tiene a su favor la experiencia de la última elección comunal 2016, donde la derecha conformó dos listas a concejales, permitiéndole a Renovación Nacional (RN) y a la derecha en general una base electoral más amplia, que, además se concretó en las congresales y presidencial del 2017.

En la otra vereda, Carlos Ruiz, ideólogo del Frente Amplio (FA) y candidato a Convencional Constituyente, afirma que el desempeño electoral y político de su coalición, es el único que asegura frescura y nuevo oxígeno al sistema político[2]. Esto como argumento teórico, pues en la práctica el FA ya muestra en los hechos que son parte de la cultura de gestión política tradicional. Un ejemplo (entre otros) fueron las picarescas prácticas de negociación, en el recordado bochorno que le propinaron al bloque Unidad Constituyente para enfrentar la primaria de alcaldes y gobernadores regionales del 29 de noviembre, pues buscando maximizar sus posiciones electorales, permitieron la fragmentación de la votación de las fuerzas opositoras.

La argumentación de quién diseña la estrategia y erra en la táctica del FA, deja un claro dato, el balón de gas nitroso, está siendo usado en exceso. Por ello, apostar a la división de las fuerzas políticas opositoras usando como argumento ser representantes de la crisis social, podría considerarse por algunos y algunas como una interpretación poco adecuada de la realidad. Más aún, cuando se constata que la coalición FA participará en 105 elecciones locales, declarándose opositores a todos y, por ende, favoreciendo la unidad de la derecha, anquilosando sus administraciones conservadoras e impidiendo alcanzar el objetivo transformador que declaran a escala local[3]. Frustrante resultará observar que ello es replicado en las elecciones de gobernador@s y por ende en las de constituyentes, garantizando junto con Chile Digno y otras agrupaciones partidarias, la fragmentación de la oposición y el éxito inmerecido de la derecha (potencial).

Cabe indicar, que el alcalde Daniel Jadue, en inteligente contrargumento, endosa responsabilidad total en las fuerzas políticas opositoras que concurrieron a la firma del acuerdo del 15 de noviembre del 2019, afirmando que, ahora las mismas reclaman contra el Partido Comunista de Chile (PC) y el FA, como fragmentadoras de la oposición, afirmando que el acuerdo en el que no participó el PC era malo en forma y fondo, y eso, no lo quieren reconocer. El mensaje es: hay que hacerse cargo de esa situación y, pues, al proyectar en la fórmula de las dos listas a constituyente que gestionó Chile Digno, el FA y otras fuerzas, resulta ser el sinónimo de descalabro opositor. Pero dada la importancia del proceso constituyente, hacer ejercicios de mercado, por más que la fórmula hubiese sido aplicada con anterioridad, es como invertir los dineros de las pensiones en acciones de futuro.

Bueno, en este contexto navega el progresismo… de acuerdo en acuerdo (más los desacuerdos), creando por estos días un nuevo bloque autodenominado Polo Socialdemócrata, que duró lo que duró, espacio donde se amplió el arco ideológico al partido Liberal y los diputados que dejaron Revolución Democrática (Paulo Vidal y Natalia Castillo), junto con la ex Convergencia Progresista (PPD, PS y PR) y PRO. Este acto político supera la Unidad Constituyente, excluyendo una repotenciada Democracia Cristiana, gracias a sus éxitos electorales tras las primarias legales y convencionales a gobernador/a regional y de alcaldes y alcaldesas, desplegándose en consecuencia con una estrategia electoral que muy probablemente irá por todo, compitiendo donde pueda en las elecciones venideras (Ximena Rincón, tras su triunfo ya evidenció, lo antes dicho). Todo lo anterior gracias, a las auto-tareas políticas que el Partido Socialista de Chile (PS) ha desarrollado para alcanzar la unidad de la oposición, con significativos costos intra-partido y coalicional proyectada hacia la ciudadanía.

Tendremos elecciones locales, malamente entendidas como de segundo orden en estatus político, pero centrales para cualquier otra elección congresal o presidencial (también constituyente). Además, alcaldesas, alcaldes y municipios, fueron los actores sociopolíticos más relevantes luego (durante) del estallido social. Fueron los artífices de avanzar en un plebiscito nacional, cuando el gobierno no daba ninguna señal en esa dirección y la oposición no lograba unidad de propósito articulado. Igualmente se realizó una consulta en diciembre del 2019, tras el acuerdo de noviembre 2019[4].

Alcaldes que, además, dejan sus sillones, producto de modificaciones legales desarrolladas en el camino y a medio andar del proceso electoral respectivo[5]. Alcaldes que ayudan en la canalización de las demandas sociales por medio de la Consulta Ciudadana Municipal del 15 de diciembre del 2019, convocando a más de 2 millones de personas[6]. Alcaldes que ayudaron en el proceso inicial y vigente de la pandemia, expresando su preocupación por la salud (APS)[7], en contraposición al modelo económico, defendido por el presidente de la Cámara de Comercio de Santiago, Carlos Soublette: “No podemos matar toda la actividad económica por salvar las vidas”[8].

¿Los presagios evidentes?

Todas las expresiones partidarias coalicionadas y de acuerdos circunstanciales mencionadas, hijas del nuevo sistema electoral proporcional ajustado, más una nueva ley de partidos políticos y un muy beneficioso voto voluntario para las fuerzas de derechas, hacen presagiar que quien se imponga en el primer sub-ciclo electoral de abril, quedará muy perfilado para enfrentar el siguiente de noviembre. 

Por ende, el incierto resultado en escaños constituyentes, sin una lista única de la oposición, desdibujará ante la ciudadanía, el rol de los partidos políticos y su capacidad de representación. Pues, teniendo un 78,28% de apruebo y un 79% de apoyo para la convención constitucional, la fragmentación traerá como resultado en las elecciones de gobernador@s la mirada hacia las personas y no hacia los proyectos políticos transformadores, haciendo de la política una estrategia de personas y no de colectivos (también en las otras). Así, lo que correspondería, sería avanzar en una asertiva estrategia y táctica electoral, en favor de la unidad, todavía. Los resultados del primer sub-ciclo generarán nuevas bases para una nueva política de alianzas, que estarán marcadas por primarias casi a todo nivel, pues la carrera presidencial se abrirá sin contrapesos, emergiendo varios y varias candidatas presidenciales, lo que no representa un obstáculo, sino que garantiza una mayor oferta electoral y la capacidad de decantación natural, de forma transparente y de cara a la ciudadanía.

En el ámbito congresal, los desafíos partidarios estarán en renovar la plantilla de candidat@s al Congreso para el siguiente periodo. Hasta ahora, ha sido elect@ quien ha demostrado una trayectoria en el ámbito político. Se presume, que en esta elección llegarán al sillón congresal aquellas candidaturas que no tengan una historia política que esté relacionada con los gobiernos anteriores, privilegiándose aquellas que puedan mostrar antecedentes éticos y morales, incuestionables. Lo óptimo, habría sido que todos, sin excepción dejaran sus cargos y fuera renovado íntegramente el Congreso.

L@s constituyentes electos tendrán una responsabilidad histórica para ponerse de acuerdo, dado el número de independientes que llegarán. Los Gobernadores buscarán abrir caminos, con su rol a medio definir. L@s ediles emergerán con energía para proteger a sus comunidades, en medio de una segunda o tercera ola Covid-19, desplegándose otra vez la Geografía de Multitud a propósito de lo anterior[9]. Mientras, las Concejalas y Concejales, asegurarán un espacio de representación si logran asociar sus candidaturas a alcaldes, alcaldesas, gobernador@s y constituyentes de su sector.

En marzo 2021, la crisis social vivirá su máxima prueba requiriendo que la tensión entre “lo social/dignidad humana versus el foco económico” que el gobierno viene desplegando, se canalice de la mejor manera. En medio de esta tensión se transitará el futuro del país con la representatividad de la elección constituyente que conformará la falacia de cuál es la elección más importante. Tiene múltiples listas, un sinnúmero de actores independientes que brillan cual luciérnaga se encandila por el brillo del momento histórico. Pero el verdadero dilema estuvo en conformar unidad en favor de un proyecto de sociedad y ello requiere de la generosidad que tod@s expresan, pero que no materializan, hasta el momento. Ojalá, ello se revierta. Lo precisa la nueva república, la nueva patria y democracia.


[1] Ver en https://www.elquintopoder.cl/politica/desbordes-el-desbordado-capitalizando-el-plebiscito/

[2] Ver en https://radio.uchile.cl/2020/12/13/carlos-ruiz-el-frente-amplio-es-la-fuerza-que-tiene-mas-oportunidades-de-oxigenar-la-politica/

[3] Ver en https://www.emol.com/noticias/Nacional/2020/12/27/1007746/frente-amplio-comunas-elecciones-municipales.html

[4] Ver en https://www.elquintopoder.cl/municipales/geografia-de-la-multitud-y-la-asonada-municipal/

[5] Ver en https://obtienearchivo.bcn.cl/obtienearchivo?id=recursoslegales/10221.3/62467/2/Ficha_limite_reeleccion.pdf

[6] Ver en https://achm.cl/asociacion-chilena-de-municipalidades-entrega-balance-general-de-la-consulta-ciudadana-municipal-2019/

[7] Ver en https://www.elquintopoder.cl/municipales/covid-19-y-el-municipalismo-chileno-en-sus-desafios/

[8] Ver en https://www.t13.cl/noticia/negocios/lider-camara-comercio-stgo-no-podemos-matar-toda-actividad-economica-salvar-vidas-16-04-20

[9] Ver en https://www.elquintopoder.cl/ciudadania/la-geografia-de-la-multitud-tras-la-polis-justa/

Hernán García es profesor de la Universidad Academia Humanismo Cristiano. Magister© Ingeniería Informática USACH. Diplomado en Big Data Universidad Católica. Diplomado en Ciencias Políticas y Administración Pública. Universidad de Chile. Licenciado en Educación en Matemática y Computación USACH

José Orellana Yáñez es Doctor en Estudios Americanos Instituto IDEA-USACH, Magister en Ciencia Política de la Universidad de Chile, Geógrafo y Licenciado en Geografía por la PUC de Chile. Académico de la Escuela de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Academia Humanismo Cristiano

Compartir este artículo